TOMÁS SERRANO

Política 'caso Koldo'

Sánchez en el ring de su semana 'horribilis': así le golpearon Galicia, Junts, Koldo y Mohamed

Ni siquiera un Gobierno acostumbrado a deslumbrar con sus golpes de efecto ha logrado sobreponerse a los cuatro reveses consecutivos que ha sufrido esta semana. 

25 febrero, 2024 02:47

Como si ya no quedaran conejos en la chistera, ni siquiera un Gobierno acostumbrado a deslumbrar a todos con sus golpes de efecto ha logrado sobreponerse a los cuatro reveses consecutivos que ha sufrido esta semana. 

Tras la derrota en las elecciones gallegas, llegó el último órdago de Puigdemont sobre la ley de amnistía y la cumbre con Mohamed VI, sin éxitos diplomáticos para España. Un encuentro deslucido, como traca final, por la desarticulación de la trama de corrupción encabezada por Koldo García, el confidente que atesora todos los secretos del exministro José Luis Ábalos.

Feijóo, Puigdemont, Mohamed VI y Koldo se han convertido así en los cuatro púgiles que han noqueado y mantienen contra las cuerdas al presidente Pedro Sánchez, quien comprueba que nada será igual en esta legislatura llena de riesgos.

Elecciones en Galicia

Aunque se habían empleado a fondo en la campaña electoral, Pedro Sánchez y la vicepresidenta Yolanda Díaz dejaron solos a sus candidatos en la noche de la derrota. Y de repente, los comicios que iban a provocar la caída de Alberto Núñez Feijóo, para abrir un nuevo período de luchas intestinas en el PP —así lo planteaba la maquinaria de Moncloa y Ferraz—, pasaron a convertirse en un asunto estrictamente local. Poco menos que una anécdota.

"La caída de Rueda y Feijóo es como el cambio en Galicia, imparable", había proclamado Sánchez en el mitin de cierre de campaña del PSOE, junto al candidato José Ramón Gómez Besteiro. Pero la incontestable victoria de Rueda, que suma la quinta mayoría absoluta consecutiva del PP en Galicia, es una mala noticia para el Gobierno por muchos motivos. Si estaba en juego el liderazgo de Feijóo, hoy nadie lo cuestiona en su partido.

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Como ocurrió en los comicios madrileños del 4-M, ninguna de las estrategias diseñadas desde la Moncloa ha dado resultados: ni las incursiones en la playa en busca de pellets, ni el precipitado viaje de Yolanda Díaz al Vaticano ("siga adelante, no afloje", le dijo el Pontífice), ni el uso de las confidencias del líder del PP en off the record ante un grupo de 16 periodistas, en el ecuador de la campaña, sobre la fallida negociación con Junts para lograr su investidura. Ya es pólvora mojada.

Los socialistas no sólo han obtenido el peor resultado de su historia en Galicia (nueve escaños, apenas el 14% del voto). También se confirma su posición subordinada al BNG de Ana Pontón (25 escaños). El PSOE no logra romper su dependencia de los partidos independentistas, cuyas expectativas electorales crecen tras verse legitimados como socios del Gobierno. Bildu espera confirmar esta máxima en los comicios vascos del 21 de abril.

Tampoco hay buenas noticias para la vicepresidenta Yolanda Díaz, que no ha conseguido ni un solo escaño para Sumar y ha dejado de ser una interlocutora válida para mantener la disciplina de voto de Podemos en el Congreso. Por su parte, José Luis Rodríguez Zapatero ha perdido su condición de "talismán" en los mítines del PSOE, aunque todavía puede ser una pieza útil para negociar con Puigdemont.

Órdago de Puigdemont

El miércoles 21 concluía el plazo para que la Comisión de Justicia aprobara el nuevo dictamen de la ley de amnistía, antes de enviarlo al Pleno del Congreso para su aprobación (donde Junts la tumbó en la votación del 31 de enero).

Sin embargo, a petición del PSOE, la Mesa de la Cámara presidida por la socialista Francina Armengol acordó el martes ampliar en 15 más la tramitación del texto (hasta el 7 de marzo), ante la falta de acuerdo con Junts. Desde Waterloo, Puigdemont da por roto el pacto para aprobar la amnistía, como informó este diario el martes.

El fugitivo de la Justicia mantiene su posición de máximos: su partido sólo apoyará la norma si garantiza la amnistía para todos los delitos de terrorismo y alta traición. Pero el Gobierno es consciente de que, si cede en estas pretensiones, la norma se estrellará ante el Tribunal de Justicia de la UE, por vulnerar las directivas comunitarias.

Pero también sabe que, si no hay acuerdo, no podrá aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2024 y la legislatura entrará en la vía muerta. Desde Rabat, Sánchez se mostró convencido el miércoles de que Junts acabará apoyando el texto actual, porque garantiza que todos los líderes independentistas encausados por la Justicia se beneficiarán de la amnistía. También Puigdemont, investigado por terrorismo en el caso Tsunami, y por sus contactos con agentes del Kremlin.

