Image: Cartas de Vicenta Lorca a su hijo Federico

Image: Cartas de Vicenta Lorca a su hijo Federico

Letras

Cartas de Vicenta Lorca a su hijo Federico

por Vicenta Lorca

24 enero, 2008 01:00

Vicenta Lorca (Federico aparece reflejado en el espejo). Granada, 1920. Foto: RBA

RBA

Granada, 28 de octubre de 1920

Queridísimo hijo:

He pasado estos días malos ratos porque, según decías en la tuya, habías pasado mal viaje y al mismo tiempo D. Antonio42 nos escribió y nos decía que habías estado de purga. Todo esto me ha hecho creer que habías tenido unos días de trastornos de estómago y quizá hasta fiebre. Por eso [quiero] que me digas si estás bien del todo aunque supongo que sí cuando tienes ganas de comuniquerías.

Me parece muy bien que no hayas tomado más que dos asignaturas para que seriamente cumplas con ellas43 y no descuides tu Literatura que para mí tiene más importancia que todas las carreras, o, mejor dicho, ésa es la carrera por excelencia para ti y para mí. Papá se marchó a Lújar el 27 y estará diez o doce días, así que debes escribirle para que sepa de ti directamente.

Te mandaré el dinero para los libros y que te sirvan bastante. Paquito45 te escribirá mañana y también la niña, que ahora está bien y con bastante apetito. Yo también estoy buena y tu carta me ha causado una gran alegría. Que sigas escribiendo con la misma frecuencia y contándonos todo lo que hagas. Las fotos que las mandes y que te diviertas alternando con el trabajo. Eso me gusta a mí porque estás en la edad y de todo quiere Dios un poco y mucho más cuando es de buena manera.

Dale cariñosos recuerdos a los amigos de esa y que nos alegramos mucho de que estén bien. Recíbelos tú de toda la familia, besos de tus hermanos y sabes que te quiere muchísimo y te abraza tu madre.

Vicenta



Granada, 16 de enero de 1921

Queridísimo hijo:

Siento tanto que tu viaje fuera tan malo, hasta el extremo de que no hayas podido escribir en ocho días y poquita cosa. Yo creía que estarías esperando ver a D. Antonio y su familia para darle a tu padre algunas noticias de ellos que tanto le agradan, lo mismo que a todos, pero nada: tú no has nacido más que para hacer lo que a ti te agrada y trepe el que trepe. Todo esto lo siento muchísimo, primero por ti porque serás el primero en recoger el fruto de no ser un hombre regular y hacer las cosas a su tiempo y con talento (hablo de todo en general) y, segundo, porque la responsabilidad (sic) de todas las contrariedades que pudieran resultarte a ti, seré yo.

Quisiera Dios que todo salga bien y en este caso a él solo daremos las gracias sin tener que mezclar a nadie.

Aunque te parezca un poco cansada no quiero dejar de recordarte que para lo mucho que tienes en plan de trabajo no quedan más que unos cuatro meses y por lo tanto no puedes perder ni un día, ni dejar nada para mañana como tú acostumbras. Que el tiempo vuela y muy pronto cumplirás veintitrés años y es la hora de trabajar y lanzarse decididamente a ser, pero con entusiasmo y valentía, sin temerle a nada ni a nadie. Desde luego que estás en Madrid por tus aficiones literarias, y como pretexto has tomado dos asignaturas que tienes que cumplir con ellas sin abandonar lo demás, y basta ya de camelos.

De salud estamos todos bien, deseando que tú también lo estés. Recuerdos de todos, besos de tus hermanos y de papá y un abrazo de tu madre que muchísimo te quiere y te desea muchísima suerte.

Vicenta




[Matasellos: Granada, 23 de junio de 1926]

Queridísimo hijo:

Todo lo que me dices en la tuya me parece bien y quiera Dios que alguna cosa cuaje, como dice Melchor, y te veamos pronto en plan de ganar dinero, aunque no te agrade mucho que yo te diga esto; pero ya te irás tú convenciendo [de] que sin ese señor tan necesario no se puede vivir, aunque sea modestamente.

De Paquito no tenemos más noticias que un telegrama porque nosotros le hemos puesto otro.90 Hemos estado papá y yo en Alhama siete días y no te puedes figurar qué impaciencia cuando llegaba el correo y no teníamos carta de Paco porque de ti sabíamos hacía menos días. Tu padre, que tú sabes cómo es, se puso de tal manera que nos tuvimos que venir y aquí estamos sacando las habas de la huerta y preparando para irnos inmediatamente a Asquerosa y recoger aquello lo más pronto posible, pues nos gustaría instalarnos una temporada en la huerta que está más hermosa y más independiente que un pueblo. Tú también terminarás ya, pues de Madrid se irá yendo todo el mundo y además hará un calor insoportable. Esperamos desde luego que pronto serás con nosotros.

Cariñosos recuerdos de todos, abrazos de papá y de las niñas, y uno muy fuerte de tu madre que muchísimo te quiere.

Vicenta

Por lo que tú más quieras, que no te vengas sin ver a Dª Mercedes y a D. Antonio. ¿Lo sabes?




Granada, 24 de abril de 1930

Queridísimo hijo:

Recibimos tu carta, que como siempre nos proporcionó una gran alegría. Estás viendo y disfrutando como pocas personas a tu edad: quiera Dios que todo sea bien aprovechado y que no sólo sea disfrutar sino también aprender e irte acostumbrando a manejarte tú solico con lo que ganes; y si sucede algo, que sea que nos regales de lo que te sobre. ¡Ojalá sea mucho!

Todo lo que dices de Chacón y mucho más lo suponía yo, sabiendo la clase de persona que es; ahora, que tú lo estimes en lo que vale y le pagues con lo mismo. Yo tengo ya muchísima gana de que me escribas diciendo cuándo te vienes y cómo haces el viaje, pues yo calculo que tus conferencias estarán ya terminadas y debes procurar no gastar demasiado y traerte alguna cosita ahorrada para seguirte manejando. Si no quieres entretenerte en recortar los artículos de los periódicos, mándalos enteros y yo los recortaré, pues tenemos muchos deseos de saber lo que dicen de ti y lo mismo algunos amigos, como Constantino, que quisiera decir algo de ti en su periódico.

Cuando recibas ésta ya estará Paquito actuando o quizás lo habrá hecho; quiera Dios darle suerte y que tenga un éxito grande, pues yo creo que es lo que él necesita, triunfar una vez y con ese aliento ya se entusiasmará y entrará en una vida de carrera activa, pues el pobre siempre ha tenido mala suerte con tanto como vale. Puedes creer que sus oposiciones y sus cosas me preocupan más que las tuyas, porque tú ya has triunfado y no tienes más que trabajar cuidando mucho de no decaer ni el canto de una paja.

Te mando una carta que hemos recibido hoy mismo de Dalí que nos ha sorprendido enormemente, pues yo no creía que tú tenías tanta frescura. Después del favor que te hizo tú has tenido dinero para pagarle y lo tenías que haber hecho antes que tirarlo en divertirte sin lucir ni parecer. Nosotros no dudamos ni un momento de lo que dice Dalí, pero te remito la carta para que tú hagas lo que tengas conveniente.

Muchísimos recuerdos de todos, besos de papá, de las niñas y de tu madre que tiene grandes deseos de abrazarte.

Vicenta