Benjamín Prado. Foto: Juan Pelegrín

Benjamín Prado. Foto: Juan Pelegrín

Letras

Benjamín Prado: "Dedicarme a la literatura casi no me deja tiempo para escribir"

El personaje de Juan Urbano reaparece en 'Los dos reyes', la nueva novela del escritor situada en el Sáhara, cuyo lanzamiento coincide con la polémica por la postura del gobierno español en el conflicto

11 junio, 2022 01:44

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Tertuliano, articulista y recomendador de libros en prensa escrita, radio y televisión, Benjamín Prado (Madrid, 1961) se siente, antes que nada, escritor, aunque “dedicarme a la literatura casi no me deja tiempo para escribir”, bromea con una de esas paradojas casi aforísticas a las que acostumbra. Lo asaltamos al teléfono cuando vuelve de la Feria del Libro de Las Palmas en medio de la promoción de su nueva novela, Los dos reyes (Alfaguara) o, lo que es lo mismo, el sexto caso de Juan Urbano, el detective, profesor y periodista que, si no un álter ego, nos recuerda desde la primera entrega al propio autor.

Letrista en muchas de las últimas canciones de Joaquín Sabina con la colaboración imprescindible de Leiva, Prado no se acaba en la literatura, por más que le reporte no pocos éxitos. Esta vez, en cambio, se muestra exultante con su última criatura, cuyo lanzamiento sucede a la polémica por la postura del gobierno español con respecto al Sáhara occidental. No tendría relevancia alguna si la trama no tuviera que ver con la Marcha Verde, fecha clave del conflicto donde confluyen Marruecos y nuestro país, ni con el posterior desarrollo de los hechos.

Tras la presentación de Todo lo carga el diablo, su anterior novela, el director de la Biblioteca Pública de Ceuta y a la postre personaje de Los dos reyes, José Antonio Alarcón, relató a Prado el asalto de 1971 en Sjirat al debilitado Hassan II, entonces rey de Marruecos, sin saber que le proporcionaba el prodigioso arranque de la novela. “Me puse a escribirlo esa misma noche y no me detuve durante dos años”, cuenta, y "aunque después me documentaría, quería contarlo con el latido de la sorpresa". En estos días vuelve a la Feria del Libro de Madrid tras una primera experiencia en el fin de semana inaugural.

Pregunta. ¿Qué sensaciones ha tenido al regresar al formato normal de la feria?

Respuesta. Estuve el pasado domingo y salí muy contento. Fue espectacular, había mucha gente con muchas ganas. Si bien esto es un trabajo muy solitario, el único momento de poder compartirlo es encontrarte con los lectores. 

P. Hace seis años me decía, precisamente: “La literatura es un oficio muy solitario en el que uno debe buscar sus propios caminos porque es la mejor manera de dejar tus propias huellas”. En cambio, es muy frecuente verlo junto a músicos como Rebeca Jiménez, entre otros. Sigue imperturbable en esa confluencia de literatura y escenarios.

R. Necesito tener contacto con gente y me gusta mucho llevar la poesía a sitios más grandes: auditorios, teatros llenos y gente que disfruta de esa buena pareja que pueden hacer la música y la poesía. Con los actos literarios me ocurre lo mismo: creo que es muy importante que te cuente a qué saben los libros la gente que los lee. Además, en el caso de las novelas de Juan Urbano es muy especial. Al ser una serie, muchos han leído algunos títulos y otros los han leído todos. Es bonita la sensación de haber formado una familia alrededor.

P. ¿Cómo está envejeciendo Juan Urbano?

R. Yo lo veo muy bien. Además de que está con ganas de resolver misterios y devolver prestigios, está enamorado, tiene la ayuda inestimable de su novia. Ya en la novela anterior, le fue quitando algo de protagonismo, e incluso en esta novela escribe dos capítulos.

P. Estamos ya en el sexto caso en el que se sumerge. Ahora que ha atravesado el ecuador, no puede negarse a cumplir las diez que se propuso.

R. Hay que tener cuidado con los proyectos de largo aliento, a pesar de que este ya está en la desescalada, porque te puedes quedar a medias. La pobre Almudena (Grandes) se quedó sin acabar sus Episodios de una guerra interminable. Conviene tomárselo muy en serio y dedicarle mucho tiempo. Normalmente he tardado en escribir cada novela cuatro años, y ahora lo estoy intentando hacer cada dos para cumplir ese compromiso, si no me lleva antes por delante. Escribir una novela es casi un trabajo físico porque, además de con la cabeza, se escribe con los músculos.

"Escribir una novela es casi un trabajo físico porque, además de con la cabeza, se escribe con los músculos"

P. Hace unos años le escuché que igual pudo haberse envalentonado con la cifra. Ahora que sí parece una realidad, ¿cree que es porque se ha vuelto más disciplinado, dispone de más tiempo, lo de Almudena también le ha impulsado…?

