Karlos Arguiñano (Captura)

Karlos Arguiñano (Captura) Cocina Abierta

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Karlos Arguiñano, 76 años, lo confirma: "Es mi ingrediente favorito para el gazpacho y en España casi nadie lo usa"

No es tomate ni pepino: Arguiñano tiene un ingrediente favorito para el gazpacho que casi nadie en España se atreve a usar.

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Con los Sanfermines en marcha y el calor apretando en buena parte de España, Karlos Arguiñano ha vuelto a demostrar que la cocina también puede ser una forma de refrescarse. Este lunes, desde su programa de Antena 3, el cocinero vasco ha preparado una de esas recetas que parecen pensadas para sobrevivir a una ola de calor sin perder el apetito: un gazpacho de sandía y tomate, suave, hidratante y con un toque muy personal.

Durante la emisión, Arguiñano no ha podido evitar comentar la situación que viven en Pamplona estos días: "Están a 36 grados y con el encierro encima... ¡como para no sudar! Esto con un vaso de gazpacho se arregla, ¿eh?". Y acto seguido, ha comenzado a preparar su propuesta, tan sencilla como efectiva para combatir el bochorno.

Una receta sin complicaciones

La base de este gazpacho es una sandía bien madura. Según el chef, este ingrediente no solo aporta dulzor y ligereza, sino que es "casi todo agua". De hecho, como ha recordado en directo, contiene un 93 % de agua, por lo que es ideal para hidratarse, especialmente en días en los que comer caliente se hace cuesta arriba.

A diferencia del gazpacho tradicional, esta versión reduce la cantidad de ajo y de pan, y gana en frescura gracias a la fruta. También incorpora tomate maduro, aceite de oliva virgen extra, un chorrito de vinagre de Módena y sal. El resultado es una crema fría con un color rosado intenso y una textura muy suave.

"Esto entra solo. Tiene más agua que una fuente y el cuerpo te lo agradece", ha dicho mientras lo servía en vasos altos con una ramita de menta.

El truco está en el contraste

Uno de los toques más personales que ha añadido Arguiñano es el topping. En lugar de dejarlo como una bebida sin más, el cocinero ha decidido enriquecerlo con huevo cocido y atún desmenuzado. "Lo conviertes en una comida ligera, pero completa. Tiene fruta, hortalizas, proteínas… Lo tiene todo", ha explicado con su estilo habitual, cercano y didáctico.

También ha sugerido que, para quienes no tengan pan del día anterior, se puede usar pan tostado, y que si la sandía está muy dulce, se puede compensar con un poco más de vinagre.

Ideal para cualquier momento del día

Arguiñano ha insistido en que este tipo de gazpachos no son solo entrantes. Bien presentados, pueden formar parte de una cena ligera, un tentempié de media mañana o incluso una merienda distinta. "Esto te lo tomas fresquito en una terraza y parece que estás en un chiringuito con los pies en la playa", ha dicho entre risas.

Además, ha recomendado preparar una buena cantidad y conservarlo en la nevera. "Se guarda bien durante un par de días, y así tienes algo fresquito siempre a mano. Porque con este calor, lo que menos apetece es encender la cocina".

La importancia de cocinar con lo que hay en temporada

Una vez más, Arguiñano ha aprovechado la receta para insistir en uno de sus mensajes habituales: cocinar con productos de temporada. "Ahora la sandía está en su mejor momento. Es más barata, más dulce y más jugosa que en invierno. Aprovechémoslo", ha dicho, antes de recordar que lo mismo se aplica al tomate, al pimiento verde y a las hierbas frescas como la menta.

"Hay que cocinar con lo que hay y con lo que da el campo. No hace falta gastar mucho ni hacer cosas complicadas para comer rico", ha subrayado.

Una receta de verano que ya es favorita del público

El gazpacho de sandía con tomate se ha convertido en una de las recetas más buscadas en redes cada vez que Arguiñano la prepara. Y no es para menos: es fácil, rápida, refrescante y está cargada de sabor. Ideal para quienes no quieren renunciar al cuchareo, pero tampoco soportan el calor del fuego encendido.

"Está tan bueno que me lo bebería a morro. Y si sobra, lo guardas para la noche. Pero ya te digo que no va a sobrar", ha bromeado al final, con ese tono que lo ha convertido, a sus 76 años, en uno de los cocineros más queridos de España.