Bombones (Imagen de archivo)

Bombones (Imagen de archivo) cclickclick iStock

Saludables

Parecen bombones, pero es una receta proteica barata, fácil y rica en fibra: lista en minutos y dura días en la nevera

La forma más deliciosa de completar la ración de proteínas en cualquiera de las comidas del día.

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En medio del vertiginoso ritmo de vida que llevamos en esta época que nos está tocando vivir, muchas veces no tenemos tiempo para hacer todas las comidas que sería recomendable y otras nos quedamos cortos con las proteínas. Estudios recientes han demostrado que no espaciar las comidas a lo largo del día podría ser contraproducente, así que tampoco es bueno pegarse el gran atracón y tomarlas todas en una o dos comidas con pocas horas de separación.

Consumir proteínas repartidas en cuatro o cinco comidas diarias ayuda a cuidar de la musculatura, a controlar la cantidad de azúcar en sangre y proporciona saciedad. No se trata solo de alcanzar la cantidad diaria recomendada de proteínas, se trata de distribuirlas de manera que nos resulte fácil consumirlas en todas las comidas. Y para eso es perfecta la receta de hoy, un postre saludable, rico en fibra y en proteínas, pero que parece una trufa o un bombón de chocolate.

Las proteínas que no deben faltar nunca

Las proteínas son un macronutriente esencial que debemos consumir en todas las etapas de nuestra vida, aunque las necesidades y funciones que cumplen irán variando a medida que avanza nuestra edad. Durante la infancia y la adolescencia, cuando estamos creciendo, las proteínas son fundamentales para el desarrollo de los tejidos, la formación de la masa muscular y el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. En estos primeros años, una ingesta adecuada no solo garantiza un crecimiento sano, sino que también contribuye a la consolidación de unos hábitos alimentarios saludables y una mejor relación con la comida.

Cuando somos adultos, el consumo de proteínas es necesario para mantener la masa muscular, aunque las necesidades pueden ser diferentes dependiendo del contexto de cada persona, la cantidad de proteínas a consumir variará en función de la actividad física, de si se sigue una dieta para perder peso o de si se trata de mujeres en la perimenopausia, por poner algunos ejemplos en los que los requerimientos serán mayores, pudiendo alcanzar hasta 1,6 gramos de proteína por kg de peso corporal.

Para entendernos, esto quiere decir que una persona de 70 kg de peso necesitaría al día 112 gramos de proteína. Si tenemos en cuenta que un filete de ternera aporta unos 20 gramos de proteína por cada 100 gramos de carne, estaríamos hablando de comer más de medio kg de carne al día. Si lo traducimos a huevos, serían 16 huevos al día. Increíble ¿verdad?

En edades avanzadas, la necesidad de proteínas es aún más crítica, pues son las que ayudarán a prevenir la sarcopenia (la pérdida progresiva de masa y fuerza muscular) y es clave para mantener la autonomía, la movilidad y una buena calidad de vida. Estudios recientes recomiendan incluso aumentar ligeramente la ingesta de proteínas en personas mayores, distribuyéndola de forma homogénea a lo largo del día.

¿Se puede hacer un postre rico en proteínas para comer a diario?

Hemos crecido considerando los postres alimentos “prohibidos” o poco saludables que solo eran para ocasiones especiales. Pero hoy en día, gracias a la creatividad de muchos cocineros que se han especializado en hacer una cocina más saludable, es posible dejar atrás esas creencias y no solo volver a disfrutar del momento del postre, sino que podremos aprovecharlo para sumar nutrientes esenciales, como las proteínas.

Estas trufas a base de garbanzos, cacao, dátiles y mantequilla de cacahuete que han compartido en la cuenta de Instagram @epicmintleaves, son un buen ejemplo de esto. Son unos pequeños bocados que no solo satisfacen el antojo de algo dulce, sino que, además, pueden mejorar la calidad nutricional de nuestra alimentación diaria completando la ración de proteínas en las comidas principales o como tentempié a media mañana o a la hora de la merienda.

Estas trufas o bombones saludables, a diferencia de los bombones industriales tradicionales, están libres de azúcares refinados, aditivos y grasas trans y, en cambio, aportan nutrientes interesantes como proteínas, fibra y minerales como hierro, magnesio y potasio.

Utilizar garbanzos como base para preparar un postre puede parecer algo rarísimo, pero aporta cremosidad, proteínas de origen vegetal y una dosis adicional de fibra, lo que ayuda a regular la glucemia y a mantener la salud digestiva, además de hacer que sean muy saciantes. Y no es la primera vez que en COCINILLAS os presentamos una receta de este estilo, pues ya hace años que aprendimos a hacer brownies con garbanzos y con alubias de bote y están requetebuenos.

Los dátiles son una fuente natural de azúcares que, además de dulzor, aportan antioxidantes y minerales, aunque si bien es cierto que son el ingrediente más calórico y podría sustituirse, en caso de necesitar una versión aún menos calórica, por plátano o compota de manzana con un poco de stevia o eritritol.

Ingredientes para hacer trufas de chocolate proteicas

  • Garbanzos cocidos, 250 g
  • Cacao en polvo, 30 g
  • Dátiles Medjool grandes (remojados y sin hueso), 6 ud
  • Mantequilla de cacahuete (o de otro fruto seco), 2 cucharadas
  • Chocolate negro sin azúcar ni leche, 80-100 g
  • Coco rallado, frutos secos picados, para decorar (opcional)

Paso 1

Lavamos bien los garbanzos cocidos bajo agua corriente para eliminar el sabor del agua de envasado. Los escurrimos bien hasta que no quede líquido y, si es necesario, los secamos dando algunos toquecitos con papel absorbente.

Paso 2

Colocamos los garbanzos escurridos en el vaso de un procesador de alimentos o un robot de cocina. Añadimos los dátiles Medjool sin hueso, el cacao en polvo y la mantequilla de cacahuete.

Paso 3

Procesamos todos los ingredientes hasta obtener una masa densa, uniforme y manejable. La textura debe permitir formar bolitas sin deshacerse. Gracias a la humedad natural de los dátiles y la mantequilla de cacahuete, no deberíamos necesitar más líquido, pero si fuera necesario, podríamos añadir una cucharada de agua.

Paso 4

Con las manos, formamos pequeñas bolitas de unos 20 g cada una. Las colocamos sobre una bandeja con papel vegetal o que tenga una superficie antiadherente.

Paso 5

Llevamos las bolitas al congelador durante 20 minutos para que endurezcan ligeramente y sea más fácil bañarlas en chocolate.

Paso 6

Cuando las trufitas hayan adquirido cierta rigidez, derretimos el chocolate negro al baño maría o en el microondas en intervalos de 20 segundos, removiendo entre cada uno para evitar que se queme, hasta que esté completamente fundido y brillante.

Paso 7

Sacamos las bolitas del congelador y las bañamos una a una en el chocolate fundido, ayudándonos de un tenedor para escurrir el exceso, y la vamos colocando de nuevo sobre el papel vegetal. Opcionalmente, podemos ponerles por encima un poco de coco rallado o unos frutos secos picados para decorar.

Paso 8

Dejamos en la nevera las trufas bañadas durante al menos 30 minutos, o hasta que el chocolate esté completamente solidificado. Se conservan en la nevera hasta cinco días, pero también se pueden congelar.