Las ensaladas de pasta son uno de los recursos más socorridos para el verano. Son perfectas para llevar a cualquier parte y, saliendo de la clásica ensalada de pasta con bonito y aceitunas, nos permiten una gran cantidad de posibilidades. Por ejemplo, muy de España, una ensalada de pasta con mejillones en escabeche es siempre un acierto igual que lo es una ensalada de macarrones y brócoli o una ensalada marinera o una ensalada tropical de pasta.

En estas ensaladas, el tipo de pasta a utilizar va al gusto de cada uno pero yo siempre os recomiendo emplear una pasta de calidad porque tendrá mucha más mordida y textura después, aportando otros valores a vuestra ensalada. En esta ocasión he empleado una tipo calamarata corta, que son unos tubos gruesos, pero para la vuestra podríais utilizar macarrones, fusilis, coditos o incluso fideos gruesos. También existe la opción de cambiar la pasta por cuscús o por trigo tierno y así lograr otros sabores y texturas en todo el conjunto. 

Siguiendo un poco la idea de nuestra ensalada cheeseburger, esta ensalada pretende homenajear a la BLT Burger, esa clásica hamburguesa de beicon, lechuga y tomate que siempre acaba siendo la favorita de muchos. Como bien dice el enunciado, sólo necesitaremos lechuga - cogollos en este caso pero podéis utilizar lechuga romana, viva o la que cada uno considere - tomate y beicon. Los tomates cherry son siempre una baza muy buena para las ensaladas por lo cómodos que son de comer y también porque nos aseguran un sabor bastante presente, no como el resto de tomates de supermercado.

El beicon, uno ahumado aunque también podríais utilizar panceta ibérica de calidad y lograr el súmmum de las ensaladas de pasta. Por supuesto, la clave será una salsa muy fácil de preparar a partir de mahonesa, salsa Worcestershire, un poco de mostaza de Dijon en grano y también kétchup. Tan fácil y tan deliciosa. Probad esta salsa con unas patatas fritas o como acompañamiento de vuestra hamburguesa o perrito y sed felices. 

Cómo hacer una ensalada de pasta BLT

Paso 1

Poner abundante agua a hervir en una olla y, cuando rompa el hervor, añadir la sal. Cuando vuelva a romper a hervir incorporar la pasta y dejar cocer lo que diga el fabricante. Yo siempre recomiendo hacerlo un par de minutos menos para asegurarnos de que queda bien al dente. 

Paso 2

Colar la pasta, enfriar ligeramente debajo del chorro del agua fría y añadir unas gotas de aceite mezclando bien. Esto nos ayudará a que la pasta no se pegue la una a la otra haciéndose un amasijo. 

Paso 3

Preparar la salsa mezclando la mahonesa de soja (o normal) con la salsa Worcestershire, el kétchup y también la mostaza. Podríamos utilizar mostaza a la miel también si nos gusta ese toque más dulzón que nos aporta. 

Paso 4

Lavar bien los cogollos de lechuga y los tomates cherry. Quitar la base de los cogollos y trocear. Cortar los tomates también por la mitad y reservar. 

Paso 5

Hacer el beicon a la plancha, sin necesidad de aceite ni nada, dándole la vuelta cuando veamos que va cogiendo color. Otra opción también es hacerlo en el microondas, entre capas de papel de cocina para que el papel vaya absorbiendo la grasa que suelte. Lo pondremos un minuto al principio y luego lo iremos observando cada 30 segundos. Siempre dejar reposar sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa. 

Paso 6

Mezclar la pasta con la lechuga y los tomates, aliñar un poco y terminar mezclando. Incorporar por último los trozos de beicon o bien enteros o troceados con la ayuda de los dedos, porque estarán crujientes. Agregar por último más salsa.