Image: Iván Zulueta y sus demonios

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Cine

Iván Zulueta y sus demonios

San Sebastián repone toda la obra del autor de Arrebato

5 septiembre, 2002 02:00

Iván Zulueta

Muchos le daban ya por perdido, pero Iván Zulueta, el autor maldito de Arrebato (1979), resurge de sus cenizas. La ciudad de San Sebastián le dedica, a partir del 10 de septiembre, un homenaje integral que contempla toda su obra fílmica, plástica y gráfica.

En la primera escena de Arrebato, el atormentado personaje José Sirgado, director de películas de serie-B interpretado por Eusebio Poncela, dice: "No es a mí al que le gusta el cine... sino al cine a quien le gusto yo". Y ahí hallamos la quintaesencia de la película, del personaje, de Iván Zulueta y su obra. Devorado por el cine, nada le quedó por decir de sí mismo a este director maldito nacido hace sesenta años en San Sebastián, nada al menos que considerara necesario, pues el séptimo arte, como a sus alter egos desdoblados en José Sirgado y Pedro P., le arrebató todo lo que era, desde que el filme se estrenó precipitadamente en una abigarrada sala de Barcelona hace 22 años.

Fascinación enfermiza
Convertida en la película de culto por excelencia del último cine español -Ocho y medio ha editado el guión recientemente-, Arrebato irrumpió en el escenario cinematográfico español con la fuerza y la honestidad de una confesión largamente madurada. Trajo consigo, además, el escándalo que levantan las apologías al suicidio, las drogas y la homosexualidad. A medio camino entre el underground y las convenciones del género, Zulueta daba cuenta de su fascinación enfermiza por las drogas, el cine -por Psicosis, por Al final de la escapada- y el Súper-8. Fue su segunda y última película, en la que filmó su imposibilidad de vivir, su precoz testamento fílmico, el relato de su suicidio profesional.

La destrucción silente que ha rodeado de malditismo su trayectoria vital desde entonces, vampirizado por el arte y las drogas, con sus baches y etapas de desconexión total del mundo, ha convertido a Zulueta en una leyenda viva del cine español. Si bien su corta obra cinematográfica -apenas dos largometrajes, dos cortos en 35 y otro en 16- ya queda lejana en el tiempo, la mirada de Zulueta es todavía considerada una de las más originales y enérgicas que ha surgido en las trastiendas del último cine español.

En compañía de su amiga Virginia López Montenegro, Zulueta se ha zambullido en su pasado y se redescubre a partir del 10 de septiembre y hasta el 2 de noviembre en su ciudad natal, San Sebastián, que le dedica un homenaje integral. Mediante la reposición de toda su obra cinematográfica y la exposición de sus trabajos como cartelista, dibujante y fotógrafo en el centro cultural Koldo Mitxelena Kulturunea y la Galería DV, se podrá descubir al Zulueta más íntimo y desconocido.

En el Teatro Principal de la ciudad donostiarra se celebrará el día 10 el "maratón Zulueta" organizado por el Patronato Municipal de Cultura. Unas ocho horas de obra audiovisual que se exhibirá sin interrupciones en su formato original, es decir, los Super-8 restaurados en Super-8, los peculiares largometrajes Un, dos, tres al escondite inglés (un desmadrado musical de pop hispánico) y Arrebato, los cortos en 35 milímetros Frank Stein y Masaje, el corto en 16 Leo es Pardo (que compitió en el Festival de Berlín) y su obra para televisión en Betacam. Su actividad cinematográfica en las granuladas imágenes de Super-8, que siempre llevaba encima dispuesto a rodar toda aquello que excitara su imaginación, se desarrolla en diversos cortometrajes como Souvenir, Ventana discreta, Hotel, Te veo o Kin-Kon, y en tres largos: A-mal-ga-ma, Mi ego está en bahía y Primera parte.

Territorios artísticos
No sólo el cine es el territorio artístico en el que Zulueta ha depositado sus demonios. La sala de exposiciones del KM Kulturunea expondrá, aparte de sus grandes carteles para el cine, sus dibujos de la etapa en la Escuela neoyorquina Arts Students League, donde estudió durante 1964, y los bocetos que componen el grueso de su trabajo como cartelista. Entre ellos, los realizados para las películas de su amigo Pedro Almodóvar Laberinto de pasiones, Entre tinieblas y ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, y los de Viridiana, Camada negra, Furtivos o El corazón del bosque. La recuperación del Zulueta cartelista ha sido posible gracias a Pilar Sánchez, considerada por muchos la "representante en la tierra" del cineasta.

Completa este recorrido por la obra gráfica de Zulueta una exposicion en la Galería DV de la actividad que con más fervor ha desarrollado en los últimos años: su exploración, mediante manipulaciones y ampliaciones, con las fotografías Polaroid, que comenzó poco después del estreno de Arrebato. Todo para dejar claro, sobre todo a los productores inquietos, que sigue en acción y dispuesto a renacer.