Un pollo asado.

Un pollo asado. E.E.

Actualidad gastronómica

El sencillo truco de la sal para que la piel del pollo asado quede muy crujiente

Este método es aplicable a alitas, muslos y cuartos traseros, y funciona tanto para preparaciones a la plancha como fritas.

26 mayo, 2024 01:20

Cuando se prepara pollo, una de las mayores dificultades que se encuentran muchos cocineros tiene que ver con la piel, que puede no llegar a estar tan crujiente como les gustaría. Aunque se pueda pensar que esto tiene que ver con la propia carne o la sartén, realmente existe un sencillo truco que ayuda a que la piel del pollo siempre esté crujiente.

Para empezar, hay que tener en cuenta al que es el gran enemigo de conseguir una piel crujiente, que no es otro que la humedad. En este caso, lo que se busca es que quede seca y tirante, y para lograrlo hay que reducir la hidratación lo máximo que sea posible.

Para lograrlo se debe buscar productos que permitan resecar la piel, para lo cual es aconsejable recurrir a la sal y al frigorífico, dos grandes desecantes que se tienen al alcance de cualquier persona, y que se convierten en una fórmula ideal para conseguir una piel de pollo lo más crujiente posible.

Hay que tener en cuenta, en todo caso, que esta fórmula se puede aplicar también a alitas, muslitos, contramuslos y cuartos traseros de pollo, siempre y cuando se mantenga la piel. Es por ello por lo que es un truco que puedes poner en práctica para todas esas preparaciones que se hagan a la plancha o fritas, permitiendo que la piel esté durante más tiempo firme y crujiente.

El sencillo truco de la sal

Para poder conseguir que la piel de pollo esté lo más crujiente posible, lo primero que hay que hacer es, con el pollo entero o cortado, ser generoso con el uso de sal, utilizando media cucharadita de sal fina por cada 500 gramos de pollo. Asimismo, si se prefiere, se puede usar sal en escamas, aunque en este caso la cantidad a utilizar tendrá que ser mayor. En todo caso, se deben embadurnar bien los trozos de pollo, frotando incluso si es necesario para que tengan la sal suficiente.

Si se están preparando trozos de pollo cotados, será suficiente con salar las piezas una hora antes, ya que así la sal hará su efecto para disfrutar de una piel más crujiente. Sin embargo, existe otro paso importante, que consiste en freír los trozos de pollo evitando enjuagarlas, sino que deben ir con la propia sal a una sartén a fuego fuerte, a la que habrá que haber añadido un poco de aceite de oliva. No obstante, hay que tener en cuenta que no quiere decir que se deba incorporar toda la sal, sino de que no se sacuda el exceso que haya podido quedar en la piel.

De esta forma, siguiendo estas indicaciones, se podrá conseguir una piel mucho más crujiente sin esfuerzo. Esta no es la única técnica que se puede llevar a cabo, pero sí que es una de las más efectivas y simples que se pueden seguir para conseguir esta textura. Una de ellas, por ejemplo, consiste en introducir el pollo en la nevera destapado durante varias horas para que el aire frío del frigorífico lo termine de deshidratar, pero por espacio, tiempo y por evitar la transmisión de olores de otros alimentos, es algo que muchos expertos no recomiendan.

Otra forma de conseguirlo

Otra alternativa para tratar de conseguir un pollo asado con piel crujiente pasa por hacer una receta en la que tengas el pollo junto a otros ingredientes como tomillo, romero, pimienta negra, vino blanco, aceite de oliva, zumo de limón, dientes de ajo y sal.

Una vez que se hayan reunido todos los ingredientes, es el momento de comenzar por triturar las especias usando un mortero, para seguidamente agregar tanto el vino blanco como el aceite de oliva. Si optas por añadir zumo de limón, debes sumarlo en este paso. Cuando esté listo el macerado, tendrás que utilizar una brocha para esparcir el mismo por toda la piel del pollo, como si lo estuvieses pintando, para seguidamente dejar que repose por espacio de unas tres horas antes de proceder a su cocinado.

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Cuando haya pasado este tiempo, será el momento de colocar el pollo en una bandeja en la que quepa perfectamente para seguidamente introducirla en un horno que habrá que precalentar a unos 200 grados centígrados antes de introducir el pollo, y una vez que ha alcanzado la temperatura, habrá que cocinarse durante aproximadamente una hora. Es muy importante que durante todo el proceso de cocinado no se abra el horno.

Cuando hayan pasado los 60 minutos, habrá que activar el grillo para darle un toque extra de calor a máxima potencia durante otros 10 minutos. Al hacerlo se asegurará que gracias al macerado y las altas temperaturas, el pollo tenga ese sabor y textura crujiente. Finalmente, solo tendrás que disfrutarlo, ya sea en solitario o acompañado de unos vegetales o unas sabrosas patatas fritas.

Así pues, existen diferentes formas de poder disfrutar de un sabroso pollo asado, una de las carnes más saludables y nutritivas que se pueden encontrar, además de ser uno de los tipos de carne que tienen una menor cantidad de grasas. Además, el pollo es un ingrediente asequible que se puede preparar de una infinidad de formas diferentes, si bien es cierto que entero y asado es una de las mejores opciones tanto por su sabor como por su textura, más aún si la piel está crujiente.