Así es el mirador de Cambados que alberga un templo religioso en honor a la Divina Pastora
El municipio de Cambados ha vuelto a ser estos días el centro de todas las noticias tras ser distinguido como el Pueblo más Mágico de España en su edición de 2024. Y no es de extrañar, pues esta villa histórica, marinera y monumental lleva mucho tiempo siendo un auténtico ejemplo de gestión, estrategias y logros conseguidos para el resto de lugares enmarcados dentro de la red de Pueblos Mágicos. De hecho, hace sólo un par de meses, esta localidad del Salnés ―más conocida como la cuna del vino Albariño― también se convirtió en la primera Ciudad Española del Vino.
Lo que está claro es que, sin lugar a dudas, Cambados alberga entre sus límites una enorme riqueza natural, paisajística y patrimonial capaz de conquistar a todo visitante que descubre el territorio por primera vez. De entre todas las posibilidades y atractivos turísticos, uno de los rincones con más encanto de la localidad se enmarca en lo más alto del Monte da Pastora, muy cerca de las famosas ruinas de Santa Mariña de Dozo. Lo cierto es que este pequeño cerro cambadés se ubica a apenas unos 58 metros de altitud sobre el nivel del mar, en un enclave de vistas privilegiadas sobre la ría de Arousa que se encuentra envuelto por un sinfín de tradiciones, historias y leyendas.
El encanto natural y patrimonial del Monte da Pastora
El Monte da Pastora constituye el auténtico balcón natural de Cambados: una ventana abierta al grueso de la ría de Arousa, cuyo recorrido visual se inicia a la altura de la península de O Grove y se extiende hasta los límites de la Illa de Arousa. Lo cierto es que en lo más alto de esta pequeña ladera se localiza un mirador con una de las mejores panorámicas de la localidad, ya que desde el entorno presidido por la piedra del Calvario y la cruz pétrea también se pueden observar puntos tan reconocibles a nivel local como el barrio de San Tomé do Mar y la emblemática Torre de San Sadurniño o las cercanas Ruinas de Santa Mariña Dozo.
Pero más allá del encanto innato de esta cumbre baja en Cambados, el Monte da Pastora alberga en sus terrenos un verdadero tesoro del patrimonio religioso. Cobijada por un frondoso bosque, la conocida como capilla de la Virxe da Pastora hunde sus raíces a finales del siglo XVI y fue construida bajo auspicio de Xoán Fariña, notario de la villa. Si bien en sus orígenes el templo en cuestión fue erigido con advocación del Buen Jesús (o el Buen Pastor, según otros voces) y la Virxe das Neves, lo cierto es que un par de siglos más tarde ―concretamente en el XVIII― fue substituida por la devoción a la Divina Pastora. De hecho, hoy por hoy esta ermita cambadesa todavía acoge en su interior una imagen policromada de la santa en cuestión, la cual aparece sentada y rodeada de ovejas.
En el entorno del mirador y la Ermita da Pastora los visitantes también podrán encontrar un área recreativa, una fuente de agua potable y un cruceiro. Además, en honor a la Divina Pastora también se celebra durante el mes de agosto una multitudinaria romería popular que consta de diferentes actos religiosos, una gran queimada y espectáculos musicales en directo. De hecho, durante la procesión que asciende hasta la capilla los santos portan un racimo de uvas para implorar por una buena vendimia, ya que este rincón del Salnés es conocido por la producción de albariño.
Un lugar de leyenda
Como muchos otros rincones del Salnés, la histórica villa de Cambados se ha convertido en el escenario de un sinfín de relatos de leyenda. Muchas de estas historias se enmarcan en algunos de los lugares más emblemáticos de la localidad, entre ellos el Monte da Pastora. Sobre este enclave mágico cuenta la leyenda que existe un túnel subterráneo que se extiende por debajo de la Torre de San Sadurniño y conecta con la Illa da Toxa en O Grove. Al parecer, en la actualidad esta cueva se encontraría inundada y por eso resulta imposible transitar por ella.
La cultura popular y tradicional de Cambados también recopila otro mito fantástico enmarcado en la cumbre del Monte da Pastora. En tiempos remotos, la leyenda dice que el demonio logró engañar a Jesucristo y hacerlo subir hasta lo más alto del cerro cambadés. Una vez allí, el diablo le exhibió todas las riquezas que se podían observar desde aquel mirador, gritándole a Cristo: "Todo el mundo te daré, menos Fefiñáns, Cambados y San Tomé".
