La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el pasado día 30 en el Congreso de los Diputados.

La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el pasado día 30 en el Congreso de los Diputados. Europa Press

Política XVI LEGISLATURA

Sánchez cada vez más lejos de aprobar Presupuestos: el Senado tumbará esta semana la senda de déficit

El desacuerdo con Junts para la ley de amnistía y el veto del PP a los objetivos de estabilidad dificultan las cuentas públicas para este año. 

5 febrero, 2024 02:02

Al Gobierno se le atraganta la amnistía. Hasta que no esté consumada, la legislatura no podrá pasar de pantalla. Así lo recalca Junts, que estos días aprieta al PSOE para que acepte introducir todos los delitos que los jueces investigan en el marco del procés, incluidos los de terrorismo y el de alta traición. 

Los de Puigdemont, la semana pasada, votaron en contra del texto en el Congreso de los Diputados. Lo hicieron para alargar la negociación y arañar al PSOE más cesiones, lo que impide al Ejecutivo pasar a lo mollar: los Presupuestos Generales del Estado para este año, más lejos de aprobarse conforme pasan las semanas.

La previsión inicial de Pedro Sánchez era llegar a abril con la norma presupuestaria liquidada en el Consejo de Ministros. Pero le crecen los escollos. Esta semana el Ejecutivo, como avanzó EL ESPAÑOL, se topará con un revés en el Senado, que el miércoles tumbará los objetivos de estabilidad para el periodo 2024-2026, aprobados en la Cámara Baja un mes atrás.

[Así puede el Senado bloquear los Presupuestos de Sánchez con la mayoría absoluta del PP] 

Lo que también se conoce como senda de déficit (este año el 3% del PIB, por mandato de la Unión Europea) es la base sobre la que se confeccionan las cuentas públicas. Un paso previo ineludible. En anteriores ocasiones que el Gobierno no consiguió salvar esta meta, la solución fue simple: referenciar los Presupuestos a los objetivos del año anterior.

Esta vez, no hay alternativa. El último acuerdo de estabilidad data de 2020, cuando España pactó con Bruselas no incurrir en un déficit superior al 1,9%. Como consecuencia de la pandemia, las reglas fiscales se anularon. Una exención que se mantuvo hasta ahora. 

El PP explica su veto

Tal y como aseguran fuentes populares a EL ESPAÑOL, la Cámara Alta, que controlan con mayoría absoluta, dirá "no" a los objetivos de estabilidad. Por una razón: la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se niega a renegociar con las comunidades autónomas un reparto más equitativo del déficit, como llevan semanas pidiendo desde Génova.

En el último consejo de Política Fiscal y Financiera, Montero comunicó a los consejeros del ramo que el Gobierno se reservaba para sí mismo el 2,9% del total del déficit, dejándoles a ellos un margen del 0,1%. Para las entidades locales, directamente, la ministra estableció equilibrio presupuestario (0%). 

Según los principales dirigentes del PP, el reparto es "injusto" y "arbitrario". Por lo que este miércoles tumbarán en el Senado el plan fiscal, obligando al Gobierno a empezar de cero. Según establece la Ley de Estabilidad Presupuestaria, si una de las dos Cámaras rechaza los objetivos, se abre un plazo máximo de un mes para reanudar el trámite parlamentario. 

El Ejecutivo, que contemplaba este escenario desde el principio, se basa en un informe de la Abogacía del Estado para añadir que si la senda de estabilidad decae dos veces consecutivas, los objetivos serán los fijados en el último Programa de Estabilidad remitido a la Comisión Europea (en este caso, en abril de 2023). 

La relación con Junts

No obstante, a día de hoy, la oposición del Senado a la senda de déficit no es el principal motivo de desvelo en el palacio de la Moncloa. Para Sánchez, la prioridad es reconducir la relación con Junts. Sin sus siete votos en el Congreso, está atado de pies y manos. No tiene capacidad para aprobar nada, como se pudo comprobar hace escasas semanas en el Pleno de infarto que aprobó dos de los tres primeros decretos de la legislatura. 

Con los de Puigdemont exigiendo ampliar la amnistía para reanudar su tramitación, en el entorno de Sánchez alientan la idea de que los Presupuestos de este año no son imprescindibles. Que se puede gobernar con los del ejercico anterior, prorrogados de forma automática desde el mes de enero. Y si no, basta con recordar el precedente de Mariano Rajoy, apuntalan en Moncloa. 

En privado, los socialistas jalean la idea de que la legislatura seguirá en marcha pase lo que pase con Junts. Que, en todo caso, hasta se puede gobernar sin el apoyo de los independentistas. Y que si hay algo en riesgo no es la legislura, sino la medida de gracia que impuso Junts para hacer presidente a Sánchez, ideada para traer de vuelta a España a Puigdemont. 

Más allá de los órdagos que, sotto voce, se intercambian entre Moncloa y Waterloo, lo cierto es que los equipos negociadores del Ejecutivo y del PSOE trabajan a destajo para solventar el veto del partido de Puigdemont a la amnistía. Eso sí, la solución para la no estará lista hasta que concluyan las elecciones en Galicia, el próximo 18-F.

Pase lo que pase, lo único seguro es que los socialistas no podrán recuperar el tiempo perdido para sacar adelante la ley suprema de todo gobierno: los Presupuestos. Entre las tensiones con Junts y las maniobras del PP, Sánchez, cabeza gacha, empieza a asumir la realidad: si hay unas cuentas que negociar y aprobar en los próximos meses, serán las de 2025.