Image: Fuera de carta

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Cine

Fuera de carta

Director: Nacho G. Velilla

10 abril, 2008 02:00

España, 2008. Intérpretes: Javier Cámara, Fernando Tejero, Lola Dueñas. Guión: Nacho G. Velilla, Oriol Capel, David Sánchez, Antonio Sánchez. Duración: 111 mins.

A l público no hay que dárselo todo masticado, como si fuera tonto. A diferencia de otros directores que dicen que dos y dos son cuatro, Lubitsch dice dos y dos... y eso es todo. Es el público quien saca sus propias conclusiones". La frase es de Billy Wilder y Fuera de carta no es de Lubitsch. Pero, bloqueen las puertas de seguridad, no hay motivo para huir: Nacho García Velilla es un director debutante pero fajado en dos de las series, por salvajes y políticamente incorrectas, mejor dotadas (con perdón) de la televisión hecha en España: Siete vidas y Aída (Gominolas se la perdonamos). No miren con esa cara y admitan la mostrenca evidencia. Millones de televidentes así lo han hecho. Su película es, para bien o para mal, una continuación de su trabajo en la tele. Cada chiste obedece a la más simple operación aritmética con su resultado subrayado en rojo. Lo dicho, no es Lubitsch ni tampoco lo pretende.

Y ése es, precisamente, el mérito y el motivo de satisfacción para cualquier espectador desprejuiciado. Frente a los bobos ("bourgeois bohe- mians", claro) que engolan la voz para clamar por el humor inteligente (pero, ¿lo hubo alguna vez de otro tipo?), Velilla reclama para sí la virtud de la carcajada. Ruidosa. Sin más. Y lo hace, eso sí, con mucho oficio. Poco importa si el guión no busca siempre la línea más corta entre dos gags; se le perdona el tono moralizante de algunas secuencias a la caza del guiño (o simple latiguillo) "progre" (sí, ya sabemos que la felicidad es estar bien con uno mismo, apreciar la virtud de las pequeñas cosas, la paternidad responsable y bla, bla, bla. Todo eso que sale en los suplementos dominicales); hasta se puede obviar que la puesta en escena es, por momentos, calcada de una "sit-com" (comedia de situación); por no hablar de la presencia omnisciente del Almodóvar más folclórico (Chus Lampreave repite cualquiera de los papeles que ha firmado con el manchego). Al final, queda la contundente presencia de un cómico, comediante o actor sencillamente genial: Javier Cámara es muy grande.

Escoltado por Lola Dueñas y Fernando Tejero, eso que los finos llaman vis cómica tiene sentido porque existe Cámara. Y todo ello pese a que el personaje que le toca en suerte (padre que abandona a sus hijos para convertirse en "una loca histérica") es cualquier cosa menos evidente. él es el profesor encargado de hacerle la prueba del nueve a cuanta operación de cálculo (suma, resta o quinta derivada) se le pone por delante. Y la taquilla ha demostrado ya varias veces que tiene tirón. "Si el cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha aparcado mal el coche, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces el cine ha alcanzado su objetivo". Palabra de Wilder.