Cordero a la estaca, en Caín.

Cordero a la estaca, en Caín.

Restaurantes

El revolucionario restaurante de un pueblo de Valladolid que se encuentra entre las mejores aperturas del año

Caín, en Nava del Rey, es uno de los 41 restaurantes nominados por The Fork a mejor apertura del año.

Más información: El mejor lechazo asado se come en este pueblo de Valladolid: es el número uno de Europa

Publicada

En el número 13 del Camino del Río, en Nava del Rey (Valladolid), se alza un restaurante que está dando que hablar mucho más allá de este municipio de poco más de 2.500 habitantes. Su nombre, Caín, ya es toda una declaración de intenciones.

No solo porque juega con la religiosidad y la rebeldía, sino porque en apenas ocho meses de vida se ha convertido en una de las mejores aperturas gastronómicas del año en España, según los prestigiosos TheFork Awards.

Al frente del proyecto está Anai Meléndez, una joven navarra de sexta generación que decidió dar un giro radical a su vida: de diseñadora gráfica y publicista en Madrid a parrillera y empresaria en su propio pueblo.

Lo que empezó casi como un juego con las catas de chuletas en su casa con amigos, acabó tomando forma de restaurante. Hoy, su lema, “Las brasas como Dios manda”, resume a la perfección la esencia de su cocina.

Una parrilla como altar

El local, de diseño moderno con guiños a lo castizo, recuerda a una iglesia alternativa: un gran sol en el altar, zonas altas con vistas al “mar de Castilla” y una terraza donde se alzan estacas en forma de cruz que sostienen corderos al fuego, como si de espetos castellanos se tratara.

El rosetón que preside una de las salas de Caín.

El rosetón que preside una de las salas de Caín.

Meléndez maneja la parrilla con destreza, trabajando con leña de encina de Alba de Tormes y carbón, técnicas que ha perfeccionado observando a maestros parrilleros.

Pero lo que realmente sorprende es la reinterpretación del clásico asador castellano. En Caín no solo hay vaca, ternera o cordero —este último preparado “a la estaca” como guiño a la tradición pastoril de su abuelo—, sino también verduras al fuego: puerros, espárragos, cogollos, coliflor… Incluso los postres, como la torrija con plátano y miel, llevan la firma de la brasa.

Cocina con raíces y aliados locales

El proyecto de Anai no se entiende sin su vínculo con la tierra. Tras recorrer Castilla y León durante dos años, tejió una red de pequeños productores y artesanos que hoy son socios de viaje y, en muchos casos, amigos.

De Pascualín, en Zamora, llegan las carnes; de la huerta local, las verduras de temporada; del Horno de Pili, las tartas; de Xokoreto, el chocolate. En la bodega, casi todos los vinos pertenecen a proyectos familiares de la región.

El ciervo se utiliza para la caza, otra de las religiones en Caín

El ciervo se utiliza para la caza, otra de las religiones en Caín

El jurado de TheFork Awards, integrado por 58 chefs con estrellas Michelin, entre ellos Dabiz Muñoz, los hermanos Torres, Elena Arzak o Martín Berasategui, ha incluido a Caín entre los 41 restaurantes nominados a mejor apertura de 2024 en España.

Un reconocimiento que sitúa a Nava del Rey en el mapa gastronómico nacional, junto a propuestas de grandes capitales como Madrid o Barcelona.

La respuesta del público también ha sido rotunda. Los vecinos fueron los primeros en llenar el local, atraídos por su menú de hamburguesas en las noches de invierno.

Después llegaron los viajeros gastronómicos, así como muchos emigrantes castellanos que regresan de Madrid o el País Vasco para reencontrarse con los sabores de su tierra. Con apenas 40 plazas, cada servicio se convierte en un pequeño ritual alrededor del fuego.

Caín es un espacio de cultura, música, folklore y arte, como insiste su creadora. Una “iglesia punk” en la que la tradición se quema en la parrilla para renacer con formas nuevas, donde el humo de la encina cuenta historias de Castilla con un lenguaje contemporáneo.

Con esta propuesta, Anai Meléndez ha logrado algo poco común: que un pequeño pueblo vallisoletano se convierta en destino gastronómico de moda. Y todo apunta a que este solo es el principio.