Foto de archivo del expresidente francés Nicolás Sarkozy.

Foto de archivo del expresidente francés Nicolás Sarkozy. Reuters

Europa

Sarkozy cumplirá un año de arresto domiciliario por corrupción y llevará un brazalete electrónico

El expresidente galo no se verá forzado a cumplir la pena de tres años en prisión porque el tribunal se la ha conmutado.

17 mayo, 2023 09:54

El Tribunal de Apelaciones de París ha confirmado este miércoles la condena al expresidente francés Nicolas Sarkozy a tres años de cárcel, dos exentos de cumplimiento, por un delito de corrupción cometido en 2014. Se trata de la misma pena a la que fue sentenciado en marzo de 2021 en primera instancia.

Sarkozy, de 68 años llegó a la corte vistiendo un traje gris oscuro y con gestos de evidente nerviosismo. Chocó los puños con sus abogados y sonrió ocasionalmente mientras tomaba asiento antes de que comenzaran los procedimientos, que terminaron con la confirmación de su condena a pesar de que negó haber actuado mal.

"Nicolas Sarkozy es inocente", dijo a los periodistas la abogada Jacqueline Laffont a la salida del juzgado. "Llevaremos esto hasta el final. Estamos apenas al comienzo del proceso", añadió, confirmando que impugnarán la apelación fallida.

[Sarkozy, ante el juez: "Nunca cometí el mínimo acto de corrupción"]

De esta forma, Sarkozy se convierte en el primer exjefe del Estado condenado a una pena de prisión efectiva, aunque no ingresará en prisión porque el tribunal precisó en su condena que puede cumplir la pena en arresto domiciliario y con un brazalete electrónico.

El expresidente fue condenado en primera instancia en marzo de 2021 a tres años de cárcel, dos de ellos exentos de cumplimiento, por un delito cometido en 2014, dos años después de abandonar el poder, cuando, según la sentencia, utilizó su influencia para obtener beneficio en otra causa.

Concretamente, Sarkozy fue hallado culpable de intentar sobornar a un juez y de tráfico de influencias a cambio de información confidencial sobre una investigación sobre las finanzas de su campaña de 2007.

Este fallo marcó una sorprendente caída en desgracia para un expresidente que llegó a ser de los más poderosos del mundo, y desde entonces ha sido una de las más importantes batallas legales que Sarkozy ha estado librando durante la última década.