Un instante de la puesta en escena contemporánea de 'Jenufa' diseñada por Katie Mitchell. Foto: DNO

Un instante de la puesta en escena contemporánea de 'Jenufa' diseñada por Katie Mitchell. Foto: DNO

Ópera

Plato fuerte de la temporada de ópera: 'Jenufa', una tragedia con celos, odios e infanticidio

Llega al Palau de les Arts de Valencia la ópera de Janácek en versión de Katie Mitchell, mientras que La Maestranza de Sevilla mostrará otra puesta en escena de la obra en febrero

19 enero, 2023 02:45

La presencia de la ópera Jenufa de Leos Janácek en dos de nuestros principales escenarios, el del Palau de les Arts de Valencia (a partir de este viernes) y el del Maestranza de Sevilla (16 de febrero), es uno de los acontecimientos de la temporada. No es la primera vez en los últimos tiempos que una ópera del siglo XX coincide en España casi al tiempo. Recordemos que hace unos meses compartieron fechas muy próximas dos producciones de Wozzeck de Alban Berg: una en el Liceu y otra, también en este caso, en el Palau valenciano.

Se anuncian para Jenufa dos puestas en escena que parecen muy sustanciosas y prometedoras. La del coliseo levantino, en la que nos centramos por ser la primera que veremos, viene firmada por la británica Katie Mitchell, creadora de importantes montajes en el Covent Garden, Ópera de París o el Festival de Salzburgo. Su perspectiva feminista trae la obra a la época contemporánea, lo que puede tener su interés; aunque también el peligro de que el oscuro y descarnado drama que se vive pierda algo de su autenticidad derivada de una visión de las costumbres propias de una Moravia rural de principios del siglo XX.

Lo que se trata es una tragedia pueblerina con amores, celos, envidias y odios combinados con un infanticidio. Rasgos que la música de Janácek describe con una crudeza única en un discurso que podría ser descrito como el propio de un verismo centroeuropeo, del que participaría más o menos coetáneamente Eugen d’Albert, con su Tierra baja basada en Guimerá, estrenada en 1903, en Praga, solo dos meses antes de que lo hiciera la ópera de Janácek en Brno.

Janácek emplea sus característicos motivos cortos e incisivos, elaborados a partir del habla cotidiana

Janácek emplea ya aquí sus característicos motivos cortos e incisivos, elaborados a veces a partir del habla cotidiana. El músico era un opositor a todas las reglas y hábitos de la progresión habitual de los acordes. Sobre una orquesta trabajada con una técnica maravillosa, de un colorido vivo, crudo, descarnado a veces, organiza cortas frases melódicas, instrumenta con una propiedad única y construye un discurso ameno, excepcionalmente recio, variado y puntillista en donde se reconocen los problemas, cuitas y sinsabores de unos personajes con frecuencia desolados, cuya sanguínea humanidad es llevada a situaciones límite en un drama que desborda de pasión, de vida y que pugna por salir impetuoso como una fuerza de la naturaleza. Y al que es difícil resistirse si se ofrece en condiciones teatrales y artísticas adecuadas.

Hay mucho que tocar y que cantar en esta composición, que posee algunos instantes de lacerante expresividad, como la famosa Plegaria de Kostelnika, interpretada aquí por una veterana tan expresiva como Petra Lang, que últimamente se exhibe en partes de mezzo cuando ella fue toda su vida una soprano; con mucho Wagner a sus espaldas. Jenufa será Corinne Winters, soprano ducha en este repertorio. Los dos tenores, Laca Klemen y Steva Buryja, estarán en las recias voces de Brandon Jovanovich y Norman Reinhardt.

En el foso, todo tranquilidad, pues la batuta la empuña un maestro tan seguro en estos trances como Gustavo Gimeno, que juega en casa y de quien recordamos particularmente su espléndido Ángel de fuego de Prokófiev en el Teatro Real.