Mangonada, batido típico mexicano de mango con salsa chamoy y jugo de lima.

Mangonada, batido típico mexicano de mango con salsa chamoy y jugo de lima. iStock

Salsas

La salsa mexicana "buena para todo" que recomienda el 'New York Times': lista en sólo cuatro sencillos pasos

Una elaboración fácil y original que conecta Asia y América y combina frutas veraniegas con toques ácidos. Puede incorporarse en recetas muy diversas.

Más información: Estas son las 10 salsas más famosas del mundo, así las puedes hacer en casa.

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La escritora gastronómica Paola Briseño González ha publicado hace unos días en The New York Times un artículo sobre una salsa muy famosa en México, aunque poco conocida en España.

Esta salsa se llama chamoy y, según Paola, queda bien con todo. "Se suele rociar sobre mango, sandía u otras frutas y verduras, como una salsa ácida donde mojar los nachos o para hacer michelada", explica. También podemos encontrarla en platos como alitas, ceviches o tacos.

Es de color rojo intenso y se elabora principalmente a partir de fruta deshidratada, chile, sal, azúcar y agua. Su sabor es dulce, ácido y picante a la vez.

"La magia del chamoy reside en su sencilla pero llamativa combinación de frutas deshidratadas y cítricos ácidos, junto con la alta acidez del vinagre y el picante sutil de los chiles secos", corrobora la autora.

¿América o Asia?

Los orígenes del chamoy no están claros y, aunque se identifica comúnmente con la gastronomía mexicana, tiene influencias de condimentos asiáticos, por ejemplo del japonés umeboshi (un encurtido del ume, una variedad japonesa de ciruela).

De hecho, como cuenta Paola Briseño en su texto: "La palabra 'chamoy' tiene raíces chinas en suan mei, las ciruelas ácidas que probablemente se transportaron a México en los galeones de Manila, barcos mercantes españoles que navegaron entre Filipinas y México entre los siglos XVI y XVIII".

Nachos con zanahoria rallada, pepino, cacahuetes, lima y salsa chamoy.

Nachos con zanahoria rallada, pepino, cacahuetes, lima y salsa chamoy. iStock

Cómo hacer chamoy casero

Encontrar chamoy en el supermercado o en tiendas especializadas (ya sean físicas u online) no es complicado. No obstante, si se siguen bien las instrucciones, es mucho más delicioso y saludable elaborarlo en casa.

El proceso no es nada complicado: en cuatro sencillos pasos puedes tener un frasco entero de chamoy para usar cuando te apetezca.

Simplemente hay que cocer a fuego lento las frutas hasta obtener una mezcla suave, enfriar, y, después, combinar con el resto de ingredientes en una batidora y reservar en la nevera en algún recipiente.

Durante la preparación siempre se pueden ajustar los ingredientes para obtener más dulzor, acidez o picante, hasta que quede exactamente como más nos guste.

Ingredientes

  • Albaricoques frescos o deshidratados (orejones) en trocitos, 100g
  • Ciruelas pasas sin hueso, 1/2 taza
  • Tamarindo sin cáscara, 100 g (opcional si no lo encuentras, aunque recomendable)
  • Jamaica seca (hibisco deshidratado), 1 taza
  • Azúcar, 1 taza
  • Agua, 2 tazas
  • Sal, 1 cucharada
  • Zumo de limón, 1 cucharada
  • Chile en polvo, 1/4 taza
  • Vinagre, 2 cucharadas

Paso 1

En una olla, pon dos tazas de agua, los albaricoques secos o deshidratados (cortados en trozos), las ciruelas pasas, el hibisco y la pulpa del tamarindo. Deja que hierva todo durante 15 minutos.

Paso 2

Cuando se haya enfriado un poco, pasa la mezcla a una batidora y agrega el azúcar (o algún tipo de endulzante), el chile en polvo, el chile en polvo con limón y el zumo de limón. Tritúralo todo al menos 3 minutos o hasta que tenga una consistencia suave.

Paso 3

Una vez esté todo batido, puedes añadir también las dos cucharadas de vinagre para que dure más tiempo y no se eche a perder rápidamente.

Paso 4

Finalmente, guarda en una botella o frasco limpio y tapado para que aguante bien.

Unos últimos apuntes

El chamoy casero puede aguantar entre dos semanas y hasta tres meses, dependiendo de los ingredientes que uses (si hay frutas frescas o deshidratadas) y las condiciones de conservación (si lo mantienes en un recipiente hermético dentro de la nevera o a temperatura ambiente).

El truco para alargar un poco más su 'vida' es introducir vinagre en la receta, ya que este actúa como conservador natural debido a su contenido de ácido acético.

Además, los sabores se intensifican después de unas horas de reposo, por lo que es recomendable prepararlo con algo de antelación si queremos incorporarlo en algún plato o alimento.