Me encanta el salmón, y desde que probé el sushi, cada vez me gusta más crudo o marinado. No quiere decir que el salmón a la plancha no sea delicioso, o nuestro salmón express al microondas, que se hace en un pispás. Sin embargo esa textura suave del salmón fresco, marinado o ahumado… Es inimitable. Por eso este tartar suave de salmón y aguacate me gusta tanto, es un plato perfecto para una cena o como un plato principal, incluso en porciones más pequeñas puede ser un entrante perfecto. Es muy muy fácil de hacer, en poco más de media hora tenéis preparado un plato de 10.

¿Y por qué digo que es un tartar suave? Porque he evitado añadirle ingredientes excesivamente fuertes, con intención de que sea apto para todos los paladares, como son las alcaparras o el wasabi. Es ideal tanto para verano como para invierno, para una comida informal o como plato especial en una reunión. Además, es una receta muy completa, pues aporta los beneficiosos ácidos grasos omega-3 del pescado azul, las propiedades del aguacate, como son vitaminas E, A,B1, B2, B3, proteínas y minerales. Es refrescante, cremoso, sabroso y con un contenido calórico medio-bajo, por lo que es ideal como plato único para cuidar nuestra línea. Y como no, ¡está delicioso!.

Preparación del Tartar suave de salmón y aguacate

En primer lugar, limpiamos bien de piel y espinas el salmón, y lo cortamos en taquitos pequeños, de medio centímetro de lado como máximo, en función de cómo de grande os guste notar las porciones de salmón, y reservamos en una fuente amplia. A continuación, picamos el tomate y el aguacate en porciones similares a las del salmón y lo incorporamos a la fuente. Para la cebolleta os recomiendo picarla más fina, yo he optado por picarla en trocitos muy muy pequeñitos porque prefiero que pase más desapercibida que el resto de ingredientes, pero podéis picarla a vuestro gusto.

Mezclamos bien todos los ingredientes, añadimos el zumo de limón, la salsa de soja, la salsa Worcestershire, un chorrito de aceite y sal al gusto (cuidado no os paséis con la sal, que ya le estamos echando salsa de soja). Lo revolvemos bien, para que se impregne todo del marinado y lo dejamos reposar en la nevera 30 minutos.

Pasado este tiempo, escurrimos la mezcla bien y nos preparamos para emplatarlo. Lo ideal es disponer de un aro de emplatar de unos 4 o 5 cm de diámetro, porque en un aro mayor quedarán raciones demasiado grandes por comensal. Si no tenéis un aro de emplatar podéis apañar uno cortando una botella de plástico, un brick de leche para conseguir una forma rectangular o quitándole la tapa y la base a una lata de atún (ojo, cuidado con esta última opción, que os podéis cortar). Rellenamos el aro de emplatar con una cuchara y presionamos suavemente para que se compacte un poco pero sin aplastarlo.

Cuando esté bien relleno, retiramos el aro con delicadeza y listo, un delicioso tartar de salmón y aguacate listo para disfrutar.

Resultado

Como ya os he comentado, el resultado es una mezcla muy cremosa de ingredientes, donde se mezclan la textura del salmón y el aguacate con el crujiente de la cebolleta y el tomate. Si queréis, podéis darle un toque diferente decorándolo por encima con unas semillas de sésamo, que le darán un sabor a fruto seco muy bueno. Si no os gusta el salmón crudo, podéis cambiarlo por salmón ahumado, aunque el sabor variará un poquito. De cualquiera de las formas, estará buenísimo, el salmón triunfa allá donde vaya. Es ideal para la operación bikini, ¡y súpersaludable!