La garnacha en su día era despreciada en España. Eran los años en los que se trabajaba poco o nada sobre las condiciones de vinificación. Y tenía mala fama. Supuestamente producía vinos bastos, que no aguantaban en botella. Tenían tendencia a la oxidación y solo valían para mezclar con otras uvas.

Sin duda era otra época en la que, como ha pasado con otras tantas variedades, no se le supo sacar partido a una de las variedades autóctonas que tenemos en España. Es una variedad de origen en Aragón o Cataluña que se implantó muy rápidamente en los viñedos del Mediterráneo.

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Pero a día de hoy, la situación es bien distinta. La garnacha está resurgiendo a lo largo de todo el mundo. Incluso hay un certamen a nivel mundial para elegir a las mejores garnachas del planeta. Se llama Grenaches de Monde y en él, año a año, la garnacha española es premiada como una de las mejores. En su próxima edición el certamen se celebrará en la tarraconense DO Terra Alta, célebre por sus garnachas blancas.

Algunas de las ventajas de la garnacha pueden ser su sabor afrutado, los sus suaves taninos que por lo general la definen y el agradable sabor final en boca. Pero hay más motivos detrás de este fulgurante éxito.

La versatilidad de la garnacha

La garnacha es una variedad de lo más versátil. Se adapta muy bien a suelos pobres y aguanta el calor. Además estamos ante una variedad muy productiva que incluso puede plantarse hasta los 2.000 metros de altitud. Quizá por ello hoy en día es la variedad de uva tinta mas plantada en el mundo.

La garnacha en su variedad blanca

Su unión con el terruño

Está perfectamente adaptada a los terruños pobres y secos. De hecho, la garnacha da mejores resultados en plantaciones con rendimientos bajos. Es por ejemplo el caso en el Mediterráneo. En esta zona, la sequía y la pobreza del suelo no limitan la producción de la garnacha.

Tiene un potencial de acumulación de azúcares muy elevado, pero su color tiende a debilitarse con rendimientos altos. La garnacha negra está muy bien adaptada a los viñedos ligeramente ácidos, arenosos, pedregosos, cálidos, que le permiten períodos de maduración largos.

Acidez baja

Su acidez es generalmente baja. Su potencial alcohólico autoriza la producción de vinos dulces naturales de gran calidad. Especialmente cuando las viñas crecen en suelos adecuados y se controla su rendimiento y color.

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Un amplio perfil aromático

La garnacha negra produce vinos ricos en alcoholes de acidez baja. Son vinos redondos y amables, con gran intensidad aromática (frutas negras muy maduras, ciruelas secas) y con buena capacidad de crianza.

Su color depende del rendimiento.La garnacha, vinificada como los vinos duces naturales, con su oxidación, aporta aromas intensos y potentes de especias, cacao, café, caramelo y frutos secos (nueces, higos, pasas).

Gran implantación en el mundo

Como se ha apuntado, la garnacha es la variedad de uva tinta mas plantada en el mundo. En total, está plantada en cerca de 200.000 hectáreas, la mitad de las cuales se encuentran en España. A día de hoy, es una de las variedades dominantes en muchos de los vinos del sur del Ródano. Pero su implantación llega a Italia o Australia, entre otras zonas vinícolas del planeta.

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Variedad muy vigorosa y productiva

Nos encontramos ante una variedad tardía, muy vigorosa y productiva y resistente al viento. Su poda suele ser corta para poder controlar su vigor. Produce racimos grandes, de forma cónica y compacta. Las uvas son de talla mediana con piel gruesa y abundante zumo. Es una variedad tardía que florece temprano. Su fuerte vigor le permite resistirse a los vientos violentos y a la sequía.

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