Image: Introducción De vagos y maleantes. Michel Foucault en España

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Letras

Introducción De vagos y maleantes. Michel Foucault en España

por Valentín Galán

28 mayo, 2010 02:00

Michel Foucault

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De vagos y maleantes, Michel Foucault en España permite acercarnos a una época de una gran vitalidad política y creatividad intelectual, la del final del franquismo y la posterior Transición en el Estado español. Este periodo se caracteriza por una eclosión de movimientos sociales (vecinales, feministas, de liberación sexual, de crítica de las instituciones totales como la cárcel o el manicomio, etc.), ansiosos por recrear nuevos discursos superadores de las anquilosadas tesis marxistas oficiales y por dibujar horizontes de ruptura que fueran más allá de la reforma o pacto a la baja que finalmente devendría la Monarquía constitucional. Tanto en la calle como en la Universidad y su entorno, la progresiva entrada de los textos de Foucault fue seguida con gran atención, marcando de manera muy significativa la discusión política y filosófica del momento. El filósofo de Poitiers no dejó a nadie indiferente, ni a los que, aunando reflexión y praxis, se valieron con toda libertad de su «caja de herramientas» para encontrar nuevas vías de análisis y actuación para la transformación social; ni a los que, viendo peligrar las viejas ortodoxias marxistas, veían en Foucault un peligro para su hegemonía en el ámbito académico.

FOUCAULT MADE IN SPAIN
El pensamiento de Michel Foucault sigue inspirando en nuestro país numerosos artículos1, comentarios y libros, trabajos que abarcan campos tan dispares como la filosofía, la sociología, la historia, el derecho, la geografía, la lingüística, la arquitectura, la medicina, la biología o el feminismo. En el caso hispano y en particular el español no se ha investigado la recepción de su obra, por lo que pretendemos cubrir este vacío, teniendo en cuenta que en Inglaterra, Alemania, los países del Este europeo y en Norteamérica hace años que se estudió el impacto de su pensamiento.

Este ensayo, tomando como objeto las interpretaciones del filósofo francés, analiza las lecturas y los lectores que acogieron la obra foucaultiana en el ámbito intelectual académico y extraacadémico español. Es fundamental conocer qué sucedió en nuestro país desde la posguerra hasta la instauración de la democracia, para comprender las condiciones de recepción del pensamiento de Foucault. El trabajo abarca desde 1967 -año en que se publicó el primer artículo sobre su obra- hasta 1986, fecha que justificamos por los homenajes, congresos, conferencias y publicaciones que se sucedieron tras su muerte en 1984.

Las diferentes lecturas y aplicaciones del «Foucault made in Spain» están encuadradas cronológicamente desde los últimos años del franquismo hasta la consolidación de la Transición política, entendida ésta desde la segunda victoria electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1986. Esta reapropiación atraviesa una etapa fundamental para los derroteros de nuestro país, pues la acogida de su pensamiento es inseparable de la Transición democrática. Consideramos que el análisis de esta recepción en el panorama intelectual español es necesario, y es conveniente aclarar que la investigación se emprende no desde una actitud de confrontación sino de apertura a los planteamientos del filósofo de Poitiers.

Diversas aclaraciones
Obedeciendo al título del libro se realizó en primer lugar la investigación en el ámbito extraacadémico, que inevitablemente había que completar con el estudio de las lecturas académicas. Esta complementariedad, entre el cruce de autores y discursos, introdujo dificultades, en tanto que la mayoría de los intérpretes académicos (Eugenio Trías, Miguel Morey, Jesús Ibáñez, Julia Varela, Fernando Álvarez-Uría, Gabriel Albiac, Francisco José Martínez, Fernando Savater, Antonio G. Santesmases, etc.) escribían también en medios extraacadémicos. Asimismo autores y temas que eran extraacadémicos fueron ennoblecidos, oficializados y convertidos en académicos a medida que declinaba la existencia de una serie de publicaciones extraacadémicas de la izquierda alternativa, a la vez que estos jóvenes profesores conseguían hacer valer sus estrategias en el campo académico, adquiriendo posiciones de prestigio y poder e introduciendo lo que antes eran cuerpos extraños, en el seno mismo de los currícula oficiales.

En esta dialéctica de la reapropiación no podemos olvidar las diferentes condiciones sociales de los intérpretes y de los lectores, profanos y académicos, ni los campos de recepción de los textos, campo intelectual y campo político, ni por supuesto la coexistencia de dichos públicos e interpretaciones con sus lecturas opuestas: marxistas, estructuralistas, anarquistas, feministas, metafísicas, reaccionarias, etc. Por tanto, apreciamos tantos usos y necesidades de Foucault como contextos y tradiciones culturales en los que terminaron por inmiscuirse o disolverse, valorando la capacidad de interpretación de los diversos autores en su esfuerzo por buscar nuevas exégesis para crear un «Foucault español», con la pretensión de demostrar la apropiación creativa que tuvo su pensamiento en la cultura española de la Transición política. En cualquier caso, no se pretende comentar al filósofo, sino analizar cómo se va fraguando un «Foucault made in Spain» adaptado al contexto español, para precisar las distintas interpretaciones, con ánimo de oponerlas entre sí o de enfrentarlas. A lo largo de este trabajo se intenta deslindar lo que Foucault sostiene y las lecturas de sus intérpretes, es decir, los usos y distorsiones de los comentaristas para adaptarlas a sus intereses y objetivos, dentro de las pugnas que conforman el campo intelectual.

