El chef Ángel León y una sartén vieja en un montaje

El chef Ángel León y una sartén vieja en un montaje Oh'Gar /iStock

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Ángel León, chef con 5 estrellas Michelin: "Un truquito para dar vida a vuestras sartenes viejas..."

En una cocina no solo se cocinan alimentos, también se debe cuidar del menaje. Por eso muchos chefs, como el "chef del mar" conocen buenos trucos para que éste tenga una vida útil lo más larga posible.

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El uso continuado y el paso del tiempo van dejando huellas en todos nuestros utensilios de cocina. Las sartenes no son una excepción, pues llega un momento en el que la superficie no responde como antes y, aunque no esté rayada, se pega la comida.

Cuando pasa esto, si no van directas a la basura, terminan relegadas al fondo de un armario, esperando una segunda oportunidad que nunca llega. Sin embargo, con este sencillo truco casero que propone el chef Ángel León, es posible devolverles la vida en apenas unos minutos.

En un vídeo compartido en YouTube por la cuenta de la tienda Oh'Gar (@ohgar_lovers), Ángel León, conocido como el "chef del mar" y dueño de Aponiente (estrellas Michelin) y Alevante (estrellas Michelin), explica cómo la sal es una gran aliada para resucitar una sartén.

Sal para devolverle la vida a una sartén vieja

Recuperar una sartén vieja y aparentemente inservible es más sencillo de lo que parece. Se trata de un método rápido y económico que requiere únicamente un ingrediente básico que todos tenemos en casa: sal.

Con esta técnica podemos limpiar en profundidad la superficie de la sartén, eliminando residuos, olores y los minúsculos restos de comida quemados que se van incrustando con el tiempo.

Para llevar a cabo este procedimiento, empezaremos calentando la sartén a máxima potencia. Tenemos que asegurarnos de que la sartén esté realmente caliente antes de continuar.

A continuación, se añade una cantidad generosa de sal, suficiente para cubrir toda la superficie con una capa gruesa, sin ningún otro ingrediente ni líquido.

Tal como explica el chef en el vídeo, la sal se saltea con energía, moviéndola por toda la superficie de la sartén. Durante este proceso, el calor actúa sobre la sal, fundiéndola ligeramente y haciendo que absorba la grasa y la suciedad adherida.

Una vez que la sal ha adquirido un color tostado, debido a la suciedad que se ha ido desincrustando, y ha cumplido su función abrasiva, simplemente la retiraremos frotando con un trozo de papel de cocina, tal como muestra Ángel León.

Con este simple gesto, vamos a ver cómo la superficie de la sartén se queda mucho más limpia y "rejuvenecida", lista para volver a ser utilizada.

Es un método práctico y ecológico, sin necesidad de limpiadores agresivos, de darle una segunda vida a un utensilio que muchos darían por perdido.

La comida se pegará menos

Una sartén puede perder su capacidad antiadherente por diversas razones que no necesariamente implican la pérdida de su recubrimiento antiadherente. Una de las causas más comunes es la acumulación de residuos y grasas quemadas.

Con el uso continuo, pequeñas partículas de comida y grasas mal eliminadas se van quedando adheridas a la superficie, formando una capa que impide que los alimentos se deslicen con facilidad.

Aplicar esta técnica con sal no recupera la antiadherencia original de una sartén vieja si esta ha perdido su recubrimiento antiadherente (como el teflón o cerámica). Esto es, la sal no restaura un recubrimiento desgastado o lleno de arañazos.

Pero lo que sí hace es limpiar en profundidad la superficie, eliminando restos de grasa quemada, suciedad incrustada y olores, lo que puede hacer que la sartén funcione mejor, al menos durante un tiempo.

Cómo cuidar las sartenes antiadherentes

Cuidar de manera adecuada las sartenes antiadherentes es fundamental para prolongar su vida útil y mantener su rendimiento en la cocina. Uno de los aspectos más importantes es evitar el sobrecalentamiento.

Una cosa que no mucha gente sabe es que este tipo de sartenes están diseñadas para trabajar a temperaturas medias o bajas; someterlas a un calor excesivo, especialmente estando vacías, puede deteriorar la capa antiadherente y afectar su funcionalidad.

A diferencia de las sartenes de hierro o acero inoxidable, que deben calentarse a tope y sin aceite, las antiadherentes es recomendable calentarlas con algo de aceite y siempre a fuego moderado.

Otro punto clave es el tipo de utensilios que utilizamos. Los elementos metálicos como espátulas o cucharas pueden rayar y dañar la superficie antiadherente.

En su lugar, debemos optar por utensilios de silicona, madera o plástico resistente al calor, que permiten cocinar y remover los alimentos sin afectar la integridad del recubrimiento.

La limpieza también juega un papel esencial en el cuidado. Después de cada uso, conviene lavar la sartén a mano con una esponja suave, agua tibia y un poco de detergente. Evitaremos los estropajos abrasivos y los productos de limpieza agresivos.

Aunque algunas sartenes antiadherentes nos las venden como aptas para lavavajillas, es preferible lavarlas a mano para evitar un desgaste que producen los detergentes y las altas temperaturas del ciclo de lavado.

Por último, debemos tener cuidado con el almacenamiento. No se recomienda apilar otras sartenes u ollas directamente sobre la superficie antiadherente, ya que los roces pueden dañarla.

Si no hay más remedio que apilarlas, que ya sabemos cómo son los pisos hoy en día, podemos colocar algún elemento que las proteja, un paño suave o incluso una hoja de papel de cocina pueden servir para resolver el problema sin tener que gastar dinero.