Carlota Serra, nutricionista.

Carlota Serra, nutricionista.

Actualidad gastronómica

Carlota Serra, nutricionista, sobre el sofrito de tomate: “Una joya antiinflamatoria con evidencia científica”

Según un estudio una sola ración de sofrito puede reducir marcadores clave de inflamación en el organismo.

Más información: ¿Hay que cocinar primero el ajo o la cebolla? Esta es la clave de un buen sofrito, según un chef con tres estrellas Michelin

Publicada
Actualizada

A fuego lento, en la olla, burbujea el alma de tantos guisos: tomate maduro, cebolla, ajo y aceite de oliva virgen extra. En cualquier cocina mediterránea, este sofrito es un gesto automático, el primer paso de innumerables recetas. Y, en la mayoría de los casos, es la clave.

Para Carlota Serra Jorba, nutricionista y farmacéutica, esta base culinaria tan arraigada a nuestra cultura gastronçómica es también “una joya antiinflamatoria con evidencia científica”.

Desde su perfil de divulgación en TikTok, @conoceteysana_, Serra Jorba ha decidido llevar al gran público lo que durante años se ha comentado en laboratorios y congresos. A estas alturas todo el mundo debería saber que el sofrito no solo alimenta, también protege. No lo defiende solo Serra, hay datos sólidos que lo avalan.

Un estudio de 2014, publicado en la revista Food & Function y liderado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red – Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) junto a la Universidad de Barcelona, reveló que una sola ración de sofrito puede reducir marcadores clave de inflamación en el organismo.

Los hombres sanos que participaron en el ensayo mostraron niveles más bajos de proteína C reactiva ultrasensible (PCR-us) y TNF-alfa después de consumir esta combinación cocinada lentamente.

El mecanismo está en la sinergia de sus ingredientes y el proceso de elaboración. El tomate, al calentarse, libera licopeno, un antioxidante cardioprotector; el aceite de oliva virgen extra mejora su absorción y aporta polifenoles; el ajo y la cebolla suman compuestos bioactivos que contribuyen a modular la inflamación. Todo cocinado con paciencia y a baja temperatura, para que los nutrientes no se pierdan, sino que se potencien.

Sofrito.

Sofrito.

Aunque la investigación se centró en inflamación y estrés oxidativo, Serra Jorba subraya que sus beneficios podrían ir más allá. Estudios derivados del ensayo PREDIMED relacionan la dieta mediterránea con mejoras en colesterol LDL y presión arterial, y un menor riesgo cardiovascular.

Para la nutricionista, el mensaje es claro: “Esto no es solo una receta, sino una forma más de cuidar al cuerpo”. Con ingredientes modestos, de la huerta y de la despensa, se construye un escudo invisible contra enfermedades crónicas.

Tomates bien maduros, un buen aceite, cebolla, ajo y fuego lento; nada más se necesita para esta elaboración que lleva siglos en las mesas mediterráneas y que ahora la ciencia confirma como aliada del corazón y la longevidad.

Carlota Serra Jorba lo resume con un guiño a sus seguidores: “Cuidarse puede ser tan fácil como preparar un sofrito”. La próxima vez que lo huela en la cocina, quizá sepa que ese aroma no solo abre el apetito: también está cuidando su salud.