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Carne

Cómo hacer caldo de huesos casero, una bebida nutritiva rica en colágeno

Es el favorito de las influencers por todos los beneficios nutricionales que aporta.

26 junio, 2023 01:11

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Tener una piel en la que no se note el paso de los años es uno de los sueños de muchas personas. En los últimos años muchas se han vuelto devotas del colágeno con la esperanza de conseguirlo. Precisamente, el colágeno es uno de los micronutrientes que contiene el caldo de huesos y es una de las razones por la que este caldo, que no es más que un caldo como los que hacían nuestras abuelas, se ha convertido en el favorito de celebrities e influencers.

El colágeno es una proteína, la que más abunda en el cuerpo humano, que tiene una función estructural que puede variar dependiendo de la parte del cuerpo. En el caso de la piel, actúa como sostén de la dermis ayudando a que se mantenga tersa.

Según explica el doctor Roberto Méndez en un artículo publicado en la sección de Nutrición de El Español «en principio, consumir colágeno mejoraría la calidad de la piel y de las articulaciones, pero existen muchas teorías al respecto, y no por consumir un elemento en particular de la dieta este se absorberá de la forma que queremos, ni en la cantidad deseada, ni hacia el sitio deseado».

Esto es porque cuando llegan a estómago los alimentos ricos en colágeno, este se rompe y se liberan los aminoácidos que lo forman, pero nuestro cuerpo enviará esos aminoácidos allí donde considera que se necesitan más, por ejemplo, ayudar a cicatrizar una pequeña herida.

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En lo que se refiere a la preparación, hacer caldo de huesos en casa es sencillísimo, solo hace falta una olla muy grande y paciencia, que no esfuerzo, porque el caldo debe cocer durante horas a fuego muy lento -una slow cooker tipo Crock-Pot de tamaño grande es perfecta para esta receta-. Puede hacerse solo con huesos y alguna carne, por ejemplo, alitas de pollo, que tienen gran cantidad de colágeno, o se le pueden añadir también algunas verduras y condimentos que aportarán más sabor.

Ingredientes

  • Huesos de ternera (rodilla, caña con tuétano, pecho...), 1 kg
  • Espinazo de cerdo, 500 g
  • Hueso de jamón, 1 ud
  • Alitas de pollo, 500 g
  • Manitas o rabitos de cerdo, 2 ud
  • Oreja de cerdo, 1 ud
  • Cabolla, 1 ud
  • Puerro, 1 ud
  • Zanahoria, 2 ud
  • Apio, 2 ramas
  • Perejil fresco, 6 ramas
  • Laurel, 2 hojas
  • Vinagre de manzana, 1 cucharada
  • Pimienta negra en grano, 1 cucharada
  • Sal

Paso 1

Enjuagamos bien todos los huesos bajo un chorro de agua fría para eliminar cualquier residuo. Si algunos huesos están en salazón, hay que desalarlos previamente dejándolos a remojo en agua fría durante unas 24 horas y cambiando el agua cada 8 horas.

Paso 2

Pelamos la cebolla y las zanahorias y las cortamos en trozos grandes. Lavamos las ramas de apio y el puerro y los troceamos también.

Paso 3

En una olla grande, ponemos todos los huesos, las alitas de pollo, las verduras, el perejil, la pimienta en grano y el laurel y añadimos agua fría hasta llenar la olla, una cucharada de vinagre de manzana y sal al gusto, pero sin excederse, pues de ser necesario, al final se puede ajustar el punto de sazón. Debe haber suficiente agua para cubrir los huesos por completo.

Paso 4

Llevamos el agua a ebullición a fuego alto y, una vez que hierva, reducimos para mantener un hervor muy suave. El caldo nunca debe hervir a borbotones.

Paso 5

Cada cierto tiempo retiraremos con cuidado cualquier espuma o impureza que se forme en la superficie del caldo. Esto ayudará a que el caldo quede más limpio.

Paso 6

Cocinamos el caldo a fuego lento durante un mínimo de 4 o 5 horas, preferiblemente hasta 8 horas. Cuanto más tiempo cocinemos el caldo, más sabroso quedará.

Paso 7

A medida que avanza la cocción, se puede ir añadiendo agua si vemos que se evapora demasiado rápido. Se deben mantener los ingredientes cubiertos en todo momento.

Paso 8

Pasado el tiempo de cocción, probamos y, si es necesario, rectificamos de sal; retiramos la olla del fuego y dejamos que se enfríe un poco. A continuación, colamos el caldo usando un colador grande o una gasa para separar el líquido del resto de elementos. Es importante 'estrujar' bien todos los sólidos para extraer todo el caldo.

Paso 9

Dejamos enfriar, retiramos la capa de grasa que se haya formado en la superficie y ya tenemos nuestro caldo de huesos listo para guardarlo en botes bien cerrados en la nevera o en el congelador.

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Debido al colágeno, este caldo se cuajará como si fuera gelatina, es algo perfectamente normal. Para consumirlo, solo tenemos que calentarlo y volverá a estar líquido. Puede utilizarse para preparar sopas o beberse tal cual, pues de las dos formas es delicioso.