Letras

El sueño del otro

Juan Jacinto Muñoz Rengel

8 marzo, 2013 01:00

Plaza & Janés, 2013. 304 páginas, 24 e. Ebook: 12'99 e.


Esta es la segunda novela de Muñoz Rengel (Málaga, 1974), autor también de dos libros de cuentos y varias antologías de narrativa breve. La primera, El asesino hipocondríaco (2012), tuvo en su momento buenas críticas, y esa misma recepción positiva merece ahora El sueño del otro por el interés y la actualidad de los temas planteados, su cuidada organización constructiva con dos historias alternantes hasta su convergencia final y por la esmerada elaboración de una prosa con buen pulso narrativo y eficacia estilística.

El sueño del otro desarrolla dos historias protagonizadas por dos personajes cuyas vidas transcurren por separado y acaban confundiéndose en una experiencia dúplice, tras haberse acercado gradualmente sus conciencias escindidas por medio de algunos motivos recurrentes en ambas existencias. Xavier Arteaga es un profesor de secundaria abandonado por su mujer (que se llevó con ella al hijo de ambos) y que arrastra una vida gris en busca de otra oportunidad para recuperar a su familia. La existencia de Xavier experimenta una profunda alteración con un sueño que se le repite cada noche: sueña ser André Bodoc, un director de informativos que ha llegado al éxito pero que ha entrado en una fase de decadencia y autodestrucción, agravadas por el persistente sueño que cada noche le hace ser un oscuro profesor de secundaria llamado Xavier Arteaga.

Con esta reciprocidad de sueños compartidos por los dos protagonistas como eje vertebrador de la trama y contados en alternancia narrativa en capítulos breves hasta su convergencia en el último, la novela plantea la difícil relación entre lo real y lo soñado: ¿qué es la realidad y qué la invención, la ilusión, el sueño? El núcleo temático está en poner de relieve la imposibilidad de trazar una frontera que distinga con claridad lo real y lo irreal. Porque Xavier no sueña con André, sino que sueña que es André y acaba conociendo la vida del director de informativos como si lo fuera de verdad, y viceversa. Por ello resulta lógico que cada uno tenga dudas y sufra la incertidumbre y el desasosiego de no poder decidir si uno es el real y otro el soñado, o si uno es el resultado del sueño del otro. Con tamaña interrogante de imposible respuesta la novela se vuelve inquietante y angustiosa, cualidades intensificadas por su creciente suspense. Y su significado no se agota en el de una novela psicológica, sino que se abre a graves problemas de actualidad, bien integrados en el conflicto central, como la soledad, los malos tratos en la pareja, los ruidos del mundo actual y, sobre todo, aprovechando la condición de director de informativos de André Bodoc, la manipulación de la realidad por los medios.