Estos merengues son un dulce y ligero bocado. Ideales como colofón a una gran comida, acompañando en la sobremesa a un rico café o infusión. Tienen un exterior crujiente, pero su interior está jugoso.

Este no es un postre rápido, porque pasa bastante tiempo en el horno, pero el tiempo real de preparación de la receta es muy corto. Básicamente se trata de batir a punto de nieve las claras de huevo junto con azúcar glas, y añadir algún aroma, en este caso hemos añadido un aroma de vainilla.

¡Anímate a probar, verás qué ricos! 😉

Preparación de los Bocaditos de merengue de vainilla

  1. Precalentamos el horno a 150ºC con calor arriba y abajo, sin aire.
  2. Montamos las claras a punto de nieve. Cuando estén espumosas y empiecen a formar picos añadimos la vainilla. Después, el azúcar poco a poco. Más tarde, agregamos la Maizena y las gotas de zumo de limón.
  3. Seguimos montando hasta obtener un merengue firme y brillante.
  4. Introducimos la masa en una manga pastelera. Si no tienes, puedes utilizar una bolsa de congelar y hacerle un corte no muy grande en una punta. Ayúdate metiendo la manga/bolsa en un vaso o recipiente alto a la hora de rellenarla.
  5. Sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear, hacemos montañitas de merengue, intentando que sean todas del mismo tamaño.
  6. Horneamos a 150ºC durante 90 minutos aproximadamente, o hasta que estén “duritos” por fuera. Apagamos el horno y dejamos enfriar los bocaditos de merengue dentro del horno con la puerta abierta, para que se sequen bien.
  7. Sacamos del horno y guardamos en un bote hermético, alejados de la humedad.

Resultado

¡Y ya tenemos listos nuestros deliciosos merengues! Los podemos dejar tal cual, o coronarlos con chocolate de cobertura fundido, por ejemplo.

Cuando hagas estos merengues, ten cuidado sobre todo con dos cosas: el batido, si bates poco el merengue goteará enseguida y no se mantendrá, tienes que conseguir que quede bien firme. Y el tiempo de horneado, si nos pasamos se pueden agrietar y amarillear, pero si nos quedamos cortos quedarán blandos. En este segundo caso, te recomiendo que la primera vez que los hagas vigiles constantemente, hasta que cojas el punto a tu horno.

Otra cosa a tener en cuenta es la humedad, que es muy mala para los merengues. Sí los dejas a la intemperie, la superficie azucarada absorberá la humedad del ambiente y se pondrá blanda y pegajosa. La mejor manera de conservar un merengue horneado es guardarlo en un recipiente hermético una vez frío y servirlo lo antes posible.