El interior de Casa Fiero.
Una casa de comidas con sabor clásico y alma moderna en Barcelona: por 40€ comes como antes, pero mejor
Casa Fiero es la apuesta por una fórmula de éxito que ya preceden locales anteriores al proyecto. Cocina desenfadada, brasa y honestidad es el combo ganador.
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En el Eixample barcelonés acaba de abrir sus puertas Casa Fiero, el nuevo proyecto del chef Víctor Ródenas, alma mater del exitoso Maleducat, junto a los hermanos Marc e Ignasi García y Xavier Moragas.
Con un ticket medio de 40 euros, esta casa de comidas apuesta por una cocina honesta y sin artificios, donde los sabores clásicos se encuentran con la mirada contemporánea de un cocinero en plena madurez creativa.
La filosofía es sencilla pero ambiciosa: cocinar con honestidad, a partir de una carta fija salpicada de sugerencias fuera de menú que varían según la temporada.
Los artífices de Casa Fiero.
El resultado es un repertorio que se mueve con soltura entre lo popular y lo sofisticado, donde unas bravas de manual conviven con un pescado entero a la brasa o un Rib-eye para compartir.
Platos que ya son clásicos
A pesar de su reciente apertura, Casa Fiero ya tiene sus hits. Los huevos fritos con gambas, panceta y pimienta de Espelette y los fideos a la cazuela con bacalao, alitas de pollo deshuesadas y salchicha encabezan la lista de los más demandados.
Les siguen propuestas tan reconfortantes como los macarrones gratinados o los garbanzos guisados con tendones y carrillera.
El finger food de Maleducat también está presente en Casa Fiero.
La brasa, por su parte, se perfila como el corazón de la cocina. Ya destaca la lubina entera, cocinada al punto y servida con su agua de Lourdes, una emulsión vasca de limón, ajo y vino blanco que, combinada con la grasa del pescado, da lugar a un sabroso pil-pil. En carnes, trabajan cortes de cerdo ibérico y vaca, con planes de ampliar pronto la oferta de pescados.
Lubina entera, cocinada al punto y servida con su agua de Lourdes.
La propuesta líquida se construye sobre una carta de vinos de alma clásica pero espíritu curioso: desde referencias icónicas hasta producciones limitadas de pequeños viticultores, con precios que oscilan entre los 20 y los 400 euros. En paralelo, la coctelería sigue la línea de los grandes clásicos revisados con un toque contemporáneo.
El espacio, diseñado por Cristina Carulla Studio, combina tradición y modernidad en un ambiente íntimo y cálido. Barra central, espejos, cromados y azulejos dialogan con muebles cómodos y una iluminación adaptable que invita a quedarse.
El espacio de Casa Fiero, diseñado por Cristina Carulla Studio.
Con un ticket medio en torno a los 40 euros, Casa Fiero reivindica el formato de casa de comidas de siempre, pero actualizado con la técnica y sensibilidad de un chef que ha madurado su estilo. Aquí se puede venir a jugar y gastar más, pero también disfrutar de una comida memorable sin vaciar el bolsillo.
Por ahora, el restaurante abre de lunes a viernes, con cierre en fines de semana y descanso en agosto. Un margen perfecto para quienes quieran descubrirlo antes de que se consolide como otro clásico del barrio.