Esta receta de cebollas rellenas es el plato perfecto para rendir un homenaje a uno de los mejores ingredientes que existen en el mundo mundial y, dicho sea de paso, de los que más se consumen en España: las cebollas.

Guarnición, complemento y base principal de todos los sofritos habidos y por haber, con la preparación de hoy pasan de ser un mero ingrediente secundario, que no menos importante, a un componente fundamental de la elaboración. De sobra es sabido lo que nos encanta rellenar cosas: berenjenas, calabazas, pasta, pizza, pechugas de pollo o tortillas, son unos habituales y grandes conocidos de nuestro recetario.

Dan ese toque especial y, salvo excepciones, nunca está de más rellenar cosas (David de Jorge, quien defiende a capa y espada la tortilla de patatas clásica, con cebolla por supuesto, seguro que entra en pánico cuando lea esto), por lo que las cebollas rellenas de bonito que vamos a hacer hoy seguro que os encantarán.

¿Cómo? ¿Cebollas rellenas? Sabemos que no es un habitual de nuestras cocinas del día a día, pero lo cierto es que, sobre todo en el norte de España, son muy conocidas. ¡Hasta tienen su propia fiesta nacional el 30 de Noviembre! En Entrego, Asturias, desde 1972 todas las casas se llenan de un suculento olor a cebolla y se convierten en punto de encuentro para amigos y familiares, aunque su historia se remonta a 1927. Por aquel entonces, la tendencia de rellenar cebollas venía de Francia (y solía hacerse de carne), pero Aniceta Fueyo, apodada La Nina, creó este aclamado plato a día de hoy.

Como tantas otras grandes recetas, la idea nació en una situación de necesidad, cuando en Viernes Santo, viernes de vigilia, Aniceta se dio cuenta de que no tenía otra cosa en la despensa más que cebollas y bonito. Se le ocurrió fusionar y estofar en una delicada y suculenta salsa a base de la cebolla restante, un diente de ajo y un culo de pimiento rojo. Sin quererlo ni beberlo, había creado un plato que alcanzaría el rango de Fiesta Gastronómica Nacional.

Lo ideal es contar con una cuchara parisina (alias cuchara redonda con dientes para vaciar alimentos) para poder vaciar perfectamente las cebollas. Y, armado con la valentía de un guerrero (llorando mucho, por supuesto), vaciar todo el interior hasta que sólo quede una fina lámina de capa de cebolla. Hay que ir poco a poco y con cuidado de no pasarse porque, de hacerlo, se echaría a perder. Hecho esto, al igual que La Nina, basta con rellenarlas de los ingredientes que tengamos a mano. Cocina gastronómica y de supervivencia a partes iguales.

Cómo hacer cebollas rellenas de bonito

Ingredientes

  • Cebollas, 3 ud
  • Huevo, 1 ud
  • Pimiento rojo, 1/2 ud
  • Bonito en aceite de oliva (escurrido), 2 latas
  • Dientes de ajo, 2 ud
  • Tomate frito, 2 cucharadas
  • Vino blanco, 100 ml
  • Caldo de pescado, 500 ml
  • Sal, c/s
  • PImienta negra molida, 1 cucharadita
  • Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas

Paso 1

Poner agua a hervir en un cazo. Cuando esté en ebullición echar un huevo y contar 9-10 minutos. Retirar a agua y hielo para cortar la cocción.

Paso 2

Vaciar las cebollas con cuidado de que no se rompan hasta que apenas quede “carne” junto a la primera capa. Reservar.

Paso 3

Escurrir el bonito en aceite y mezclarlo con el tomate y el huevo duro (clara y yema) picado. Añadir sal y pimienta al gusto. Reservar.

Paso 4

Picar un ajo muy pequeño. Sofreír, desde aceite frío, a fuego bajo en una sartén hasta que esté dorado. Incorporar el pimiento rojo picado y la cebolla restante de vaciarlas. Cocinar lentamente durante 30 minutos hasta que esté bien pochado. Verter entonces el vaso de vino blanco y evaporar el alcohol. Regar con el caldo de pescado y/o agua y reducir ligeramente. Triturar la salsa y devolverla a la sartén junto con un poco de agua.

Paso 5

Rellenar las cebollas con la mezcla de atún, huevo duro y tomate hasta que queden totalmente llenas.

Paso 6

Colocar las cebollas rellenas en la sartén con la salsa, tapar y cocinar a fuego bajito durante 45 min - 1 hora. Cada 10 minutos debemos mover la sartén y vigilar que no se seque la salsa. Si fuera necesario, añadir un poco más de caldo, nosotros lo hicimos en tres ocasiones porque se va consumiendo mucho.