David Guibert, chef, en un montaje de El Español

David Guibert, chef, en un montaje de El Español iStock

Aprende a cocinar

David Guibert, chef, alerta sobre el error al cocinar con especias: "Si haces esto, las estás estropeando muy rápido"

Un gesto cotidiano que, a menudo, hacemos sin pensar, no solo hace que nuestras especias se estropeen más rápido, sino que también hace que pierdan sabor. Un chef nos explica cómo evitarlo de manera muy sencilla.

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¿Alguna vez te ha pasado que lo que cocinas "no sabe a nada" a pesar de haber usado todas las especias que pedía la receta? Es algo más frecuente de lo que crees y se debe a que las especias se han estropeado.

Un error muy frecuente es no prestar atención a este tipo de ingredientes, nos parece que con dejarlas en el cajón y abrir el bote encima del guiso de turno ya hemos hecho todo lo que había que hacer para que duren hasta que se acabe el frasco. Nada más lejos de la realidad.

Las especias tienen una vida útil limitada y, si no las usamos correctamente, estamos acelerando su deterioro y haciendo que pierdan sabor a pasos agigantados.

El truco de un chef

David Guibert, un joven cocinero vasco, especialista en cocina plant based y coautor del libro Cocina comida real (Paidós, 2020) junto al nutricionista Carlos Ríos, que cuenta con casi 300.000 seguidores en Instagram, ha compartido un vídeo en el que explica cómo usar las especias correctamente.

Señala que tener las hierbas aromáticas en recipientes en los que puede entrar humedad fácilmente; por ejemplo, cuando usamos un bote con dosificador para espolvorearlas sobre la comida humeante, hace que éstas se deterioren mucho más rápido.

Cuando la humedad se mete dentro del bote, "las deja inservibles, me refiero a que pierden todo su sabor", explica Guibert.

El "truco" para evitar que esto suceda consiste en hacer una cosa muy sencilla. Tal como muestra el chef, debemos echar la cantidad de especias que necesitemos sobre la palma de nuestra mano, se entiende que limpia y seca, y aplastarlas ligeramente con los dedos de la otra mano.

Al frotarlas de esta manera, las especias empiezan a liberar sus aceites esenciales y, con ellos, la fragancia que buscamos que dejen en nuestros platos; además, haciéndolo así, tenemos un control más preciso sobre la cantidad que utilizamos en nuestros platos.

Cómo guardar las especias

A todos nos encanta tener las especias lo más a mano posible cuando cocinamos; pero, paradójicamente, la cocina no es uno de los mejores sitios para almacenarlas si queremos que nos duren mucho tiempo.

Si tenemos la opción de guardarlas en una despensa o en una estancia de la casa en la que no se generen vapores, nuestras especias nos lo agradecerán. Yo lo recomiendo para las que son más especiales, que no se usan a diario (y suelen ser las más caras).

Si no nos queda más remedio que guardarlas en la cocina, es fundamental mantener los envases bien cerrados. De este modo evitamos la entrada de aire y, sobre todo, de humedad, que son los principales responsables del deterioro.

Un bote mal sellado hace que las hierbas se oxiden y se degraden en muy poco tiempo perdiendo sus características organolépticas.

La rotación a la hora de usarlas también es un factor clave. Si intentamos utilizar primero las hierbas más antiguas, evitaremos que queden olvidadas en el fondo de la despensa y terminen perdiendo toda su fragancia. Tener esto en mente también puede servirnos como motivación para experimentar y probar recetas nuevas.

Otro "truco" que ayuda a que nuestras especias se conserven mejor es optar por envases de pequeño tamaño. A menudo caemos en el error de comprar grandes cantidades porque resulta más económico, pero lo cierto es que, una vez abierto un paquete de hierbas, éstas empiezan a degradarse.

Los frascos pequeños, en general, se terminan antes de que ese deterioro sea notable, lo que asegura un mejor resultado cuando las utilizamos para cocinar.

Si, por lo que sea, acabamos con un envase más grande, una buena opción es pasar una pequeña cantidad a un bote más pequeño, que será el que tengamos "en uso" y que podremos ir rellenando a medida que se acabe, mientras el bote grande lo tenemos guardado en un sitio adecuado.

Los botes deben permanecer en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa y de fuentes de calor como el horno o la cocina.