El humo se eleva sobre Gaza, en medio del conflicto entre Israel y Hamas

El humo se eleva sobre Gaza, en medio del conflicto entre Israel y Hamas Reuters

Oriente Próximo

Menos ataques en Gaza y más atentados de Hamás: la nueva fase militar pone a Netanyahu en entredicho

Pese al ataque de Hamás sobre suelo israelí, la mediación de Qatar ha llevado a ambas partes a un acuerdo para el suministro de medicamentos.

17 enero, 2024 02:34

Las últimas cuarenta y ocho horas han visto un incremento notable de la actividad militar de Hamás contra Israel. Todo empezó el lunes, cuando un conductor palestino atropelló y acuchilló a varios civiles en la ciudad de Raanana, a unos veinte kilómetros de la capital, Tel-Aviv. El atentado, que recuerda inevitablemente a los cometidos por el Estado Islámico en varias ciudades europeas, se saldó con diecisiete heridos y un muerto. Hamás reivindicó el ataque de inmediato en un comunicado.

Por si había dudas de que no se trataba del aprovechamiento interesado de la obra de un lobo solitario, la organización terrorista dobló su apuesta este martes, lanzando uno de los mayores ataques sobre territorio israelí desde que empezó la guerra. Hasta veinticinco cohetes fueron lanzados desde Gaza contra la ciudad de Netivot, unos diez kilómetros al otro lado de la frontera. Lo chocante del ataque es que se supone que ese territorio está ocupado por las IDF desde hace meses, pero nadie sabe cómo ha conseguido Hamás burlar la vigilancia y amenazar de nuevo la seguridad de los civiles hebreos.

El ataque llega justo el día en el que el ministro de defensa israelí, Yoav Gallant, anunciaba que el fin de la acción terrestre en Gaza estaba próxima a su fin, algo que sus aliados estadounidenses llevaban tiempo reclamando. A partir de ahora, el esfuerzo militar en la Franja se limitará a acciones puntuales contra líderes de Hamás o en beneficio de los rehenes que aún quedan con vida en territorio palestino.

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Críticas de los 'halcones'

Obviamente, la coincidencia entre el anuncio de Galant y el bombardeo de Hamás es demasiado obvia como para no establecer una relación. Así lo ha hecho, por ejemplo, la extrema derecha en el gobierno de Tel-Aviv. Uno de sus portavoces puso en entredicho la decisión de las IDF y abogó por seguir la ocupación hasta sus últimas consecuencias. "Si no hubiéramos retirado tropas del norte de Gaza, los ataques no habrían tenido lugar. Es un grave error que costará vidas", declaró Itamar Ben-Gvir, ministro de seguridad nacional.

Ben-Gvir, uno de los considerados 'halcones' dentro del gobierno de Netanyahu y líder del partido ultranacionalista Otsama Yehudit ('Poder Judío'), aseguró que la conquista total de Gaza era clave para el cumplimiento de los objetivos fijados al inicio de la ocupación. Dichos objetivos, recordemos, eran la eliminación total de Hamás y la liberación de los más de doscientos rehenes que los terroristas tomaron el 7 de octubre. Tres meses después, ni se ha conseguido descabezar a la organización de Yahya Sinwar, ni se ha logrado rescatar con vida a ningún rehén. Todos los que han vuelto a casa lo han hecho por la vía de la negociación.

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Aunque, obviamente, sí que se ha dañado la infraestructura militar de Hamás en la Franja, el hecho es que la muerte de casi 10.000 terroristas, según fuentes israelíes, y de casi 10.000 niños, según Hamás, no parece haber servido para eliminar la amenaza. En ese sentido, el lanzamiento de cohetes, aunque no provocó ninguna víctima mortal gracias al poderoso sistema de defensa antiaérea israelí, es todo un desafío: aquí seguimos, parecen decir los terroristas con su acción.

