El Ossau-Iraty, el emblema de los Pirineos. Uno de los quesos de Brie Alto.
El puesto de mercado de Madrid que celebra un maratón de queso: come todo el que puedas y quieras por 25€
Brie Alto, el pequeño paraíso quesero del Mercado de Vallehermoso, regresa con sus 'carreras lácticas'.
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Hay maratones en los que se suda y otros en los que se saborea. En el Mercado de Vallehermoso, en pleno corazón de Chamberí, el cronómetro se detiene ante un desafío muy distinto: resistir —o rendirse— ante 25 variedades de queso francés servidas sin límite por 25 euros. Así es el Gran Maratón del Queso, una cita que organiza la quesería Brie Alto y que, edición tras edición, conquista tanto a los curiosos como a los auténticos devotos del lácteo más venerado de Francia.
El Bistrot de Brie Alto, pequeño rincón francés en el Mercado de Vallehermoso (calle de Vallehermoso, 36), se transforma durante estos maratones en una auténtica fiesta del queso. En lugar de zapatillas, los participantes se calzan cubiertos y copas; en lugar de medallas, se llevan sonrisas y estómagos satisfechos. La mecánica es simple: todo el queso que puedas y quieras comer por 25 €, con la posibilidad de añadir maridajes —dos copas de vino por 33 €, o dos cervezas por 32 €—.
La propuesta es tan irresistible que el equipo ha tenido que abrir nuevas fechas para absorber la demanda. Las próximas carreras lácteas se celebrarán los días 19 de noviembre y 3 y 17 de diciembre de 2025, prometiendo otro lleno total.
Una mesa de quesos en Brie Alto.
Detrás de esta idea están Richard Dhieras y Pauline Vallantin-Dulac, cuñados y fundadores de Brie Alto, quienes en 2020 trasladaron su saber hacer desde Burdeos hasta Madrid. En su tienda original, en el Mercado de Chamberí, mantienen un mostrador que parece un mapa sensorial de Francia: Camembert, Époisses, Comté, Figou, Laguiole, Roquefort… hasta 60 variedades (90 en Navidad) seleccionadas de pequeños productores artesanos, muchos de ellos especializados en quesos de leche cruda.
Dhieras, que regentó durante 15 años una fromagerie en el mercado central de Burdeos, tiene clara su misión: poner el queso en valor, como se hace con el vino. Y lo consiguen. Cada pieza tiene una historia, desde el Ossau Iraty pirenaico de leche de oveja, que se elabora en verano e invierno por pastores nómadas, hasta un Comté reserva de 18 meses, afinado con una paciencia casi monástica.
El equipo de Brie Alto.
Más allá del queso: un rincón gourmet
Durante el maratón, los quesos se acompañan de aperitivos y productos franceses gourmet que recuerdan que Brie Alto no es solo un templo del queso, sino un pequeño homenaje a la gastronomía gala: foie mi-cuit, confit de pato, mermeladas artesanas, cassoulet, embutidos, vinos y champagnes biodinámicos.
El ambiente del Bistrot es desenfadado, casi de verbena gastronómica, pero con ese refinamiento que solo los franceses saben combinar con naturalidad. Entre tabla y tabla, los anfitriones explican curiosidades, aconsejan maridajes y desmontan mitos.
Ese es el lema de la casa, y el maratón lo lleva al extremo contrario del exceso vulgar. Aquí se come con atención, se prueba, se compara y se conversa. El público mezcla aficionados, vecinos del barrio, turistas franceses nostálgicos y foodies madrileños que descubren en cada bocado un paisaje distinto de Francia.
Y aunque parezca una carrera sin final, lo cierto es que todos cruzan la meta: la de haber disfrutado durante un par de horas de un viaje gastronómico que cuesta lo mismo que un menú corriente, pero deja recuerdos de alta cocina artesanal.