Imagen de un archivo de un hombre vomitando. iStock

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Historias Salud y bienestar

La bulimia en hombres también existe: "Dormía junto a mi vómito para que nadie se diera cuenta"

El 10% de las personas con anorexia o bulimia son hombres, pero los profesionales de la salud mental creen que el porcentaje está aumentando.

27 noviembre, 2022 01:37

Hace cuatro años que Christian Cobo hizo público su trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Llevaba desde los 17 sufriendo anorexia y bulimia, y junto a estas enfermedades también vino toda una mochila llena de prejuicios que no le deja avanzar.

Según el informe Bulimia masculina: existe y es tratada exitosamente de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), la incidencia de los trastornos alimentarios en los hombres es menor que en las mujeres, aunque no tengan una relación directa con el género de quienes lo sufren.

Pese haberse estudiado el caso de la anorexia nerviosa en los hombres, no se ha incidido tanto en los trastornos bulímicos, los cuales también se encuentran presentes en los varones.

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Además, según los estudios, los hombres jóvenes con trastorno alimenticio, como la anorexia o la bulimia, no están recibiendo la ayuda y el apoyo que necesitan debido a la percepción de que se trata de una "enfermedad de mujeres".

Pero la realidad es que ambos sexos viven una tortura cuando presentan un TCA. Una enfermedad mental que "te cambia la vida y la personalidad", explica Cobo.

Esther Martínez Teruel, psicóloga experta en anorexia y bulimia, también apunta que los problemas psicológicos han ido aumentando en los últimos años, sobre todo entre los más jóvenes. Después de la pandemia, las consultas "se han llenado de personas buscando ayuda", y el motivo que más se repite son los TCA, añade la psicóloga.

¿Qué es la bulimia?

Los TCA son trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones de todo (o casi todo) lo relativo a la alimentación y lo que eso implica. La bulimia, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5), se caracteriza por los episodios recurrentes de atracones y comportamientos compensatorios.

Se trata de una clara sensación de falta de control sobre lo que se ingiere, que afecta a más personas de las que creemos. Quienes la sufren recurren al vómito autoprovocado para evitar subir de peso.

Martínez añade que para que se pueda diagnosticar bulimia nerviosa, los atracones y los comportamientos compensatorios inapropiados se producen, de promedio, "al menos una vez a la semana durante tres meses".

A pesar de que la prevalencia es mucho más elevada en mujeres en la mayoría de problemas de conducta alimentaria, el trastorno por atracón –ingerir cantidades ingentes de comida de golpe– y la bulimia nerviosa cada vez se dan más entre los pacientes masculinos.

Estas diferencias que conllevan una prevalencia de la enfermedad en mujeres pueden deberse a la presión por tener un cuerpo normativo y encajar en los cánones de belleza, cuenta Martínez. Y añade: "El normopeso y el sobrepeso se normaliza más en cuerpos masculinos". Pro "los chicos no quedan exentos de este tipo de odio", matiza la psicóloga.

Pero ¿qué pasa después del atracón? En ese momento entran en juego los sentimientos de culpa y el miedo a subir de peso. Para aliviar estos sentimientos desagradables, quienes sufren estos trastornos llevan a cabo conductas de purgas a través del vómito o del uso de laxantes e instauran de nuevo una dieta restrictiva, que dura hasta el siguiente atracón. Luego el ciclo vuelve a repetirse.

En los últimos diez años, estos trastornos han visto un incremento de la prevalencia para la anorexia del 1% y para la bulimia del 1-3%. Las cifras son similares en casi todos los países desarrollados.

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La mayoría de los casos de anorexia se inician entre los 12 y 18 años. En la bulimia, la edad media se sitúa entre los 16 y los 25 años. Sin embargo, el momento de la demanda asistencial se demora entre 1 y 3 años de media, según apuntan datos del Ministerio de Sanidad.

¿Existen diferencias en función del género?

Normalmente, todo comienza igual, estás en la etapa de crecimiento y notas que tu cuerpo cambia. Los niños y niñas empiezan a fijarse en tus defectos, tus cambios y es ahí cuando afloran las inseguridades.

Pese a empezar de la misma forma para hombres y mujeres, la presión que las redes sociales ejercen en las personas ha evidenciado la preocupación física de forma distinta en unos y otros. Y es que la obsesión con el peso y la imagen afectan a todos. Una presión que cada vez más se deja ver en las revistas con famosos y modelos también masculinos que tienen la imagen del cuerpo 'ideal'.

Aun siendo menor la presencia de trastornos alimentarios en hombres que en mujeres, ellos pueden presentar más trastornos comórbidos (asociados), más sobrepeso premórbido u obesidad, y una edad de inicio más tardía. 

Pero la enfermedad mental no viene sola, normalmente con el tiempo deriva a un segundo plano, dando paso a complicaciones médicas multiorgánicas u otros trastornos mentales como la depresión, según cuenta Cobo.

Hipotiroidismo, alteraciones cardiovasculares, gastrointestinales, neurológicas, hematológicas, vómitos, disminución de la masa ósea y riesgo de fracturas óseas, según apuntan diversos estudios.

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Muchos hombres y niños se avergüenzan de las conductas que acompañan a sus trastornos alimentarios, ya que lo perciben como “enfermedades femeninas”, y por eso optan por luchar contra su condición solos.

"Me da rabia decir que los hombres somos menos en esta enfermedad cuando somos también débiles, son muchos los que compiten y dejan de comer para entrar en 'x' marcas y nadie dice ni hace nada", explica Cobo. 

Sin embargo, pese a darles voz a los hombres, la realidad es que los TCA afectan en un 90% a mujeres, según datos de la Confederación de Salud Mental de España. La proporción, sin embargo, podría no estar tan desequilibrada si afloraran todos los casos, según apuntan varios expertos. Casos como el de Cobo que, pese a no acudir a un psicólogo, sabía perfectamente por lo que pasaba.

Cobo cuenta cómo iba al baño nada más comer y controlaba los tiempos de digestión para no pasarse la hora. "Llegué a dormir con bolsas de los congelados rellenas de mi vómito para que nadie supiera por lo que estaba pasando", confiesa al explicar cómo fue ese momento en el que tocó fondo. 

La buena noticia es que las campañas de sensibilización pública están avanzando. Y, aunque queda mucho por hacer para educar al público sobre los síntomas y el tratamiento de los TCA masculinos.