Image: Pasiones mexicanas

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Cine

Pasiones mexicanas

Mastretta y Sneider explican Arráncame la vida

24 julio, 2009 02:00

Ana Claudia Tarancón y Daniel Giménez Cacho

La novela de ángeles Mastretta Arráncame la vida, reinvindicación folletinesca contra la cultura machista de México, se hace película. La escritora y el director, Roberto Sneider, nos dan las claves.

El caudillismo machista como lacra que todo lo invade por una parte. Por la otra, una reivindicación que la escritora ángeles Mastretta considera "feminista" y el director que ha adaptado su novela de 1985 Arráncame la vida, el también mexicano Roberto Sneider, prefiere calificar como "femenina" son los ejes de un filme heredero del "feuilleton" donde las pasiones se escriben con mayúscula. La trama nos sitúa en 1930, cuando una mujer de extracción social humilde, Catalina (Ana Claudia Tarancón), protagonista y metáfora de la historia, se enamora del general Andrés Ascencio (Daniel Giménez Cacho), un militar que ha conquistado el poder por la fuerza y que se guía por ella como forma de proceder machista, basada en la dominación total. "Lo que me fascinó de la novela cuando la leí hace muchos años fueron los personajes. Es una novela de fácil lectura, muy narrativa, y en seguida vi que allí podía haber una película", explica el director Roberto Sneider. El caciquismo como forma de organización social corrupta surge cual fantasma de un país humillado: "El personaje de Ascencio simboliza una forma muy particular de ejercer el poder que se ha vivido en México durante muchos años, y que aún pervive. Es un autoritarismo machista insoportable. Pero además de ese lado oscuro también quería que la película mostrara un gran amor por México, por su vitalidad y su gente. En mi país existe una intensidad memorable".

Una intensidad que se traslada a una trama hiperbólica en la que la sufrida protagonista deberá zafarse de un marido que combina ese machismo estremecedor con grandes dosis de encanto personal. Por el camino, se enamorará trágicamente de un director de orquesta y deberá luchar hasta el final por liberarse de las garras de un hombre que no la deja ni respirar. ángeles Mastretta escribió esta historia hace ya casi 25 años, y ha sido un motor esencial de la adaptación cinematográfica: "Primero me hicieron firmar un contrato según el cual me obligaban a estar callada -explica a El Cultural- y después Roberto (el director) me comenzó a consultar todo tipo de detalles. Desarrollamos una gran complicidad desde el primer momento y sí, me siento responsable y orgullosa del resultado".

Diferencias conciliables. La relación creativa entre Sneider y Mastretta estuvo basada en la complicidad pero eso no impidió que surgieran áreas de desacuerdo. No sólo está esa sutil pero quizá contundente diferencia entre si la película es "femenina" o "feminista", también a Mastretta le hubiera gustado que "la relación entre la protagonista y su amante músico fuera más erótica" o que "se hubiera mantenido más el tono irónico del original. Aunque eso entiendo que era más difícil porque la novela está escrita desde el punto de vista de Catalina, una mujer muy ingeniosa y es difícil trasladar esa primera persona a una película. Me he divertido mucho con la experiencia y ha sido un aprendizaje formidable seguir todo el proceso, pero creo que la ventaja de la literatura es que tienes más tiempo para profundizar en las cosas. Lo cual no quita que sea una amante absoluta del cine".

Una fotografía preciosista y cuidadísima da empaque a una superproducción mexicana que se ha convertido en la película más taquillera de su país. Como dice Sneider, "siempre vi en esta producción la posibilidad de llegar a mucha gente. Del mismo modo que era consciente del riesgo de hacerla demasiado melodramática". Allí está, de todos modos, esa música "grandiosa" y un infalible tono épico. J. S.