Botella de agua

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Así debes limpiar tus botellas de agua para que no sean una piscina de bacterias con olor a humedad

Las botellas de agua reutilizables son un ahorro para nosotros y para el planeta, pues con ellas compramos menos agua embotellada y generamos menos residuos.

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Las botellas de agua reutilizables, aunque son una alternativa ecológica y práctica frente a las desechables, pueden convertirse en un foco de bacterias. Su uso puede suponer riesgos si no se limpian adecuadamente.

El interior de las botellas ofrece un ambiente húmedo y, especialmente ahora en verano, muy cálido, que resulta perfecto para la proliferación de microorganismos.

Si la dejamos dentro de un coche expuesta al calor, o si la utilizamos durante varias horas sin lavarla, las condiciones se vuelven aún más favorables para que las bacterias se multipliquen y, si no tenemos cuidado, nos las acabaremos bebiendo.

A este escenario hay que añadir el hecho de que cada vez que bebemos directamente de la botella, las bacterias que están en nuestra boca se quedan en la boquilla y acaban pasando al interior del recipiente.

El diseño de muchas botellas reutilizables tampoco ayuda. Al contar con rincones de difícil acceso, la limpieza puede no ser completa y se corre el riesgo de que se formen biopelículas de bacterias que se quedan adheridas a las paredes internas y no se van con un simple enjuagado.

Si el lavado no es constante y minucioso, esos microorganismos se acumulan hasta niveles que pueden representar un riesgo real para la salud de quien utiliza la botella.

Cómo limpiar una botella de agua

La botella reutilizable es una excelente opción para reducir residuos y mantenernos hidratados evitando la exposición a microplásticos, pero requieren un compromiso constante de limpieza y cuidados.

Con el fin de mantener una higiene adecuada, la primera recomendación es lavarla todos los días con agua caliente y jabón, prestando especial atención a la boquilla o tapa, que suele ser las zonas donde más bacterias se acumulan.

Siempre que sea posible, conviene utilizar cepillos específicos para botellas que permitan llegar a las zonas más profundas y difíciles.

Si no se dispone de uno de estos utensilios, un truco para limpiarlas por dentro es cortar un trozo de estropajo de cocina (de los que tienen esponja), introducirlo en la botella y, con ayuda de un tenedor, frotar el fondo y las paredes.

Una vez lavada, debemos dejarla secar completamente al aire, sin taparla, ya que la humedad residual también favorece la proliferación de microorganismos.

Otra recomendación a tener en cuenta es evitar el uso de la botella con líquidos distintos al agua, ya que las bebidas con azúcares u otro tipo de materia orgánica son un caldo de cultivo perfecto para el crecimiento de microorganismos. En caso de haberla usado para zumos de frutas, leche, batidos o infusiones, el lavado debe ser inmediato y mucho más riguroso.

Cómo hacer una limpieza profunda

Aparte del lavado diario con agua y jabón del que usamos para limpiar los platos, al menos una vez por semana, se recomienda hacer una limpieza más exhaustiva.

Para ello, se puede llenar la botella con una mezcla de agua y vinagre en proporción 3:1 y dejarla reposar durante toda la noche. Al día siguiente, basta con enjuagarla con abundante agua caliente.

Otra opción sería preparar una mezcla de agua con una cucharada de bicarbonato sódico por cada medio litro de líquido, que ayudaría a eliminar olores y depósitos.

En el caso de botellas de acero inoxidable o vidrio, también se pueden usar pastillas limpiadoras específicas para termos y bidones, que liberan oxígeno activo y son capaces de eliminar hasta las biopelículas.

Si las que se utilizan son botellas de plástico, conviene comprobar que el material es resistente antes de aplicar productos desinfectantes más potentes, ya que algunos plásticos podrían deteriorarse.

Si la botella lleva mucho sin utilizarse

En algunos casos es posible que necesitemos una limpieza más "drástica" que garantice la desinfección, bien porque la botella lleve tiempo almacenada y haya desarrollado "olor a humedad", que es señal de actividad bacteriana o bien porque lleve días sin lavarse.

En el caso de las botellas de acero inoxidable, hervirlas es un método barato y efectivo, siempre y cuando el fabricante lo permita. No todos los modelos están diseñados para resistir la inmersión prolongada en agua hirviendo, ya que las altas temperaturas pueden dañar las juntas de silicona o deformar las tapas.

Si la botella es de una sola pieza, sin recubrimientos internos y sin partes plásticas, el hervido durante unos minutos es un método seguro y eficaz para eliminar bacterias.

La limpieza con agua y lejía apta para desinfección de alimentos también es una opción válida, pero debe hacerse tomando precauciones. Se recomienda mezclar una cucharadita de lejía por cada litro de agua y dejar la botella sumergida en esa mezcla durante unos minutos.

Después, es imprescindible enjuagar varias veces con abundante agua para asegurarse de que no queden restos del producto, ya que la lejía ingerida resulta tóxica.