'Triste herencia', 1899. Fundación Bancaja. Foto: Album/akg-images

'Triste herencia', 1899. Fundación Bancaja. Foto: Album/akg-images

Letras

Joaquín Sorolla diseccionado: su vida, su obra, su poética y su enigma

El periodista César Suárez revisa la peripecia vital del pintor valenciano en un libro con infiltraciones ficcionales publicado por Lumen

29 enero, 2023 02:38

Los 150 años que se cumplen desde su nacimiento convierten a Joaquín Sorolla en uno de los protagonistas culturales del año en España. Fue un trabajador de la pintura que conoció el éxito internacional. Fascinado por "el esplendor y la tragedia de su vida", el periodista César Suárez se propuso investigarla y reconstruirla. El resultado es Cómo cambiar tu vida con Sorolla (Lumen), un libro entre lo biográfico, lo ensayístico y lo novelístico que incluye momentos de clara percusión ficcional como la recreación de "dos momentos improbables" en forma de encuentros del protagonista con Picasso y Proust.

"El planteamiento del libro parte de la curiosidad", explica el autor, que señala que "Sorolla es muy conocido por su obra, por su pintura vitalista, las escenas de mar…, pero menos por su vida, que es extraordinaria. Me di cuenta de que su vida se ha contado de una manera más bien académica, fría…, que no se corresponde con la pasión que ponía en su pintura".

En el París de la Belle Époque arranca el recorrido que propone Suárez, a quien interesa especialmente la relación que Sorolla tuvo con los intelectuales contemporáneos (incluidos los miembros de la Generación del 98, que plantean un "intenso debate" sobre la realidad española). También los rasgos de una personalidad "muy atractiva: uno puede reflejarse en ella y tomar aspectos que considere interesantes, su manera de ser, su lealtad a los amigos y a su mujer, que le da el equilibrio emocional y le organiza la vida… Es uno de los descubrimientos del libro, en el que he tratado de traer a Sorolla al día de hoy, huyendo de la imagen disecada que ofrecen muchas biografías".

[Así era Sorolla antes de ser Sorolla]

Sorolla tuvo dos amores vitalicios: la pintura y Clotilde (en la intimidad, Clota). Y consolidó una manera propia de mirar en una época de grandes avances, vertiginosa para la pintura: "Cómo ver lo que otros no ven es algo fundamental para un artista, y él lo consigue porque está convencido de que lleva dentro una pintura, una manera de entender el arte, que tiene que plasmar. A él le critican, por ejemplo Unamuno, la prodigiosa facilidad que tenía para pintar. Pero detrás de ello hay una dedicación y un oficio enormes. Sorolla tenía una capacidad de trabajo impresionante, una gran fe en sí mismo y la certeza de que tenía que buscar un estilo propio".

Joaquín Sorolla Bastida nace en Valencia el 27 de febrero de 1863. Dos años después mueren sus padres por una epidemia de cólera. En 1878 ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, donde se introduce en la pintura al aire libre. En 1881 viaja a Madrid por primera vez y presenta tres marismas en la Exposición Nacional de Bellas Artes, donde conseguirá una medalla de segunda clase en 1884. En los años posteriores viaja por Europa, se casa con Clotilde y nacen sus tres hijos.

Sorolla consolidó una manera propia de mirar en una época de grandes avances, vertiginosa para la pintura

En la última década del siglo conoce el reconocimiento internacional: París, Berlín, Buenos Aires. Y pinta en las playas valencianas algunos de sus cuadros más conocidos. 1900 es el año de su consagración: su obra Triste herencia es aclamada en París y obtiene el Grand Prix de la Exposición Universal. En 1901 logra por fin la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Viaja por España y se muda a Madrid.

Los triunfos parisinos continúan en los años siguientes, en los que también expone en Berlín, Londres y la Hispanic Society de Nueva York, que le encarga un gran mural para la decoración de su futura biblioteca: "La obra de mi vida".

En 1914 es elegido académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su salud se está deteriorando y sufre los primeros síntomas de una enfermedad nerviosa. Sigue pintando en la playa del Cabañal y viajando por España en busca de motivos para el mural de la Hispanic Society. Es nombrado profesor de Colorido y Composición de la citada Real Academia y se plantea reducir los encargos, dedicarse a la docencia y pintar sin presiones. El 17 de junio de 1920, mientras realiza un retrato de la esposa de Ramón Pérez de Ayala en el jardín de su casa, sufre una hemiplejía. Muere el 10 de agosto de 1923, a los 60 años, dejando un enorme legado artístico entre óleos, acuarelas, gouaches y dibujos.   

Sorolla, explica Suárez, redactor jefe de la revista Telva, representa "el choque entre dos mundos" que se produce en el paisaje artístico en el tránsito del siglo XIX al XX, "una figura esencial en ese cambio de la manera de mirar" y en la esfera vibrante de "la modernidad". Su "intensidad" y su "claridad" afirman su autenticidad y su pertinencia un siglo después como códigos comunicativos y de transmisión emocional para todos los públicos. Un artista que "trasciende su época".