Image: Vilariño. Poesía completa

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Poesía

Vilariño. Poesía completa

Idea Vilariño

10 abril, 2008 02:00

Idea Vilariño. Foto: Archivo

Lumen. Barcelona, 2007. 328 páginas, 18 euros

La obra de la uruguaya Idea Vilariño (Montevideo, 1920), se sitúa en la llamada generación del 45, junto a Onetti, A. Rama, Benedetti, E. Rodríguez Monegal, entre otros, colaboradora de la mítica revista "Marcha". En 1985, tras el fin de la Dictadura, fundaría "Brecha", a cuya dirección renunciaría en 1993. Su obra ha sido poco divulgada en España, pese a que su personalidad es bien conocida más allá de las fronteras de la lengua. Ya en 1994 había reunido su obra: Poesía 1945-1990 en Cal y Canto, pero aquí ha añadido 42 poemas. Sus libros publicados -La suplicante (1945), Cielo cielo (1947), Paraíso perdido (1949), Por aire sucio (1950), Nocturnos (1955), Poemas de amor (1955), Pobre mundo (1966), Poesía (1970), No (1980) y Canciones (1993)- figuran en orden cronológico, aunque los poemas que contienen y los que ahora suma se sitúan según una ordenación temática clásica. En cada texto, sin embargo, añade el año de composición, de publicación y en algunos casos se precisa, incluso, el día. En su mayoría, la poeta ha prescindido de puntuación y rima, aunque puede mantener el metro, con lo que consigue un ritmo regular y un desarrollo poemático que, si inicialmente parte de fuentes juanramonianas o nerudianas, va adquiriendo registros personales. El rasgo esencial que preside el conjunto consiste en el pesimismo que recorre incluso los poemas dedicados al amor, la denuncia político-social y una concepción del mundo interiorizado, casi metafísica.

Tradicionalmente se entiende que, en Nocturnos, adquiere su voz original. En su última etapa, especialmente en No, donde figuran textos fechados en 1994 y otros, casi veinte años antes, se aproxima al hai-ku, a cierta metafísica. Sus primeros poemas, uno de 1937, aunque el que abre el volumen, sin título, corresponde a 1941, responden a los reunidos con posterioridad, antes dispersos o no incorporados al primer libro. En los primeros: "Ya en desnudez total/ extraña ausencia/ de procesos y fórmulas y métodos /flor a flor,/ ser a ser,/ aún conciencia/ y un caer en silencio y sin objeto..." descubriremos ecos juanramonianos expandidos por la presencia del poeta de Moguer en América. Esta anunciada "desnudez total", que equivaldría a la poesía desnuda o pura, se torna más material en los breves textos de los 60 y 70. Su radicalismo se manifiesta ya a principios de los 50: "andar diciendo muerte/cuando vaya a encontrarla/al volver una esquina." (1953). Su existencialismo, teñido de angustia, testimonia el mundo que le toca vivir, desde Hiroshima hasta Playa Girón.

La coincidencia de fechas no implica ordenación cronológica, como se indica en la breve y anónima nota inicial, sino una "obsesiva fidelidad a unos pocos y esenciales núcleos temáticos". En efecto, de hacer caso a este juego de fechas con las que siempre se cierra el poema, entre uno de 1963, en el que la vida se compara a "marionetas sucias" coincidirá, página frente a página, con el de 24 de junio de 1975: "Confuso sedimento/ sobras/ restos/ deshechos/ basura acumulada de los días". No encarna Idea Vilariño el poema en una historia. En todo caso, el lector puede adivinar los rasgos de muerte y soledad que la acompañan en la búsqueda de una sensibilidad cómplice. El juego de repeticiones verbales, sintaxis descoyuntada, frases sin un final explícito o coloquialismos podremos advertirlos hasta en textos tardíos, como 1993. Coincidirá con la esencialidad confesional del final del libro.
No resulta Idea Vilariño poeta exuberante. Su producción tampoco es amplia y la búsqueda de una esencialidad la alejan de cualquier exotismo. Su tarea no parece buscar la notoriedad, sino la imperiosa necesidad de la confesión, de mostrarse como una mujer inscrita en un decadente y cruel mundo que traducirá en sentimientos. Destacará en el registro amoroso, aunque su poesía esencial permita adentrarnos en su excepcionalidad.