Hace poco hemos fundado en mi oficina un “Cake Club”. Somos unos 10 compañeros de trabajo muy golosos. Cada domingo uno de nosotros hace una tarta en casa (desde cero, no vale comprarla) y el lunes la trae al trabajo para los miembros del Cake Club. ¿Veis la ventaja? Cocinas una vez cada dos meses y medio y a cambio comes tarta ¡todos los lunes! ¿No te apetece fundar tu propio cake club mañana mismo?

El caso es que este lunes me ha tocado a mí por primera vez, y he decidido estrenarme con esta tarta de chocolate. Y amigos… ¡qué tarta! Tengo que decir que es sin duda de las mejores tartas de chocolate que he comido nunca. ¿La razón? Un ingrediente secreto que nunca imaginaríais: Calabacín. Sí, has leído bien. El calabacín hace que el bizcocho quede extremadamente jugoso y fresco, y no le aporta sabor ni se ve. Vamos, que nadie va a adivinar nunca vuestro ingrediente secreto a no ser que se lo digáis.

Os recomiendo que hagáis esta receta porque os va a encantar y es ultrafácil.

Preparación

Precalentamos el horno a 180º.

Pelamos el calabacín y lo rallamos con el lado más fino de un rallador de queso. Si es un calabacín muy grande tendremos que abrirlo primero y quitarle la parte del centro ya que no queremos que las pipas aparezcan en nuestra tarta. Apartamos.

Tamizamos el harina, cacao, levadura y bicarbonato de soda en un bol. Añadimos el azúcar y la sal y mezclamos bien todos los ingredientes.

Añadimos el aceite de girasol, el calabacín rallado y los huevos. Si tenemos una KitchenAid o Thermomix o similar es el momento de usarla. Y si no pues a darle al brazo y remover bien hasta que queden todos los ingredientes bien integrados. Añadimos poco a poco las nueces troceadas y mezclamos hasta que queden bien distribuidas.

Engrasamos los bordes y el fondo de un molde para tartas con mantequilla. Vertemos la mezcla de todos los ingredientes y horneamos en el centro del horno durante 50-70 minutos. Estará listo cuando al clavar un cuchillo o palo de brocheta en el centro nos salga limpio.

Una vez listo sacamos del horno y dejamos enfriar por completo. Una vez frío el bizcocho cortamos la parte de arriba para hacerla plana y rellenamos con nata montada o con vuestro relleno favorito. Decoramos con fresitas o chocolate rallado y listo.

Resultado

Deliciosa y super jugosa. Es dulce pero sin ser empalagosa y como el bizcocho no es seco como en la mayoría de tartas, ¡nunca te cansas de comerla!

Se puede conservar en la nevera durante 3 días sin problema o si es el bizcocho sólo sin la nata, puede estar fuera de la nevera tapado con papel film o en un recipiente hermético.

El calabacín no se nota ni se ve. Pruébala. ¡Te vas a convertir!

Tiempo: 2 horas + enfriado

Dificultad: 2/5

Digestión: 3/5

Precio: 10 euros

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