Quizá una de las razones por las que a tanta gente le gusta la pasta sea la versatilidad de esta, puedes prepararla prácticamente con cualquier cosa que te guste. Esto normalmente se traduce en acabar cocinando pasta con lo que haya por la nevera, para sufrimiento de los italianos que nos ven hacer carbonaras con nata y otros inventos. La verdad es que tampoco hay necesidad, podríamos cocinar, por continuar con el ejemplo, pasta con nata y beicon y llamarla 'pasta con nata y beicon' y así todos contentos.

En la receta de hoy, los protagonistas invitados son unos champiñones al ajillo así que ese ese es el nombre con el que hemos decidido presentarla. Algo sencillo, con pocos ingredientes y con un toque final que resulta delicioso. Tenéis que probarlo.

El interés nutricional de la pasta

Según la Fundación Española de la Nutrición, la pasta «aporta grandes cantidades de hidratos de carbono, en concreto almidón. La proteína más importante de la pasta es el gluten que le confiere su elasticidad típica. El contenido medio se sitúa alrededor del 12 %, aunque es deficitaria en lisina, un aminoácido esencial. El contenido en fibra es variable (dependiendo del grado de extracción de la harina) y como micronutrientes destacan zinc, fósforo y selenio (minerales) y tiamina y niacina (vitaminas). Su contenido será mayor o menor dependiendo de si se enriquece la harina o no.

La pasta contiene gluten, por lo que su consumo está totalmente contraindicado para celiacos o intolerantes al gluten, salvo aquellas variedades elaboradas expresamente sin él. Asimismo, se ha de vigilar la composición de las pastas alimenticias, pues aquellas que llevan huevo entre sus ingredientes no las pueden consumir quienes tienen alergia a este alimento».

Desde el punto de vista nutricional, podemos encontrar en el mercado distintos tipos de pastas:

  • Pastas elaboradas con agua y sémola de trigo duro.
  • Pastas elaboradas con huevo y harina de trigo blando.
  • Pastas fortificadas que pueden llevar otros ingredientes en la masa como vegetales, leche en polvo o suplementos proteicos.
  • Pastas enriquecidas con suplementos de vitaminas y/o minerales.

Cómo hacer espaguetis con champiñones al ajillo

Ingredientes

  • Espaguetis, 150-200 g
  • Champiñones Portobello, 400 g
  • Ajos, 3 dientes
  • Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas
  • Mantequilla, 1 cucharada
  • Salsa de soja o similar, 3 cucharadas
  • Nata, 200 ml
  • Sal
  • Pimienta recién molida
  • Queso curado rallado, 40 g
  • Perejil fresco picado, 2 cucharadas
  • Ralladura de la piel de un limón

Paso 1

Limpiamos los champiñones con un trapo húmedo, cortamos el pie para retirar la zona que estaba dentro de la tierra y los cortamos en trozos como de un centímetro de grosor. (Si son pequeños los cortamos en mitades, si son medianos en cuartos y, sin son grandes, los cortamos en seis u ocho trozos).

Paso 2

Pelamos los ajos y los cortamos en brunoise.

Paso 3

Ponemos a calentar el aceite y la mantequilla en una sartén a fuego bajo y añadimos los dientes de ajo. Los cocinamos a fuego medio hasta que el ajo empiece a 'bailar'. En ese momento, añadimos los champiñones y salpimentamos al gusto.

Paso 4

Cuando los champiñones empiecen a estar doraditos, subimos el fuego, añadimos la salsa de soja, damos unas vueltas para que se impregne todo bien y añadimos la nata. Rectificamos de sal y de pimienta y bajamos el fuego al mínimo. Cocinamos durante unos 10 minutos dando vueltas de vez en cuando.

Paso 5

Mientras se termina de hacer la salsa vamos cociendo los espaguetis siguiendo las instrucciones de fabricante. Cuando esté lista, sacamos la pasta del agua y la añadimos a la salsa junto con un cucharón del agua de cocción. Mezclamos todos bien moviendo la sartén y ayudándonos, si es necesario, con una cuchara o espátula de silicona.

Paso 6

Terminamos la pasta añadiendo el queso rallado por encima, unas vueltas de pimienta recién molida, el perejil fresco picado y la ralladura de limón.