Pedro Sánchez, durante su intervención en la sesión de control al Gobierno.

Pedro Sánchez, durante su intervención en la sesión de control al Gobierno. Europa Press

Política GUERRA EN UCRANIA

El Gobierno prevé que la guerra sea larga, una inflación disparada al 10% y problemas de suministro

El Ejecutivo recalcula toda su estrategia para el final de la legislatura y prepara medidas para hacer frente al incremento de los precios.

10 marzo, 2022 03:22

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Nadie se acuerda ya de que la legislatura empezó con la impresión de que la agenda política estaría determinada por la situación de Cataluña, los indultos a los independentistas o las propuestas de reforma fiscal de los partidos que forman el Gobierno de coalición. Esa es la reflexión de un miembro del Gobierno sobre la forma en la que primero la pandemia y ahora la guerra han alterado radicalmente cualquier previsión de calendario político.

Con la pandemia ya encauzada, ha llegado la guerra de Ucrania para enterrar el plan de Moncloa sobre un tramo final de la legislatura marcado por la recuperación económica, gracias a la llegada de los fondos europeos.

Diferentes miembros del Gobierno muestran su convencimiento de que la guerra de Ucrania irá para largo y admiten una notable preocupación por la repercusión en la economía, materializada en una subida descontrolada de la inflación y en dificultades para lograr materias primas esenciales y para garantizar un suministro asequible de energía.

Los planes de recuperación económica mutan ahora a planes de emergencia para hacer frente a la nueva situación.

Sólo una parte de esa preocupación del Ejecutivo por el futuro inmediato ha quedado patente en la sesión de control en el Congreso con referencias de ministros a la inflación, la reducción de la creación de empleo y los problemas de suministro y precio de la energía.

Por un lado, los ministros consultados aseguran que es previsible un escenario de inflación en verano superando el 10%, es decir, en cifras que se vivieron hace décadas, y que serán necesarios planes estrictos de ahorro de energía pensando ya en el próximo invierno.

Pedro Sánchez ha atribuido en el Congreso la alta inflación a la guerra, aunque el ascenso ya se produjo hace meses. Por eso, la portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha acusado al presidente del Gobierno de utilizar la guerra para justificar la inflación, lo que ha provocado notable malestar en el Ejecutivo y en el PSOE.

Desde el punto de vista bélico y militar, fuentes del Gobierno explican que sus informes internos hablan de una contienda larga entre Rusia y Ucrania. Hablan expresamente de un conflicto que avance en sentido de lo que ocurrió en Vietnam o en Afganistán, es decir, una invasión de una potencia que tiene que hacer frente a una resistencia prolongada y en forma de guerrillas que se enquista un largo periodo.

Armas para Ucrania

En esa situación, el Gobierno apuesta por mantener el suministro de material bélico a ese ejército resistente de Ucrania. Entre otras cosas para evitar que Vladímir Putin pueda tener la tentación de extender la guerra a otras zonas.

En las hipótesis que maneja el Gobierno se incluye la posibilidad de que Putin opte por ampliar su acción militar hacia otros territorios como, por ejemplo, Moldavia. Esa opción prolongaría aún más el conflicto militar, pero no supondría inicialmente la implicación directa de la OTAN. De hecho, Putin juega con el interés de la OTAN de evitar esa intervención que convertiría la guerra de Ucrania en una verdadera guerra mundial.

Esa intervención sería inevitable si Putin, finalmente, optara por una agresión a los Estados bálticos o a Polonia que sí están protegidos por el paraguas de la Alianza Atlántica.

Todo ese escenario futuro justifica la preocupación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la decisión de aparcar otros asuntos como la mesa de diálogo con Cataluña, la reforma fiscal y hasta el cambio del sistema de financiación autonómica, entre otros.

Fuentes de Moncloa explican que el presidente está volcado en la guerra y en sus efectos, con el convencimiento de que la mayoría de las soluciones han de llegar desde Europa. De hecho, el Gobierno concede especial trascendencia a la visita de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la pasada semana, sobre todo en lo referido al mercado de la energía.

El Gobierno ve con satisfacción que se acepte ahora su propuesta de sacar el gas del proceso de fijación de precio y la modificación del sistema actual de subastas, aunque teme que pueda ser a cambio de aumentar la demanda de gas de Argelia. 

A España llega una parte mínima de gas ruso, pero un aumento de demanda del procedente de Argelia elevaría el precio, como ya está ocurriendo. Hace meses que las compañías en España aumentaron las compras de gas de buques metaneros como consecuencia del cierre de uno de los dos gasoductos procedentes del Magreb. El producto de esos barcos ya muestra hace tiempo ese encarecimiento, que se sumaría al importante aumento ya registrado en productos derivados del petróleo.

Conflictos sociales

Al Gobierno le preocupa la paralización de industrias que ya se está produciendo y sus efectos en el campo o en la pesca. Esa situación puede llevar también a conflictos sociales.

Este miércoles, la extrema derecha ya ha capitalizado esa protesta en la sesión de control con varias preguntas de diputados de Vox dirigidas al Gobierno y anunciando protestas en la calle para mediados de este mes.

Inicialmente, el Gobierno explica que descarta subvencionar a los afectados o aprobar más rebajas fiscales porque distorsionaría el mercado con deslocalizaciones.

La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, apuesta por acelerar la transición energética, con medidas para una mejor regulación y más apoyo a consumidores vulnerables. 

El Gobierno explica que es imprescindible prepararse ya para el próximo invierno; contar con las reservas llenas para principios de septiembre; buscar proveedores alternativos para reducir el peso del gas ruso y reducir el consumo con planes de contingencia y campañas ciudadanas, en línea con lo anunciado por José Borrell en el Parlamento Europeo.

Los planes afectan a otros ministerios como Agricultura e Industria, por la citada repercusión en el campo, la pesca y la industria y por la necesidad de buscar mercados alternativos para materias primas o cereales.

El Ministerio de Inclusión que encabeza José Luis Escrivá ha puesto en marcha un plan para la acogida de refugiados de Ucrania que coordinará en las próximas semanas con las comunidades autónomas.