La mayoría de las citas del filósofo son las empleadas en su día por los propios simpatizantes y detractores, enriqueciendo el contenido y ayudando a comprender lo que los intérpretes están comentando. En todos los capítulos hemos introducido textos literales, delimitados por un cuadrado con un título, sobre la problemática o personaje que se está tratando, que contribuyen a conocer el contexto y las fuentes empleadas, algunas de ellas marginales.

El libro se divide en tres bloques temáticos: la reconstrucción del campo filosófico español desde el Tardofranquismo hasta la Transición política, la recepción extraacadémica y la recepción académica del pensamiento de Michel Foucault. La primera parte, «Del Tardofranquismo a la Transición española. Análisis político-filosófico», es una aproximación al espacio académico consolidado desde el final de la Dictadura hasta la generación filosófica de la Democracia. Se trata de explorar la evolución de las diferentes corrientes de pensamiento: fenomenológico-hermenéutica, analítica, dialéctica y neonietzscheana, ya que desde este horizonte podemos vislumbrar con mayor acierto el origen y desarrollo de las distintas lecturas y reinvenciones de la obra foucaultiana. En la Transición se produjeron importantes cambios políticos y sociales, acontecimientos que se desarrollaron con un significativo desfase entre el Mayo francés (de la restricción a las posibilidades de vida impuesta por la sociedad de consumo en las democracias liberales) y las expectativas políticas de la izquierda española (la ruptura con un régimen dictatorial como ocasión para efectuar una revolución política y social).

El segundo bloque recoge la recepción extraacadémica de Foucault, dividido en cuatro capítulos, cuyos títulos son intencionadamente extraacadémicos. El primero en torno a la problemática de la antipsiquiatría, lucha psiquiátrica de los propios pacientes y de la utilización que médicos, sociólogos, psicólogos y filósofos hicieron de la Historia de la locura. El capítulo titulado «La sangre bulle, la cabeza fermenta» indaga las relaciones que existieron entre el Grupo francés de Información sobre las Prisiones (GIP) y las organizaciones de reclusos españolas, en especial el Colectivo Margen y la Coordinadora de Presos en Lucha (COPEL). En el tercer capítulo, «Ni masculino ni femenino, sino todo lo contrario», analizamos la emergente organización de los movimientos de homosexuales y lesbianas, y la acogida de la obra foucaultiana entre las feministas españolas. El último capítulo, «Cómo domesticar a los niños y construir al perfecto estudiante», se centra en las investigaciones genealógicas de Julia Varela sobre el dispositivo escolar en nuestro país, cuestionando la herencia humanista y su énfasis en el carácter liberador de la escuela.

En estas interpretaciones extraacadémicas, sobre el Foucault de los años setenta, es donde se aprecia una mayor fecundidad de la «caja de herramientas» puesta a disposición de los movimientos sociales, que hicieron un uso político y reivindicativo de su obra, y que ponían en liza los aspectos que habían sido anteriormente marginados por la tradición filosófica académica, como las cárceles, los manicomios, los cuarteles, los hospitales, etc.

Respecto a la recepción académica realizamos un recorrido histórico-cronológico, que atendiendo a su división clásica, subdividimos en torno a tres ejes fundamentales, concernientes a las relaciones con la verdad, con el poder y con uno mismo. En el primer capítulo, «La pregunta por el saber», nos aproximamos a las interpretaciones que desde el campo filosófico y sociológico tuvieron como eje fundamental Las palabras y las cosas, cuya lectura se vinculó al problema del diálogo entre el humanismo cristiano y el materialismo marxista; en el segundo capítulo, «La pregunta por el poder», advertimos que parte de esta temática podría incluirse en la recepción extraacadémica, circunstancia que justificamos por la afinidad de contenidos y porque la mayoría de los intérpretes, en esos años jóvenes promesas de la intelectualidad española, se consagraron en el mundo académico. En este apartado es donde se aprecia con nitidez la pugna existente entre las numerosas familias de intelectuales marxistas y libertarios, en su afán por apropiarse del capital filosófico que significaba el pensamiento foucaultiano. Y en el tercer capítulo, «La pregunta por el sujeto», se demuestra que la obra de Jürgen Habermas, muy comentada a comienzos de los años ochenta, contribuyó a un cierto deslizamiento y cambio de coordenadas en la recepción española de Foucault. Si ésta se enmarcó durante los años setenta en los debates humanismo-antihumanismo y marxismo althusseriano-marxismo humanista o gramsciano, ahora se inscribía en la polémica modernidad-postmodernidad. Sobre esta disputa existieron dos interpretaciones antagónicas: la recuperación del sujeto ilustrado en el último Foucault y la lectura que defendió la coherencia del filósofo francés, por concebir al sujeto como una producción de las prácticas históricas.