Image: Malgorzata Szumowska

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Cine

Malgorzata Szumowska

"En Polonia se tiende a confundir la homosexualidad con la pederastia"

10 octubre, 2014 02:00

Malgorzata Szumowska

Amarás al prójimo abraza la modernidad a partir de la odise de un cura homosexual

Después del éxito de Ida, el cine polaco sigue demostrando músculo con la notable Amarás al prójimo, en la que la directora Malforta Szumowska (Cracovia, 1973) analiza los problemas de Polonia para abrazar la modernidad a partir de la odisea de un cura homosexual destinado a provincias. En un ambiente cerrado y conservador, el cura trata con un grupo de chavales desfavorecidos mientras lucha contra sus propios impulsos. Premiada en la Berlinale, la directora ofrece un contundente alegato por la libertad en un filme que trata de escapar a las convenciones. Charlamos con ella a su paso por Madrid sobre este filme y la difícil trayectoria de Polonia hacia la democracia.

- Muchas películas sobre homosexuales están dirigidas por hombres homosexuales, ¿Cómo llegó a este tema?
- Tengo muchos amigos gays y siempre me ha fascinado su mundo. Por otra parte, la sociedad polaca sigue siendo muy homófoba salvo en algunos núcleos de las grandes ciudades y esa discriminación es perfecta para un drama.

- La película está localizada en el campo, donde esos prejuicios son enormes.
- En el campo ves ese contraste entre una naturaleza preciosa y la salvaje realidad. Es un entorno marcado por la brutalidad, con la que tratan a los demás, a los animales y a ellos mismos.

- El drama surge porque es un cura con vocación de cura a pesar de sus inclinaciones.
- Sería todo menos interesante si no tuviera esa vocación. Se trata de un hombre honesto que debe escoger entre la institución que ama y su deseo. En Polonia se tiende a confundir la homosexualidad con la pederastia y por eso queda claro en la película que no le gustan los niños, le gustan los hombres.

- Surgen los viejos prejuicios que arrastra la sociedad polaca.
- Polonia ha modernizado su economía y ha crecido de forma exponencial pero ese cambio tan rápido no se corresponde con la mentalidad. El principal problema es un sector muy nacionalista que se empeña en proclamar cosas como "Polonia para los polacos" y tiene una mentalidad muy cerrada. La diferencia se deja notar sobre todo entre el campo y la ciudad.

- No solo eso, sorprende que se utilice tantas veces la palabra "judío" como un insulto.
- En Polonia pasa mucho eso, la gente es muy antisemita.

- Sabiendo que allí tuvo lugar el Holocausto, aterra.
- Los polacos no piensan que sean causantes del holocausto sino sus víctimas. El problema es que en el país ya no queda un solo judío aunque tuviera la mayor comunidad de Europa.

- En el filme vemos el peso enorme que aún tiene la Iglesia católica.
- Un 90% de los polacos se declaran católicos pero es algo más cultural que tiene que ver con las costumbres porque la ideología imperante es el individualismo a ultranza. La Iglesia tuvo un valor político durante el comunismo como oposición a la dictadura pero hoy ha perdido ese poder.

- La homosexualidad en la iglesia es otro tema candente.
- Es una realidad que algunos homosexuales se apuntan a la Iglesia para estar cerca de otros y forman un grupo dentro de ella. La Iglesia suele reaccionar cuando hay rumores trasladándolos de lugar. No lo veo en absoluto como algo positivo porque esas personas se condenan a una doble vida. Por eso creo que mi país necesita películas como ésta.

- Polonia es un país con una rica tradición cinematográfica, de Polanski a Wajda a Kieslowski y parece que esta resurgiendo.
- En Polonia el cine local funciona muy bien pero la mayoría de películas son eso, muy locales, y nunca viajan. En realidad hay pocos filmes que traspasen fronteras, Ida es un caso, el mío otro, pero el cine de autor, que es el que viaja, es difícil de hacer allí.