Ni formas ni fondo

El ataque también deja en el aire varias preguntas. La primera tiene que ver con el propio lanzamiento. ¿Dónde escondía Hamás esos cohetes y las correspondientes plataformas de eyección? Lo más probable es que estuvieran en alguno de los túneles que cruzan Gaza de una punta a la contraria. Este martes, el ejército israelí cifró en torno a 5.700 las entradas y salidas a la red de túneles que podría haber en la Franja, confirmando que la estructura es mucho más compleja de lo que se había pensado en un inicio. Si Israel quiere de verdad cumplir sus objetivos por la vía militar tendrá que entrar en esos túneles… y es algo que hasta el momento ha intentado evitar por todos los medios.

Es una decisión lógica, pero que nos lleva a otra pregunta: ¿era necesario arrasar Gaza en pos de unos objetivos que, además, no se terminan de cumplir? Los medios progresistas israelíes insisten mucho en esta cuestión, pues es de una gran importancia: Estados Unidos y, en general, la comunidad internacional, insistieron desde el inicio en la necesidad de moderar la respuesta y no caer en el error de la venganza indiscriminada. Al margen de que las cifras de civiles muertos puedan estar infladas por Hamás, Israel ha acabado con la gran mayoría de infraestructuras civiles de la Franja y ha provocado el desplazamiento de cientos de miles de personas, muchas de ellas sin los bienes mínimos necesarios para la supervivencia.

Se puede argumentar la responsabilidad de Hamás a la hora de utilizar estas infraestructuras para uso militar -este martes, las IDF insistían en que los terroristas seguían utilizando el Hospital Nasser para lanzar sus ataques en Jan Yunís- y el uso de la ayuda internacional en beneficio propio, pero Occidente no tiene un acuerdo moral con Hamás, sino con Israel, y es a Netanyahu a quien se debe pedir cuentas. Biden se mostraba este fin de semana "frustrado y enfadado" con la estrategia militar del primer ministro israelí. Los ataques de estas últimas cuarenta y ocho horas añaden un matiz más al reproche moral: dicha estrategia ni siquiera parece haber sido efectiva.

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Si Israel hubiera entrado con los tanques, los bulldozers y los misiles por delante, hubiera echado por tierra barrios enteros y negado la entrada de ayuda humanitaria durante semanas… pero a cambio hubiera podido detener a los hermanos Sinwar y a Mohammed Deif o hubiera conseguido liberar a los rehenes, el debate se centraría en las formas. Aquí, el problema es que a lo dudoso de las formas hay que añadir unas enormes carencias en el fondo. Los objetivos no se han logrado. ¿Se habrían conseguido de otra manera? Imposible saberlo, pero la apuesta fue muy arriesgada, muy costosa en vidas humanas y de momento no ha salido como se esperaba. Cuando eso sucede, es normal que se abran todo tipo de debates internos.

Ayuda médica

Por otro lado, la mediación de Qatar ha logrado que Hamás e Israel hayan alcanzado un acuerdo para el suministro de medicamentos a rehenes retenidos en la Franja de Gaza.

El portavoz del ministro de Exteriores del país árabe, Majid bin Mohamed al Ansari, ha resaltado en un comunicado que el cargamento con ayuda y medicamentos despegará desde Doha y aterrizará en el aeropuerto de El Arish, en Egipto. Asimismo, ha indicado que Qatar continuará con los esfuerzos "con socios regionales e internacionales" para impulsar "asuntos humanitarios" y traslado de material sanitario.

Netanyahu también ha confirmado que Israel ha llegado a un acuerdo con Hamás. "Mañana se espera que dos aviones de la Fuerza Aérea de Qatar despeguen hacia Egipto con medicamentos incluidos, comprados en Francia, según una lista elaborada en Israel de acuerdo a las necesidades médicas de los secuestrados", ha indicado en la red social X.

El cargamento que llegue, eso sí, será trasladado por representantes de Qatar al enclave palestino.