Image: Atraco perfecto

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Cine

Atraco perfecto

Stanley Kubrick en DVD

20 enero, 2005 01:00

Escena de Atraco perfecto, de Stanley Kubrick

El Cultural entrega el 20 de enero, por sólo 8,95 euros, el DVD Atraco perfecto (1956), una de las obras cumbre del cine negro que ha influido poderosamente en cineastas como Quentin Tarantino o Steven Soderbergh. La película sigue, de forma casi documental, a un grupo de ladrones aficionados en su intento de dar el gran golpe atracando un hipódromo.

Dicen algunos que Kubrick hubiera pasado a la historia del cine sólo con Atraco perfecto, que podemos considerar su primer largometraje oficial, pues los anteriores, Fear and Desire y El beso del asesino, no dejan de ser brillantes ensayos de laboratorio en los territorios del cine bélico y del film noir. Pero lo cierto es que probablemente nadie, incluidos los que sostienen tal teoría, habrían siquiera oído hablar de Atraco perfecto si su director se hubiese quedado en esa película, que pasó inadvertida excepto para algunos críticos espabilados y sólo se recuperó para el gran público tras los posteriores éxitos del genio neoyorquino. No es que la película, un derroche de elegancia y modernidad, deslumbrante en todos sus aspectos, no lo mereciera, pero su estreno por parte de la United Artists no pasó de algún mugriento cine de barrio en Nueva York y como parte de un programa doble en Inglaterra, lo que no impidió en todo caso que la revista ‘Time’ alabara el ojo de Kubrick, comparándolo incluso con el de Orson Welles.

La comparación no es descabellada. La narración atípica (para entonces), fragmentada de la historia, proponiendo un revoltoso y rapidísimo juego narrativo que emularía Tarantino cuarenta años después, la fuerza visual y la violencia arrebatadora de las imágenes, el naturalismo interpretativo, pero sobre todo la audacia, la imaginacion y el descaro con que está rodada, hacen pensar en el mismo Orson Welles que dirigió con veintiséis años Ciudadano Kane. Con un año más, a Kubrick le movía el mismo tipo de ambición. Pero en todo caso, la comparación ineludible es con La jungla de asfalto (1950, John Huston), una de las cumbres del cine negro. No es sólo que compartan el protagonismo de Sterling Hayden, sino que tanto una como la otra muestran con meticulosidad naturalista, casi documental, las peripecias de un grupo de atracadores en su empeño por dar el golpe perfecto. Finalmente, ambas se imponen como lúcidas y amargas crónicas del paralizante determinismo que gravita sobre los perdedores.

Tuvo que ser chocante para el público de los años cincuenta, acostumbrado a las historias moralmente transparentes de héroes y villanos, que los criminales de Atraco perfecto se comporten como personas honestas, acorraladas y traicionadas por los que están a su alrededor, que se revelan como los auténticos delincuentes de la historia. Son pobres diablos con más corazón que agallas, personajes directamente sacados de los pulps y novelas negras, a los que Kubrick, consecuentemente, hace revivir en rostros reconocibles por los espectadores de películas de serie B. En concreto, el filme se basa en la novela Clean Break de Lionel White (en cuyo libro Obsession se inspiraría Godard para Pierrot el loco), primero de los textos literarios que adaptaría Kubrick a lo largo de su carrera, pues a partir de entonces tomó la correcta decisión de no volver a rodar un guión original, sino en buscar las historias en las que palpitara una gran película.

Elemento femenino
Los misóginos encontrarán en Atraco perfecto una razón de más para su misoginia: el elemento femenino (bajo la piel de Coleen Gray) es la fuente de la codicia que dará al traste con el tinglado escrupulosamente planeado y ejecutado, circunstancia dramática que no en vano conecta directamente con la tradición del cine negro. Como le gusta comentar a Berlanga de todas sus películas, también en Atraco perfecto un grupo de hombres sigue un plan para conquistar un objetivo que se les escapa de las manos, empequeñecidos ante la grandeza y el arbitrio del destino, siempre más sabio y justo que la voluntad el hombre. No es de justicia, en todo caso, de lo que nos habla Atraco perfecto, sino de las imperfecciones que atesora el ser humano, incapaz a la larga de bailar sin pisar, de hacer cumplir con sus manos la teoría perfecta que ha planificado su mente, en forma de crimen o de heroísmo, como por otra parte había advertido magistralmente Hitchcock. Johnny Clay (crepuscular Sterling Hayden), el ex-convicto que planea el último golpe, llega a oler la gloria en el aeropuerto. Pensó por un momento que Dios estaba de su parte, pero sólo se reía de sus planes.


Detrás de la pantalla
-Fue el productor James Harris quien le sugirió a Kubrick la idea de adaptar la novela Clean Break de Lionel White, y batalló contra Frank Sinatra por los derechos de adaptación.
-El propósito de Kubrick era rodar en Nueva York, pero al no encontrar ningún hipódromo que permitiera filmar un atraco en sus dependencias, trasladó el rodaje a California.
-Uno de los caballos que corre en el hipódromo lleva por nombre Stanley K.
-En proyecciones previas al estreno, las primeras reacciones fueron negativas debido a la estructura de la película. Kubrick trató de montarla en orden cronológico, pero se dio cuenta de que así la historia resultaba más confusa.