TRAMPANTOJOS. "Se van a caer de culo". Eso dijo la argentina Aurora Venturini (1922-2015) al ser preguntada por la reacción de los lectores de Las primas, con la que acababa de ganar, en 2007, el Premio Nueva Novela, convocado por el diario Página/12. Así de malhablada –procaz y soez, tantas veces– era a sus 85 años.
Los lectores de Las primas no se caen de culo, que también, sino que entran en shock ante la parada de monstruos y el circo friki familiar, que, en una atmósfera de hipersexualidad enferma, muerte, violencia y anomalías, se deja ver en una novela escrita con un lenguaje imprevisible, fulgurante y descarnado y con un humor atroz que deja espacio a la ternura. Y también dijo: "Las primas soy yo. Es mi familia. Nosotros no éramos normales. En casa todas mis hermanas eran retardadas… y yo también".
Sabemos que Venturini se inventó su desmesurado personaje dentro y fuera de sus libros, en parte autobiográficos y en parte fruto de una imaginación desquiciada por sus miedos, manías y fabulaciones. ¿Se puede saber de verdad quién y cómo fue Aurora Venturini? Trata de averiguarlo la periodista argentina Liliana Viola en una biografía efervescente, cuyo título, Esta no soy yo (Tusquets), advierte de una misión imposible y prolonga el juego de trampantojos que fue la vida de Venturini.
¡BOOM! Cuenta Viola que, en 2007, cuando Venturini ganó el premio de Página/12, buscó mediante Google datos sobre ella. No encontró nada. Nacida en La Plata, donde vivió la mayor parte de su vida en el anonimato, Venturini –poeta, cuentista, novelista, ensayista, traductora de Villon y Rimbaud– había publicado más de cuarenta libros y recibido distinciones en su mayoría locales. La crítica y el público no le habían hecho ni caso. Venturini se autoeditaba en una imprenta o financiaba la publicación de sus obras en editoriales pequeñas.
Y no pasó nada hasta Las primas –¡boom!–, hoy editada en quince idiomas. Además de Las primas, Tusquets ha publicado los relatos de El marido de mi madrastra –espeluznante– y Cuentos secretos, las novelas Los rieles, Nosotros, los Caserta y Las amigas y el libro híbrido Eva. Alfa y Omega, seguido de Pogrom del cabecita negra.
¿Se puede saber de verdad quién y cómo fue Aurora Venturini? Trata de averiguarlo la periodista Liliana Viola en una biografía efervescente
INCLASIFICABLE. La Eva de este último volumen no es otra que Evita Perón, con quien Venturini colaboró durante años y mantuvo una estrecha y admirativa amistad. Cuando Perón fue derrocado, en 1955, por un golpe militar, Venturini cayó en desgracia, perdió sus trabajos, corrió peligro y viajó a París para, supuestamente, un exilio de veinte años en contacto con celebridades. Liliana Viola estaba en la organización del Premio Nueva Novela, fue amiga de Venturini durante ocho años y fue designada heredera y albacea de su obra por la escritora.
Viola ha escrito una atípica biografía, narrada por ella en primera persona y con ella misma dentro como un personaje secundario: desentraña las relaciones entre su obra y su vida para intentar sacar en limpio hechos y datos veraces sobre la familia de la escritora, la sobresaliente estudiante de Filosofía y Educación, la docente, la psicóloga adscrita al Instituto de Psicología y Reeducación del Menor, su intensa actividad amorosa durante sus años universitarios, sus dos matrimonios sin hijos, su extraña muerte y todo el conjunto inextricable de las filias, fobias, rarezas y contradicciones de una católica inclasificable, peronista de izquierdas con incrustaciones elitistas, aficionada al esoterismo y al espiritismo, implacable máquina de maldades, futbolera, mosquita muerta y ave rapaz según surgiera, practicante de un humor vitriólico y pérfido, detractora del sexo y sus consecuencias –todo le daba "asco", decía– y, como queda demostrado, fabuladora y mentirosa.
Lean Esta no soy yo y lean los libros de Aurora Venturini, a ver si no se caen culo y logran mantener la cabeza sobre sus hombros.