Image: ¿Puede un computador escribir un poema de amor?

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Letras

¿Puede un computador escribir un poema de amor?

El poeta Dionisio Cañas y el psicólogo Carlos González Tardón analizan en un libro la cercana posibilidad de que la informática llegue a adquirir la intencionalidad requerida para la poesía

26 abril, 2010 02:00

El poeta y coautor del libro ¿Puede un computador escribir un poema de amor? Dionisio Cañas. Foto: Alberto Cuéllar

Marta Caballero
Lean los siguientes versos:

Yunques ahumados
Sus muslos se me escapaban como
Peces sorprendidos
La mitad llenos de alas.
Con la sombra levanta
La arquitectura del humo
Un pie de mármol afirma
Su casto fulgor enjuto

¿Es el de arriba un buen poema? Malo no, desde luego. Es humano, eso también, con esas imágenes convocadas, con esos adjetivos, "casto fulgor enjuto". Esos giros parece que sólo los puede dar una persona, pero el que acaban de leer es un poema escrito por un ordenador mediante un programa informático de escritura automática. Es el reto superado al que aspiraban el poeta Dionisio Cañas y el joven especialista en psicología de los videojuegos Carlos González Tardón en el libro de reciente publicación ¿Puede un computador escribir un poema de amor?

Obra más de preguntas que de respuestas, esta que publica Devenir Ensayo es la primera que aborda el tema del tecnorromanticismo y de la poesía electrónica en el ámbito del español. "¿Podremos llegar a enamorarnos de un ordenador? ¿Podrá el ordenador escribir un poema?" se preguntaban en largas charlas los autores antes de ponerse con el libro. "Es un asunto que se plantea desde los años 50. Por alguna razón a la informática le ha interesado mucho saber si un ordenador puede sentir a través de las palabras. Porque, ¿son ellas las que nos permiten emocionarnos?", plantea de partida Dionisio Cañas, poeta "anacrónico", según se define, que se lanzó a este libro tras escribir un artículo sobre poesía y ordenadores hace un par de ellos.

La tesis es bien sencilla: Lo que une al ordenador con la poesía es la palabra. Ahora bien, ¿puede esa palabra creada por una máquina tener intencionalidad cuando se trata de escribir un poema? Según Cañas, hablamos un proceso que está hoy muy avanzado en la informática, una disciplina cada día más interesada en los estudios emocionales de la voz digital, por ejemplo. El ingeniero Pablo Gervás, que colabora en este libro, ha desarrollado ya cuatro programas que generan poesía y métrica tradicional, unos sistemas que "tenderán a perfeccionarse cada vez más", avanza el poeta, para quien un asunto en el que los ordenadores llevan las de ganar es la métrica, que no es sino pura matemática. "Puede que en poco tiempo premien a un poeta que es un ordenador en un concurso. No me extrañaría, puesto que muchos de los participantes humanos son, de hecho, muy robóticos", ironiza Cañas.

El autor, a pesar de ser consciente de la dura competencia que le está surgiendo al poeta, confiesa seguir muy feliz escribiendo sus poemas analógicos y leyendo poemas digitales, algunos recogidos en una pequeña antología que incluye su libro y que coinciden en una serie de premisas: "Hay un elemento que organiza el flujo del lenguaje. Por ejemplo, poesía española, poesía clásica, poesía del 27, etcétera. Luego, hay otra parte que analiza la métrica. Y, por último, el programa tiene un elemento que discierne si se parece a lo anterior y otro que encuentra características destacables", explica Cañas en torno al funcionamiento de estos generadores de versos. Sin embargo, opone, el valor final, esto es, si es bueno o malo, todavía se lo otorga el lector humano.

La cosa asusta, no obstante, porque al igual que, como decía Pessoa, el poeta es un buen fingidor, el ordenador tendrá mucha más facilidad para describir sentimientos impostados, que ni siquiera le pertenecen. Y, además, tiene la ventaja de la memoria, la facilidad matemática para reconocer, por ejemplo, lo novedoso o no de una composición, para recurrir al intertexto a la hora de homenajear a un poeta de un tiempo determinado, o para asumir estilos de la retórica de cada periodo histórico.

Cada uno en su casa puede probar cierta escritura automática uniendo campos en los resultados de los buscadores, por ejemplo. "Salen versos sorprendentes al colaborar con el ordenador", añade Cañas, que en cambio especifica que la mayoría de estos estudios los están realizando programadores que son poetas.

Un tecnotorpe llamado Luis Antonio de Villena
El libro se completa con un interesante antagonista, Luis Antonio de Villena, que más que tecnofóbico se considera "tecnotorpe". Villena duda muy mucho sobre el hecho de que las emociones puedan salir de una máquina. "Fue muy interesante el diálogo con él, puesto que consideraba que para la poesía el ordenador no podía ser más que una pura herramienta", recuerda Cañas, conocedor de que Villena, en cambio, acabó reconociendo que esto del tecnorromanticismo tenía su aquel.

¿Puede un computador escribir un poema de amor? es, finalmente, un libro para aficionados a la poesía o seguidores del implacable avance de la informática, y una obra que trata otros temas de actualidad, como el interés de la tecnología en crear máquinas que suenen como personas. "Esa será la próxima etapa del ordenador, la de la palabra hablada. Quién sabe, tal vez podamos en unos años pedirle al ordenador que nos escriba y nos recite un poema para no sentirnos solos", bromea el autor, que tras cuatro años de trabajo deja firmado un volumen de loable esfuerzo divulgativo y alto contenido para curiosos e inquietos en general.