Una botella de anís.

Una botella de anís.

Actualidad gastronómica

El desconocido uso para reutilizar la botella de anís que triunfa en Navidad: un hábito con más de 100 años de historia

Cómo un objeto cotidiano se transformó y adquirió una nueva identidad inesperada.

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La botella de Anís del Mono ocupa un lugar destacado dentro del imaginario colectivo español. Su forma poliédrica y diamantada, la estética inconfundible de su etiqueta y su presencia habitual en reuniones y celebraciones la han convertido en un referente cultural que va mucho más allá de su propósito como simple envase comercial.

Junto a su función principal como recipiente de una bebida anisada, este objeto ha asumido un papel inesperado pero ampliamente aceptado: el de instrumento musical improvisado en el ámbito de la tradición popular. Se trata de un uso arraigado que forma parte del patrimonio festivo y doméstico, transmitido de generación en generación.

La razón de esta transformación está íntimamente ligada a su diseño. El cuerpo de la botella presenta un relieve regular de facetas romboidales que, al ser raspado o golpeado con una cuchara u otro elemento metálico, genera un sonido seco, repetitivo y claramente rítmico. Esta cualidad sonora no es accidental, sino consecuencia directa de la textura del vidrio.

El resultado acústico guarda similitud con el de ciertos instrumentos de percusión por fricción, como el güiro, o con artefactos rítmicos tradicionales como la carraca.

Gracias a ello, la botella puede incorporarse con facilidad a acompañamientos musicales sencillos. En términos de organología popular, se considera un idiófono de carácter improvisado, creado a partir de un objeto cotidiano.

El uso musical de la botella de Anís del Mono está especialmente vinculado al periodo navideño. Durante la interpretación de villancicos, suele integrarse de manera natural junto a panderetas, zambombas y otros instrumentos tradicionales. En ese contexto, su función es clara: sostener el ritmo y contribuir al ambiente festivo de la interpretación colectiva.

Botella de Anís del Mono.

Botella de Anís del Mono.

La existencia de esta práctica ha quedado reflejada en numerosas recopilaciones de música tradicional, así como en estudios etnográficos y publicaciones divulgativas centradas en las costumbres navideñas españolas. Estos testimonios confirman que no se trata de un fenómeno anecdótico, sino de un uso culturalmente consolidado.

Desde el punto de vista de la etnomusicología, la botella de Anís del Mono forma parte de una tradición más amplia basada en la reutilización sonora de objetos domésticos.

Investigaciones sobre el folklore musical en España destacan que, en determinados momentos históricos, la falta de instrumentos convencionales impulsó soluciones creativas, dando lugar al empleo musical de utensilios como cucharas, morteros, botellas o tablas de lavar.

Lo que distingue a la botella de Anís del Mono de otros objetos similares es su producción estandarizada. Al mantener una forma y un relieve constantes, ofrece un sonido reconocible y relativamente homogéneo en distintos lugares, lo que ha contribuido a su identificación inmediata como “instrumento” popular.

Este valor cultural ha sido asumido también por instituciones educativas y museísticas. Museos etnográficos, talleres de música tradicional y programas escolares la incorporan como ejemplo de instrumento no convencional, tanto para introducir nociones básicas de ritmo como para fomentar la creatividad y el reaprovechamiento de materiales.

Del mismo modo, estudios y exposiciones dedicados al diseño industrial español han subrayado cómo un elemento concebido con fines prácticos y estéticos terminó adquiriendo un uso musical no previsto, enriqueciendo su significado cultural.

La nueva colección de licores de Anís del Mono.

La nueva colección de licores de Anís del Mono.

Así, la botella de Anís del Mono (registrada por Vicente Bosh en 1902 e inspirada en un frasco de perfume parisino) no puede entenderse únicamente como un envase emblemático. Su conversión en instrumento musical la sitúa como un objeto cargado de significados, profundamente ligado a la memoria colectiva y a prácticas sociales basadas en la participación, la improvisación y la transmisión oral.

Constituye, en definitiva, un ejemplo de cómo un objeto cotidiano puede reinventarse y adquirir una identidad sonora propia dentro del patrimonio cultural informal español.