Hace unas semanas, cuando os enseñamos nuestro #desayuno_cocinillas en Instagram, nos preguntásteis en los comentarios que cómo se preparaban los huevos revueltos que aparecían en uno de los desayunos que proponíamos. Como ya sabéis,  nos encanta que nos hagáis llegar todas vuestras dudas, así que aquí están los huevos revueltos explicados paso a paso y con un pequeño vídeo para que quede completamente claro cómo preparar este plato tan socorrido, que lo mismo sirve para un desayuno de domingo, que para una cena o para solucionarnos una comida acompañados de una buena ensalada.

Aunque se trata de una receta básica y muy fácil de preparar, conseguir que queden jugosos tiene sus truquitos, así que tomad nota que os los contamos todos.

Preparación de los Huevos revueltos perfectos

  1. Troceamos el perejil y los tomates y reservamos.
  2. Batimos los huevos y los mezclamos con el fiambre cortado en tiras.
  3. Engrasamos una sartén antiadherente con media cucharada de aceite y la ponemos a fuego medio-bajo (5/12). Si esperar a que se caliente, añadimos los huevos batidos.
  4. Cuando pasados unos segundos veamos que se empiezan a cuajar ligeramente por los bordes, empezamos a moverlos con la espátula tal como podéis ver en el vídeo y bajamos el fuego al mínimo (1/12). Lo que haremos serán movimientos con la espátula como si fuésemos plegando los huevos con mimo, ya que no nos interesa que queden trocitos muy pequeños de huevo cuajado que quedarían resecos.
  5. Mientras los estamos moviendo con la espátula, de vez en cuando levantamos la sartén del fuego y, cuando casi estén listos, lo apagamos. Seguimos moviéndolos unos segundos más hasta que estén cuajados a nuestro gusto y los pasamos a un plato.
  6. Les ponemos sal, pimienta y perejil picado por encima y acompañamos con los tomates cherry que teníamos reservados. Es muy importante no poner la sal hasta el final, pues la sal es un ingrediente que absorbe humedad y si la ponemos al batir los huevos, al final nos quedarán mucho menos jugosos.

Resultado

Aunque existen otras variantes de la receta, os propongo ésta porque es la que más me gusta de todas, ya que no lleva nata, leche ni mantequilla y resulta ser la más saludable.

Como os comentaba en la introducción, son perfectos para un día que nos apetezca un desayuno potente, aunque para mí también son una auténtica delicia a la hora de comer, acompañados de una buena ensalada como en la foto que podéis ver más abajo en la galería. En esta ocasión, por hacerlos un poco más completos, a la hora de servirlos les añadí por encima unos taquitos de jamón serrano, que como es un ingrediente salado es mejor añadirlo al final.

Tiempo: < 10 minutos

Dificultad: 2/5

Digestión: 1/5

Coste: < 1 €

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