El chef Alberto Chicote (56) que perdió 20 kilos en 70 días, rotundo: "Esto me ayudó más que ninguna dieta restrictiva"

Alberto Chicote es uno de los chefs más queridos y mediáticos en España. Un cocinero al que ya le hemos visto en todo tipo de escenarios. Desde cocinas caóticas con programas como 'Pesadilla en la Cocina' a denunciar irregularidades alimentarias en 'Te lo vas a comer'. Sin embargo, esta vez ha dejado a un lado los fogones para mostrar su faceta más cercana y sin filtros en el podcast de 'Tengo un Plan'.

Una entrevista en la que el cocinero madrileño de 56 años se ha sincerado y además de hablar sobre sus inicios en el mundo de la gastronomía o del momento más difícil en su vida, también ha tratado otro de los puntos de inflexión más importantes: su pérdida de peso.

Una pérdida de peso que no estuvo marcada por una dieta restrictiva, sino en una centrada en alimentarse mejor de forma constante y haciendo ejercicio de modo habitual. En su caso, asegura que suele utilizar una cinta que tiene en casa o caminar por un pinar cercano a ella.

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"A nada respondo tan bien como al trabajo", resume Chicote. Fue precisamente una propuesta profesional la que encendió el clic en el cocinero: "De repente me dicen en Atresmedia que si quiero hacer un programa en el que hagamos unas dietas diferentes personas y veamos la evolución en el paso del tiempo y pensé: es trabajo y como es trabajo, me pongo y lo hago".

Ese proyecto marcó el inicio de un cambio físico importante. "Me he pasado muchísimos años pesando 120 kilos. Sin primero la consciencia de que aquello no podía ser, ni tampoco la necesidad. De hecho, nunca tuve la sensación de que mi vida estuviese mermada por eso", admite.

Sin embargo, a raíz del programa perdió más de 30 kilos. "Creo que entonces pasé como de 119 kilos a 80 o por ahí. Después continué, me quedé mucho más delgado, como en 72". A pesar de este resultado, asegura que no lo vive como una revolución vital.

"No me ha mejorado mi calidad de vida el peso. Es evidente que te lleva a fatigarte un poquito menos, pero dentro de mis necesidades vitales nunca he tenido cosas que me limitasen. Siempre he sido un tipo muy vital".

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Su día a día sí dio un giro con la llegada de la diabetes: "De repente me viene el gran problema físico que tengo yo, que es una diabetes tipo 2 que se transforma en diabetes tipo 1". Y aunque esa condición le obliga a vigilar constantemente su alimentación, Chicote no lo ve como un gran sacrificio: "El tema de la alimentación es algo que nunca me ha costado porque me gusta comer bien y comer bien la mayoría de las veces significa comer sano.

El siguiente obstáculo fue la apertura de su restaurante Omeraki: "Yo ya sabía que eso iba a suponer entre 2 o 3 años de dedicación exclusiva y nada de tiempo para hacer ejercicio. En tres años he hecho muy poco y cojo otros 9 o 10 kilos, ahora estoy en 89 o 90 kilos y debería quitarme otros 10 para volver a quedarme en 79 u 80".

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Pero como en otras etapas de su vida, tiene claro cómo afrontarlo y no tiene que ver con dietas restrictivas o planes de entrenamiento muy exigentes: "De aquí a Navidades lo tengo dominado de la misma forma que la última vez, cuidando lo que como que ya te digo que eso es lo que me lleva menor esfuerzo porque siendo diabético tengo que controlar todos los días lo que como. Con echarle una horita al día haciendo ejercicio en casa o fuera de casa y para estas Navidades listo".

Y concluye con una mirada crítica a su pasado: "Si no perdí peso antes, fue un error. Me equivoqué porque mi vida yo no la sentía limitada. Evidentemente, mi estado de salud ahora, quitando la diabetes, es mucho mejor que antes. El día que lo hice, todo mejoró, pero yo nunca he dicho que ese cambio haya sido una maravilla para mí".

Aun con su experiencia personal, Alberto Chicote lo tiene claro: no hay atajos ni soluciones mágicas. En otras entrevistasya ha insistido en que "para perder peso no existen trucos ni alimentos milagrosos". Lo verdaderamente importante, recuerda, es contar con el apoyo adecuado: ponerse en manos de un profesional de la nutrición o médico especializado, que pueda guiar cada caso según sus necesidades reales.