Manuel-Arroyo

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Letras

Muere el editor Manuel Arroyo-Stephens, fundador de Turner

En 1970 abrió en Madrid la primera librería especializada en otras lenguas y se hizo editor para poder leer lo que nadie más se atrevía a editar

17 agosto, 2020 09:47

Manuel Arroyo-Stephens, fundador de la editorial y las librerías Turner, ha muerto este domingo en su casa de El Escorial (Madrid), según ha informado la editorial en un comunicado "con profunda tristeza". El editor, nacido en Bilbao en 1945, fue escritor y economista. En 1970 abrió en la calle Génova de Madrid la Turner English Bookshop. Fue la primera librería especializada en libros en otras lenguas, "una oferta arriesgada y ante la que, en un contexto como el de los años de la dictadura, solo ciertos intelectuales podían mostrarse receptivos", señala la casa editorial.

La librería fue un lugar donde encontrar libros de contrabando que cruzaban ilegalmente la frontera desde Alemania, Argentina o Venezuela. Muy poco después, Arroyo se convirtió en editor cuando vio que nadie se animaba a publicar los libros que él quería vender. Y así fundó Turner, un nombre que le debe no al pintor sino al segundo apellido de su madre.

El arte, los toros y la poesía conformaron el primer catálogo de Turner, que fue una copia exacta de sus pasiones. Los éxitos editoriales le llegaron pronto gracias a La forja de un rebelde, de Arturo Barea. Siempre presumía con orgullo de haber sido el editor de José Bergamín, el redescubridor y mánager de Chavela Vargas o el seguidor más acérrimo de Rafael de Paula.

Arroyo-Stephens cruzó el Atlántico para buscar fortuna, inspiración y lecturas en México, su país de adopción, en el que vivió un tiempo y trabajó y en el que Turner sigue trabajando, con oficina propia. Junto a Juan García de Oteyza y, por parte del Fondo de Cultura Económica, Gonzalo Celorio y Hernán Lara, crearon la colección Noema, buque insignia de la editorial, donde se entremezclan ensayos innovadores sobre ciencia, historia, arte o música.

"Me abrió y me enseñó una profesión. Un medio de vida a través de una empresa que él fundó y a la que le dio carácter, que yo no he hecho más que continuar y empujar. Hace cincuenta años que la fundó y algo menos de quince que la dejó", comenta Santiago Fernández de Caleya, actual director de la editorial, que destaca también la prodigiosa memoria de su maestro. "La peor de sus pesadillas consistía en que se le desordenaran los recuerdos. Hacía estragos por mantener y ejercitar la memoria recitando los sonetos de Shakespeare o las letras de la música de José Alfredo Jiménez».

Pilar Álvarez, directora de colecciones de 2008 a 2018 y actualmente editora en Alfagura, fue la editora de su libro de memorias Pisando ceniza. Recuerda a Arroyo como "un escritor —quizá uno de los mejores de su época— que se sentía editor, y un hombre bueno y sentimental que se pasó la vida gruñendo. Turner fue suyo y fue él, y ahí sigue su impronta en el buen gusto por los papeles, por el diseño, el cosido a mano y la encuadernación primorosa. Ya de pequeño lo llamaban Manolín el inglés y hasta hoy, con su flama de pelo blanco y sus ojos grises, pasaría muy bien por irlandés y hasta por nórdico. Como su sello, que es parte de la historia de España, pero que pasa por ser una de las mejores editoriales boutique del mundo".

"Hoy despedimos a nuestro fundador con el propósito y el orgullo de continuar manteniendo vivo su espíritu y seguir haciendo de Turner una editorial independiente, vanguardista e innovadora tal y como él la soñó", afirma el equipo de la editorial.