Image: Altolaguirre y Concha Méndez

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Poesía

Altolaguirre y Concha Méndez

POETAS E IMPRESORES

4 abril, 2001 02:00

Residencia de Estudiantes Madrid, marzo-abril 2001

Este no es un libro. Son varios, y su historia, como la de la exposición que los reúne, es la de una maleta: la que llevaba Concha Méndez al salir de Madrid en noviembre del 36. En ella iban los pocos libros, revistas, manuscritos que Concha pudo rescatar de una casa en la que Altolaguirre permanecería aún algunos meses, hasta poco antes de que las bombas la convirtieran en escombros. Dicen que estamos hechos de cuanto recordamos, pero no es así: estamos hechos de cuanto no conseguimos olvidar. Con esas cosas llenó Concha Méndez su maleta.
La maleta siguió camino. En Valencia se embarca en el Maine rumbo a Marsella. De ahí a París, y de París a París pasando por Londres, Oxford y Bruselas. El vagabundaje concluye en Barcelona, donde se reencuentra con Altolaguirre. Pero es por poco tiempo. Espera París, de nuevo, donde pasan algunos días en la casa de éluard antes de partir hacia La Habana, y de ahí aún a México. La maleta es siempre la misma, pero cada vez más llena. Cuando el matrimonio se rompe en 1944 Concha se retira de la vida pública, pero sigue guardando libros y revistas, y recortes de los periódicos mexicanos: los que hablan de ella o Altolaguirre, o de España, o de cual- quier cosa. También algunos papeles de Cernuda, que se va a vivir y a morir a su casa. Al morir su madre, Paloma Altolaguirre se hace cargo de esa maleta llena de libros, revistas, fotografías. Ahora los ha depositado en el archivo de la Residencia de Estudiantes. ¿Hasta cuándo? Las maletas son de naturaleza andariega. Nunca se sabe.