
La pequeña 'bodeguita urbana' que exporta a 21 países.
La pequeña 'bodeguita urbana' de Rioja que exporta a 21 países
Una bodeguita, visitable, en pleno Logroño; unos viñedos históricos en la Rioja Oriental y un arquitecto metido a bodeguero. Estos son los mimbres de la triunfante firma Javier Arizcuren.
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La familia poseía 14 hectáreas de viñedo desde tiempo inmemorial en la Sierra de Yerga, junto al pueblecito de Quel, en lo que se conocía como Rioja Baja, y ahora Rioja Oriental. Una zona cada vez más reivindicada, sobre todo desde que Álvaro Palacios, el bodeguero más internacional de España, elabora allí sus vinos riojanos. Los Arizcuren llevaban generaciones como viticultores que vendían su uva.
Javier Arizcuren, hijo y sobrino de estos viticultores, no decidió seguir el oficio y se hizo arquitecto. Le está yendo bien, porque ha trabajado para Marqués de Terán, Finca Los Arandinos, en los calados y edificios de Conde de los Andes, en Ollauri… En 2008, sin embargo, su padre habla con él y le comenta que ya está mayor, lo mismo que sus tíos, que llevan muchos años, y que hay que ver qué hacen con las viñas, si las venden, las alquilan, pero que ellos ya han llegado al límite. “Yo no quería que se perdieran los viñedos, así que les dije que me dieran un año para prepáreme un poco", comenta Javier, y añade "e hice un master de viticultura y enología en la Universidad de Logroño”.
Empieza, entonces, en 2009 a elaborar en la planta de debajo de casa, hace planes de ampliación, pasa de 14 a 21 hectáreas; y en 2016 se le ocurre la gran idea. Necesita más espacio, así que hay que montar una nueva bodega. En realidad, será una bodega pequeña y la instala en pleno centro de Logroño, en la calle Santa Isabel, junto a su taller de arquitectura. Es lo que se llama una “bodega urbana” donde los visitantes pueden ver como llegan las uvas en cajas, se fermentan los mostos, se elabora, se cría, se envejece, se trasiega y se embotellan los vinos.

Javier Arizcuren, enólogo.
“Producimos 30.000 botellas al año, explica Javier Arizcuren, y nos las ingeniamos para hacer todo el proceso en un espacio muy pequeño. También porque como arquitecto trabajo con bodegas y sé aprovechar los espacios al máximo. Mira, sigue comentando, hoy estamos embotellando un pedido para México; y ese sitio mañana lo utilizaremos para limpiar barricas”.
También en la bodega urbana hay catas, degustaciones, cursillos. Una forma mucho más cercana y rentable de explotar el enoturismo. Igualmente hay visitas guiadas a la Sierra de Yerga a conocer las características de las parcelas de viñedos.
Arizcuren tiene varias líneas de vinos. Por una parte, mostrar las variedades tradicionales de Yerga que fueron desapareciendo por la “invasión” de la tempranillo, y que son la garnacha, mazuelo, graciano. Así que elabora monovarietales que se llaman: Sologarnacha, Solomazuelo, Solograciano, que están claramente bien.
En cuanto a los vinos de mezcla tienen un entrada de gama que se llama Monte Gatún, muy razonable, con una nariz cargada de aromas de monte bajo, jara, y una boca con cuerpo y estructura. P.V.P. 19 euros.
Pero lo que es un espectáculo son los dos vinos parcelarios. El primero, Finca el Foro 2022, con un 60% de garnacha, 35 % de mazuelo y un 5% de viura, con 18 meses de crianza, que presenta una nariz, expresiva, intensa, concentrada, elegante, con mucha fruta madura y muchos recuerdos balsámicos. En boca potente, sabroso, pero aterciopelado, con muy buen paso. P.V.P. 54 euros.

Finca el Foro 2022.
El otro, todavía es más exclusivo. Con la categoría de “viñedo singular”, que otorga” la D.O.ca. Rioja, se trata del Barranco del Prado 2022, una garnacha soberbia. Hay que dejarle abrirse o decantarle porque está muy concentrado. Una vez abierto aparece en nariz una explosión de fruta madura, muy elegante, lleno de tonos especiados, regalices, florales de violetas, la madera muy bien integrada; y en boca poderoso, envolvente, sale como un tono dulzón de la fruta madura, pero tiene buena acidez, está equilibrado. P.V.P. 67 euros.

Barranco del Prado 2022.
Javier Arizcuren desde su pequeña bodeguita urbana de Logroño, exporta a 51 países. Con buena materia prima y buen sentido, todo se puede hacer.