José Juan Sevilla y Francisco Ortiz. Foto: Fede Caraduje (Puerta 3)

José Juan Sevilla y Francisco Ortiz. Foto: Fede Caraduje (Puerta 3)

Teatro

'Los duelistas': la historia de Conrad sobre dos oficiales enfrentados en tiempos de Napoleón llega al teatro

Emilio Gutiérrez Caba y Javier Sahuquillo estrenan en el Fernán Gómez este clásico del escritor polaco que cuestiona el absurdo del honor y sus consecuencias letales.

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“El mundo se construye entre la ceguera de la guerra y la del amor”, dice Emilio Gutiérrez Caba. El veterano actor, que se despedirá de las tablas con Galdós enamorado 2023 –“seguramente será lo último que haga como intérprete”–, se pasa al otro lado del telón para dirigir la novela Los duelistas, de Joseph Conrad.

Todo un conflicto escénico, adaptado al teatro por Javier Sahuquillo, en el que se narra el desencuentro de dos húsares napoleónicos enfrentados hasta el absurdo.

Inspirada en un suceso real, Conrad escribió esta “pequeña ficción histórica” después de leer una noticia de diez líneas publicada en un periódico local del sur de Francia. El breve trataba sobre dos oficiales que se habían batido en duelo en sendas ocasiones, en mitad de las grandes batallas de la época, sin que nadie nunca conociera la causa de la ofensa.

“Uno es un barón aristócrata y el otro es hijo de un herrero. Esa diferencia de clase marca también la diferencia de los duelos. Y a pesar de que esta acción está situada en el reinado de Napoleón, la sociedad está, paradójicamente, más pendiente de sus enfrentamientos que de lo que ocurre en una batalla como Austerlitz”, explica el director.

Una disputa insignificante bastará para que estos dos personajes entren en una espiral de duelos sin sentido, reflejo de una sociedad traumatizada.

Los duelistas –o El duelo–, afirma Sahuquillo, nos habla de “cómo Europa construyó su historia sobre obsesiones tan absurdas como letales”. Conrad “vivió atrapado en la frontera de dos mundos: un romanticismo moribundo y el nacimiento de un imperialismo atroz”.

Su paso por África, donde trabajó durante meses en un barco por el río Congo, había dejado en él una profunda huella y la noción de un mundo ‘nuevo’ que “encuentra perfectamente aceptable que un hombre destruya a otro si eso encaja en la lógica del progreso”, comenta el dramaturgo.

“Desgraciadamente nada ha cambiado en el ser humano, cada generación vive su vida y vive su infierno". Emilio Gutiérrez Caba

En ese contexto, el relato “funciona como una metáfora de la identidad europea: individuos que creen ser nobles mientras son títeres de una maquinaria que ha dejado de creer en nada que no sea dominar. Lo romántico y lo brutal conviviendo en un solo gesto”.

Con música en directo, la propuesta que Sahuquillo ha trabajado junto a Gutiérrez Caba incluye varios duelos –cuatro de espadas y uno de pistolas– protagonizados por José Juan Sevilla y Francisco Ortiz –que sustituye a Juan Carlos Mesonero tras sufrir una lesión– en el papel de estos dos oficiales.

“La esgrima, a cargo de Javier Mejía, no es heroica, sino patológica. Es la coreografía de dos hombres que no saben existir sin la guerra”, comenta el dramaturgo.

Acompañados en el escenario por Daniel Ortiz y Aurora García Agud, que interpretan, entre otros, a Joseph y Jessie Conrad, los actores, vestidos de época, permanecen constantemente en escena, con cambios de vestuario en directo, y muy pegados al público de la pequeña sala Jardiel Poncela del Fernán Gómez, donde se representará esta obra del 11 de diciembre al 18 de enero.

“Todos los personajes, tanto el doctor como Feraud o el propio D’Hubert, son absolutamente cómicos, ridículos de alguna manera, como los que vemos hoy", señala Gutiérrez Caba.

"Un señor en Washington y otro en Moscú, que hay que ver lo patéticos que son, están pactando la paz de un país que ha sufrido guerras y más guerras, como es Ucrania. Israel con ese criminal mundial que masacra a los palestinos, ¿no es algo patético y paradójico? Pues ahí tenemos los paralelismos, desgraciadamente, de que nada ha cambiado en el ser humano. Cada generación vive su vida y su infierno".

"'Los duelistas' 'nos habla de cómo Europa construyó su historia sobre obsesiones tan absurdas como letales". Javier Sahuquillo

Y es que si Conrad trataba de apresar de algún modo el espíritu de la época napoleónica en 1908, Los duelistas se contempla hoy como una obra tragicómicamente actual.

Hasta principios del siglo XXI, todo tenía una explicación más o menos racional –señala el director–. Hoy, la situación mundial es de un absoluto desconcierto. Hemos cambiado de la era industrial a la tecnológica, y eso conlleva naturalmente un cambio de estructuras sociales que aún se resisten a ser transformadas. Y, al mismo tiempo, la creación de unas nuevas estructuras que van a llevarnos a un mundo que no soy capaz de vaticinar”.

En última instancia, Los duelistas, comenta Sahuquillo, “es un recordatorio de que la violencia colectiva empieza igual que la individual: por una pequeñez, por una narrativa que nadie cuestiona. La historia napoleónica, en esta novela, funciona como un telón pintado, pero el verdadero campo de batalla es la necesidad humana de tener un enemigo”.

Esa necesidad de la que nos habla el dramaturgo se convierte, no obstante, en una búsqueda del otro. “Existe en esta obra el espíritu de que a pesar de que sean diferentes, ellos han sido camaradas y, por lo tanto, también hay un punto de unión y de empatía”, defiende Gutiérrez Caba sobre esta obra “de amor y guerra” que supondrá su vuelta a la dirección, terreno en el que se ha prodigado poco en comparación con su trayectoria como actor.

“A mí me gusta mucho dirigir. Así que, en ese sentido, no estoy nada nostálgico con tener que decir adiós como actor –comparte–. La dirección me lleva a la investigación del teatro y yo llevo años investigándolo”. En esta faceta le veremos ahora con esta historia épica que Ridley Scott llevó al cine en 1977.