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Como gesto de buena voluntad, Junts ha concedido una tregua al Gobierno: el jueves respaldó en la Comisión Constitucional del Congreso el nombramiento de Carmen Calvo como presidenta del Consejo de Estado. Para ello, Calvo ha pasado de afirmar que la amnistía es inconstitucional (así lo dijo antes de las elecciones del 23-J) a sostener que está contemplada en todas las constituciones de Europa, también en España. 

Mientras el juez Manuel García-Castellón intenta (hasta ahora sin éxito) que la Justicia suiza le entregue a Marta Rovira, Ómnium Cultural, que jugó un papel clave en el golpe del 1-O, acreditaba este sábado que no hay arrepentimiento ni propósito de enmienda tras la ley de amnistía: "Tsunami fuimos todos, lo volveremos a hacer tantas veces como haga falta".

Cita con Mohamed VI en Rabat

Pedro Sánchez por fin pudo hacerse el miércoles la foto con Mohamed VI, tras la Reunión de Alto Nivel (RAN) del 1 de febrero de 2023, en la que el monarca sólo accedió a atenderle por teléfono desde su retiro en Gabón.

El encuentro de este miércoles en Rabat permitía a Pedro Sánchez reactivar su agenda internacional, pero la cumbre se ha saldado sin grandes éxitos diplomáticos. El régimen alauí sigue sin facilitar una fecha para la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla, que permanecen cerradas desde 2018.

Rabat se resiste a esta medida, porque supondría reconocer la soberanía española sobre las dos ciudades autónomas a las que, mientras tanto, intenta estrangular económicamente.

Durante su comparecencia posterior al encuentro, Sánchez elogió la "excelente cooperación" del Gobierno de Marruecos con España: "No tenemos ningún reproche que a hacer a Marruecos en el ámbito de la inmigración irregular ni en la lucha contra el narcotráfico", dijo tras el asesinato de dos guardias civiles en Barbate, abordados por una narcolancha.

Pero la relación con Marruecos sigue siendo un agujero negro en la política española, tras el escándalo del espionaje con el sofware Pegasus a Sánchez y a varios de sus ministros. Para terminar de deslucir la cumbre de Rabat, al presidente se le amontonaron, en la rueda de prensa, las preguntas incómodas sobre la trama corrupta que vendió mascarillas al Gobierno en plena pandemia.

¿Sólo era el 'caso Koldo'?

"La lucha contra la corrupción ha de ser implacable, venga de donde venga y caiga quien caiga (...), quien la hace la paga". Con estas contundentes palabras, Pedro Sánchez intentó ayer zanjar el escándalo de la trama de corrupción que encabezaba por Koldo García, el hombre de la máxima confianza del exministro José Luis Ábalos.

Pero todo indica que el escándalo no ha hecho sino comenzar. Según la investigación que dirige el juez Ismael Moreno, Koldo García cobró comisiones millonarias por actuar como conseguidor, desde el Ministerio de Transportes, para vender mascarillas al Ministerio de Interior, a las empresas públicas Adif y Puertos del Estado, y a los gobiernos socialistas de Baleares (presidido entonces por Francina Armengol) y de Canarias (que presidía el actual ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres).

La vicepresidenta María Jesús Montero mostró el viernes a Ábalos el camino para que actúe como pararrayos y renuncie al escaño: "Yo sé lo que yo haría", dijo.

El PP no está dispuesto a soltar su presa. La portavoz Cuca Gamarra recuerda que el escándalo salpica a tres personas que jugaron un papel clave en el ascenso de Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE.

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Por un lado, José Luis Ábalos, bajo cuya sombra se desarrolló la trama de cobro de comisiones en el Ministerio de Transportes; por otro, el actual secretario de Organización, Santos Cerdán, que fue quien introdujo a Koldo García en Ferraz. Cerdán es ahora el principal encargado de negociar con Junts en Suiza.

El propio Pedro Sánchez explica en su libro Manual de resistencia que Koldo García fue el encargado de custodiar día y noche, en la oficina del candidato abierta en la calle Marqués de Riscal de Madrid, los más de 50.000 avales que le permitieron imponerse a Susana Díaz en las primarias del PSOE celebradas en mayo de 2017.

El estropicio puede ser aún mayor, pues salpica a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y a los ministros de Interior, Fernando Grande-Marlaska (que el martes fue reprobado en el Senado por la gestión de su departamento), y Política Territorial, Ángel Víctor Torres.

Pero, sobre todo, el escándalo apunta directamente a la credibilidad del PSOE, que impulsó la moción de censura contra el Gobierno de Rajoy para poner fin a la "etapa de corrupción" que había supuesto el caso Gürtel.