R. Un poco de todo eso. Hay cosas que tú le haces a tus libros y cosas que tus libros te hacen a ti. A mí esta serie se me ha ido imponiendo entre lo policiaco, lo histórico, el misterio, el amor… Es una mezcla que ha ido cogiendo velocidad. Una novela como Mala gente que camina requiere mucha lentitud, mientras que con Ajuste de cuentas hay que pisar un poco el acelerador, pues son historias que están escritas para ser leídas con vértigo.

P. A propósito, el arranque de Los dos reyes no puede ser más vertiginoso.

R. Lo es, pero no por mí, sino por la historia en sí misma. Yo quería escribir sobre la Marcha Verde y en Ceuta me contaron la historia de los soldados que fueron a matar a Hassan II, pero finalmente le perdonan la vida. Me pareció una escena tan trepidante que parecía de una película de Steven Spielberg o Martin Scorsese. Lo bueno de escribir este tipo de historias es que ellas en sí mismas son una novela.

P. Por cierto, el lanzamiento no ha podido llegar en un contexto más oportuno, tras la polémica por la posición de España en el Sáhara occidental.

R. Tanto que tuve que llamar a la editora para que me devolviera la novela y poder añadir una frase. A veces la ficción supera a la realidad, ja, ja.

P. ¿Es legítima la postura del gobierno, justificada en “defender los intereses de España”, que se pone de parte de Marruecos y avala la anexión del Sáhara occidental?

R. Hay muchos intereses de España en el Sáhara. Los marroquíes lo llaman el Río de Oro y no es por casualidad: hay muchos fosfatos, algunos de los bancos de pesca más importantes del mundo y mucha arena, necesaria para las infraestructuras. Cuando 19 de las 35 empresas del IBEX español operan allí, por algo será. Por otro lado, había resoluciones de la ONU que reconocían que la administradora o tutora legal del Sáhara Occidental era España, y sin embargo hace mucho tiempo que abandonamos a los saharauis. Ahora los hemos abandonado del todo porque Marruecos tiene los aliados que tiene, hay intereses militares obvios, Estados Unidos lo trata como socio preferente, España tiene que asumir una deuda, y sobre todo es una puerta que abre o cierra África para Europa.

"Hace mucho tiempo que abandonamos a los saharauis, pero ahora es definitivo"

P. Quería hablar de eso. Esta es una novela fronteriza…

R. Absolutamente. Son dos países separados por su cercanía, porque los vecinos siempre chocan, y más cuando están en dos continentes distintos.

P. Y, además, sobre un territorio casi indeterminado. Me recuerda a su literatura, siempre a caballo entre muchos géneros.

R. Sí. La escritura es un tipo de presencia y un lugar de encuentro. Cuando tu tarea principal en la vida es escribir, todo lo demás no solo no te separa, sino que además te da cosas. Yo aprendo del periodismo, de la música y de las tertulias cosas que me pueden servir para una novela. Una manera de ver, de hablar, de moverse, una información, una noticia… Siempre estoy con las antenas puestas y el cazamariposas en la mano. Nunca tengo la sensación de perder el tiempo con un artículo para un periódico o en la recomendación de un libro para la radio. Al contrario: le estoy echando leña al fuego de la novela que estoy escribiendo.

P. Será por la promoción, pero veo que defiende como nunca la novela.

R. No creo demasiado en los géneros, en realidad. Hago poemas que cuenten historias, novelas con un aliento poético… De hecho, mi plan es publicar un nuevo libro de poemas en otoño, siete años después.

P. Y canciones. Respecto a la música, también me dijo: “Me interesan los que escriben canciones en las que hay versos que yo querría poner en alguno de mis poemas”.

R. Como algunos no lo hacen, tengo que ir a ponérselos yo… (risas).

P. ¿En qué ha quedado el nuevo proyecto con Sabina y Leiva?

R. Eso habría que preguntárselo a Joaquín.

P. Pero volverán a contar con usted.

R. Seguro que algo haremos...

"Con la polémica por el Sáhara, tuve que llamar a la editora para poder añadir una frase a la novela"

P. ¿Sigue escribiendo aforismos? Siempre he pensado que se adaptaba muy bien a su estilo de escritura. “En todos los abrazos hay un ángulo muerto, y es ahí donde se encuentra el traidor”, se lee en las primeras páginas de Los dos reyes.

R. Ese es uno desde luego (risas). Es mi manera de escribir y casi mi manera de hablar, pero más que buscarlos, vienen. El año que viene me gustaría revisar todo lo que vengo escribiendo.

P. Como recomendador de libros, ¿se le viene a la cabeza algún autor que haya descubierto recientemente y no podemos perdernos?

R. María Dolores de Pablos. La editorial Torremozas ha publicado La voz encontrada y me ha dejado de piedra. Fue amiga de Gloria Fuertes, con quien fundó una tertulia que se llamaba Versos con faldas. Se dedicó toda la vida a la astrología, tiene un puñado de poemas deslumbrantes y ninguno malo.

P. ¿Algún libro para comprar en la Feria?

R. Una historia ridícula, de Luis Landero.