Image: Entresijos de los gabinetes de Madrid

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Exposiciones

Entresijos de los gabinetes de Madrid

Colección XIII. Hacia un nuevo museo de arte contemporáneo

9 septiembre, 2016 02:00

Sala en referencia al Museo de Arte Contemporáneo. Foto: Andrés Sarranz

CA2M. Av. de la Constitución, 23. Móstoles. Hasta el 25 de septiembre

¿Cómo exponer una colección de arte hoy en día? Los años de bonanza han dejado almacenes repletos de obras que, salvo en contadas excepciones, se han mostrado al espectador poco y de un modo insustancial, sin generar debate alguno que aporte nuevas visiones y exprimiendo formatos que quizás ya no funcionen. Muchas de esas obras salen del depósito sólo cuando los presupuestos no permiten abordar nuevas producciones y, lo que en teoría debería estructurar la declaración de intenciones de una institución, se ha convertido en un cementerio incómodo con el que muchos museos parecen no saber qué hacer.

Quizás para evitar caer en esa trampa, el CA2M haya encargado a Sergio Rubira un proyecto cuyo hilo conductor pactado ha sido el análisis de los displays bajo los cuales Madrid ha mostrado sus colecciones de arte, desde la fundación del Museo del Prado en 1819 hasta el nacimiento de los museos de Arte Moderno y de Arte Contemporáneo en 1898 y 1959 respectivamente. Cada uno de ellos, planteados en periodos diferentes, se caracterizó por aportar nuevas soluciones de montaje, que Rubira ha recuperado para Colección XIII. Hacia un museo de arte contemporáneo. Una exposición que recupera algunas de las obras menos vistas de las colecciones del CA2M y la Fundación ARCO, de artistas como El Hortelano, Costus, Julio González, Equipo 57, Soledad Sevilla y Soledad Solano.

Aunque puede resultar confusa en un primer vistazo, provoca un runrún que obliga a volver

La exposición puede resultar confusa en un primer vistazo, sin embargo, es inevitable abandonar el centro con un runrún que obliga a volver o, como mínimo, a ojear ávidamente la cuidada guía editada en la que se desgrana el montaje y cada una de las obras incluidas. Clasificaciones en desuso como la separación por escuelas, los órdenes cronológicos y temáticos o las connotaciones propias de cada espacio histórico, han llevado al comisario a configurar una selección que deja apartados como el referido a un arte oficial e institucionalizado; a temas como el paisaje albergado en las colecciones; a la pintura de un período concreto o a un arte político que cuestiona su tiempo y cubre los cortinajes de uno de los dos espacios que reproducen las salas del Museo de Arte Moderno. Balaustradas, caballetes y paneles divisorios abiertos en su parte inferior y superior dejan notas de esa evolución del dispositivo y hablan también de lo que desafortunadamente no pudo ser.

No contentos con haber renovado la forma en que el arte actual se muestra, hemos adaptado los viejos montajes a la manera de hoy. Ya no es habitual encontrarse museos en los que las obras de distintos artistas pendan apelotonadas ocupando la casi totalidad de las paredes. Tendemos a observarlas generosamente separadas y a una altura que se relaciona con el ojo de un individuo de estatura media. No obstante, no deberíamos olvidar que el modelo imperante es únicamente un modelo más y que adaptado a él, la disposición de obras creadas en origen para ser mostradas a modo de gabinete, ha condicionado también la forma en que las percibimos.

Es entonces de agradecer que el CA2M haya puesto sobre la mesa una idea que Rubira ha decidido llevar por la vía de la historiografía más estricta pero también, y no me cabe la menor duda, con una importante carga de humor que apelmaza sobre los muros las obras de primeros nombres que en pocas ocasiones se habrán visto en una de estas.

@AngelCalvoUlloa