Tras la muerte del emperador José II en 1790, Lorenzo da Ponte perdió su posición privilegiada en la corte vienesa y se estableció en Londres, en cuyo King’s Theatre presentó, el 27 de enero de 1795, la ópera bufa La capricciosa corretta, con música de su buen amigo Vicente Martín y Soler, con quien ya había compartido importantes triunfos. El compositor valencia escribió la música de La capricciosa corretta, o la scuola dei maritati (La caprichosa corregida, o la escuela de los casados), en sólo tres semanas, y constituye una partitura chispeante, plenamente inmersa en la escuela napolitana, cuyo argumento es la típica comedia de costumbres sobre un caballero que se casa en segundas nupcias con una esposa insoportable, quien finalmente comprenderá que, para la armonía familiar y doméstica, es necesaria ante todo la obediencia al marido.

Christophe Rousset -autor incluso de la edición crítica para el ICCMU-, ha sido el principal responsable del rescate de esta obra, que no tiene nada que envidiar a los mejores títulos de Cimarosa o Paisiello, en una coproducción entre las óperas de Lausana y Burdeos y el Teatro de la Zarzuela (donde pudimos verla en marzo de 2003) que ha dado lugar al presente registro. Al frente de sus excelentes Talens Lyriques y de un homogéneo conjunto vocal (donde destacan los barítonos españoles Enrique Baquerizo, Carlos Marín y Josep-Miquel Ramón y la soprano alemana Marguerite Krull en la despótica Ciprigna), nos brinda una interpretación luminosa, vitalista y un punto incisiva, como corresponde a la propia música.