
Jannik Sinner celebra su segundo Open de Australia. REUTERS
Jannik Sinner derrota por la vía rápida a Zverev y revalida su trono en el Open de Australia
El número del mundo definió la final a su favor en apenas tres sets y demostró que sigue estando por encima del resto (6-3, 7-6, 6-3).
Jannik Sinner sigue siendo un tenista intratable también en 2025. El jugador italiano, que sigue mirando de reojo el mes de abril en el que se decidirá su juicio por presunto dopaje, mientras tanto se dedica a agrandar su figura en las pistas. Derrotó a Alexander Zverev por la vía rápida y revalidó su trono en el Open de Australia. [Así vivimos la victoria de Sinner ante Zverev en la final del Open de Australia]
El número 1 del mundo se mostró intratable, fiable y preciso. Encarriló la victoria en el primer set con un golpe en el momento crítico, ajustó en el tiebreak de la segunda manga y confirmó su paseo en el tercer parcial mucho más cómodo.
Zverev volvió a quedarse a las puertas de un Grand Slam. Si el año pasado perdió en Roland Garros ante Alcaraz, esta vez fue Sinner el que se interpuso en el camino hacia su sueño y su palmarés de 'majors' sigue estando en blanco.

Sinner, en posición acrobática en la final de Australia. REUTERS
Sinner, como un reloj
Estaba claro que iba a ser un partido a cara de perro, que nadie iba a regalar lo más mínimo en un duelo de altos vuelos entre dos de los jugadores más talentosos del circuito. La final, aun sin Djokovic, había generado mucha expectación y se debatía entre ver a Sinner revalidar su título o contemplar el primer Grand Slam de Zverev.
La alta intensidad en cada punto marcó el inicio. Lo primero para abrir boca fue un ace de Sinner, pero a partir de ahí cada punto se convirtió en una batalla titánica. Pese a todo, ambos sacaron adelante sin problema sus primeros servicios hasta que Sinner amenazó con dos primeras bolas de break con el 2-1 que no pudo materializar.
A partir de ahí cada vez apretaron más al resto y en el momento crítico llegó la primera rotura de servicio. Una, dos y hasta tres bolas de break desperdició Sinner con 4-3 a favor en el marcador. Zverev apretó los dientes defendiéndose, pero no pudo evitar ceder la cuarta oportunidad de rotura que dejó el set visto para sentencia.
Sinner no desperdició la oportunidad y con un juego en blanco al saque terminó cerrando la primera manga para dar el primer paso hacia el título.
No se vino abajo Zverev, que antaño se habría desconectado del partido y hubiera empezado a cometer errores sin sentido. Eso es ya historia en el alemán, mucho más maduro y asentado como jugador de referencia en los últimos años.
No es sencillo ir abajo en el marcador ante Sinner en una final, pero 'Sasha' hizo un gran ejercicio de resistencia. Esta segunda manga navegó entre juegos ajustados y, eso sí, pocas oportunidades para ambos al resto.

Sinner mira a su banquillo en la final del Open de Australia. REUTERS
Tan sólo el italiano llegó a olfatear un par de oportunidades de rotura en el arranque de este segundo parcial, pero Zverev las consiguió surfear para salir adelante. El desenlace parecía por lo tanto inevitable, así que el segundo set se decidió en el tiebreak.
Ahí Sinner se mueve como pez en el agua. Es cierto que cedió el primer minibreak, pero acto seguido lo recuperó y hasta se puso en ventaja en este desempate. Zverev no se dio por vencido y forzó el 4-4 en esta muerte súbita, momento en el que Sinner asestó otro golpe definitivo con otra 'mini rotura'.
De nuevo, el transalpino gozó de la oportunidad de cerrar el set con su servicio y esta vez tampoco falló. Saque abierto para sacar a Zverev de la pista y derecha paralela a la línea imposible para el alemán.
Plácido tercer set
El ánimo de Zverev se resintió en el tercer set. No era para menos. Lo había hecho prácticamente todo, pero se veía contra las cuerdas y sin margen de error en la final del Open de Australia.
Sinner empezó mandando en esta tercera manga sin darle demasiada opción al resto al germano, que empezó a darse cuenta de que su panorama pintaba muy oscuro. De hecho, Sinner apretó al resto y en la segunda bola de break de la que dispuso consiguió el break definitivo.

Zverev, desesperado en el partido ante Sinner. REUTERS
Se puso 4-2 arriba y ahí ya no hubo reacción posible de Alexander Zverev. Sin una sola bola de rotura, el germano se quedó sin opciones y no tuvo más remedio que claudicar ante el nuevo dominador de Australia.
Sinner revalidó su trono en Oceanía y Melbourne tiene nuevo ídolo. Zverev, mientras tanto, tendrá que seguir peleándose consigo mismo para poder romper la barrera y ganar alguna vez un Grand Slam.